Si por algo se ha caracterizado siempre Rafael Nadal es por ser muy claro en sus declaraciones y revelar aspectos de su carrera que, quizá, otros tenistas se guardarían celosamente. El español ha vivido una temporada 2022 repleta de emociones, con dos títulos de Grand Slam, un nivel de tenis excelso, pero también una odisea de lesiones que generaron serias dudas sobre su continuidad. El momento más crítico se vivió en el ATP Masters 1000 Roma 2022, donde se vio sufrir de forma impresionante al balear y muchos ya consideraban que su carrera estaba en pleno ocaso, temiendo que la lesión crónica del pie precipitara su retirada. Tal y como desvela en Marca, él mismo también lo pensaba, incluso después de haber salido campeón en París, donde jugó infiltrado.
Nadal desvela que jugó la final de Indian Wells por un diagnóstico médico erróneo
La carrera de Nadal se ha dilatado en el tiempo mucho más de lo que cabría esperar; tanto es así, que él mismo reconoce que no tenía planeado ser padre mientras siguiera en activo, pero que viendo cómo el momento de la retirada sigue sin llegar, tomaron la decisión de lanzarse a la aventura. "En mi cabeza siempre tuve ser padre una vez me retirara. Ahora toca convivir con esta nueva realidad; por suerte, mi carrera ha sido mucho más larga de lo esperado y debo intentar seguir siendo lo más competitivo posible.
En un rápido viaje por su temporada, el español reconoce que no se veía preparado para poder competir en el Open de Australia 2022, después de haber estado diez días encerrado en su casa con el COVID, tras infectarse en la exhibición de Abu Dhabi. "No tenía nada claro si debía ir a Australia, pero poco a poco empecé a sentirme bien. Aún y así, no esperaba nada de lo que sucedió en Melbourne, con una de las finales más emocionantes de mi carrera", dijo, rememorando su épica remontada ante Medvedev. Dio continuidad a ese excelso nivel de juego, llegando invicto a Indian Wells, pero ahí comenzaron los problemas. "En el tramo final del partido me rompí la costilla y ese mismo día, no podía ni respirar en el vestuario. Los médicos me dijeron que eran espasmos musculares, por eso decidí jugar la final. Si llego a saber que el problema era la costilla, no habría saltado a pista", asevera.
El español reconoce que se volvió a romper el músculo abdominal una semana antes del arranque del US Open 2022
A partir de ese momento arranca una época muy difícil de gestionar mentalmente para cualquier persona, incluso para Rafa. El parón obligado por esa rotura costal trae aparejado un empeoramiento agudo de su lesión crónica en el pie izquierdo. De repente, los métodos empleados habitualmente, como unas plantillas especiales, no hacen el efecto habitual y el dolor se ceba con Nadal cada vez que entrena y compite. "El título en París fue totalmente inesperado. Unas semanas antes había salido cojo de Roma y fue un milagro que los médicos encontraran la manera de dormirme los nervios del pie. Llegué con una preparación muy pobre, pero tenía muchísima confianza en mi tenis y el día clave, en cuartos ante Djokovic, jugué muy bien", comenta el de Manacor, que recuerda también cómo habría podido cambiar todo si Zverev no se hubiera destrozado el tobillo en su duelo de semifinales, que estaba siendo agónico.
"Estaba muy feliz después de ganar Roland Garros, pero al mismo tiempo, pensaba que iba a tener que retirarme del tenis profesional porque no podía continuar con esos dolores crónicos ni jugando infiltrado", afirma un Rafa al que le dolió miuchísimo a nivel anímico la rotura abdominal en Wimbledon, ya que considera que no se veía jugar tan bien sobre hierba desde 2010, cuando ganó su segundo título allí, y se encontraba mucho más cómodo mentalmente tras ver cómo el tratamiento ideado para su pie funcionaba perfectamente. "Desde esa rotura abdominal, el año ha sido un desastre porque volví a rompérmelo la semana previa al US Open, pero no dije nada a nadie porque estaba harto de contar mis penas", afirma un hombre que, a pesar de ello, fue capaz de meterse en octavos de final del Grand Slam estadounidense.
Rafa está siendo tratado en el pie izquierdo por la Unidad del Dolor y eso le ha cambiado su carrera y su vida personal
Cuestionado acerca de si continúa sometiéndose a sesiones de radiofrecuencia pulsátil, el tratamiento que encontró una solución parcial a su enfermedad crónica del pie, el balear se muestra claro. "Como la lesión es incurable, cuando el nervio vuelve a doler tengo que ponerme más inyecciones de ese tipo. La verdad es que esto me ha cambiado totalmente mi vida personal, no solo mi carrera tenística. Yo antes estaba cojo todo el día y podía jugar al tenis porque me tomaba muchísimos antiinflamatorios. La mayoría de días estaba triste, había perdido la alegría y la vitalidad por jugar a tenis; por eso pensé que iba a tener que retirarme", advierte un Rafael Nadal que agradece de forma profusa la labor de David Abejón, el profesional de la Unidad del Dolor que ideó este tratamiento y que ha permitido prolongar su trayectoria tenística, pero, sobre todo, mejorar la calidad de vida de uno de los mejores deportistas de todos los tiempos.