 
            Una más y ya van 21 de manera consecutiva. Andy Murray alargó una jornada más su genial verano al imponerse a Bernard Tomic en los cuartos de final del Masters 1000 de Cincinnati (6-4, 6-4) y prolongar una racha que nació el mismo que día que Ivan Lendl volvió a formar parte de su equipo. ¡Vaya aliciente! El de Dunblane no ha vuelto a perder un solo partido y se citará esta madrugada con Milos Raonic por un puesto en la final del torneo estadounidense.
Venía Tomic en la nube después de vencer a ilustres como David Goffin o Kei Nishikori, raquetas que hoy por hoy están por encima de él sobre todo en cuanto a madurez y regularidad. Pero ahí estuvo Bernard, confiado en que su tenis todavía tiene cabida entre los grandes. Esta madrugada la prueba subía la dificultad de manera considerable, aunque era un reto de doble filo. Sí, enfrente estaba el número dos del mundo y reciente campeón olímpico, pero si aguantaba firme en los momentos clave era posible que el británico se derrumbara ante la acumulación de partidos. Una hipótesis que nunca llegó a suceder.
Fue un doble 6-4 entretenido, con una inmensidad de 30-30 en los servicios de Andy pero que nunca pasaron de ahí. Tomic parecía acercarse fácilmente al objetivo pero era justamente al tenerlo a tiro cuando se le encogía la mano. En cambio, Murray iba tirando como podía, esperando esa oportunidad que siempre acaba apareciendo y que él extrañamente deja escapar. En la primera manga llegó en el quinto juego; en el segundo set, en el noveno. Determinación y compostura, con estos dos factores le bastó al bicampeón de Wimbledon para librarse de la amenaza australiana, hoy con la pólvora mojada.
El pupilo de Ivan Lendl cruza hasta las semifinales en un nuevo ejercicio de convicción e intensidad -recordemos que lleva varias semanas sin parar- para meterse en el ring la próxima madrugada con Milos Raonic, un hombre al que no se quita de encima esta temporada. Se han visto las caras en Australia, en Montecarlo, en Queen’s y en Wimbledon. Y siempre ganó Murray, las dos últimas con el morbo añadido de tener a John McEnroe en el banquillo rival. En menos de 24 horas sabremos cómo acaba esta novela entre canadiense y escocés.
 
              

 
                  





 
                                           
                                           
                                           
                                           
                                           
                                           
                                           
                                           
                                           
                                           
                                           
                                          