Bublik: “No quiero que mi hijo sea tenista, yo no tuve elección”

El kazajo explica cómo sus padres decidieron que sería tenista cuando apenas tenía 2 años. “Mi padre dijo que jugara, mi madre lo apoyó y yo no tuve opción”.

Fernando Murciego | 28 Sep 2022 | 09.16
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Alexnder Bublik en su último partido. Fuente: Getty
Alexnder Bublik en su último partido. Fuente: Getty

Algo mal ha tenido que hacer Alexander Bublik para que su nombre haya quedado ligado al de un jugador maleducado, esperpéntico y, muchas veces, poco profesional. ¿Han visto su último vídeo golpeando una pelota con el mango de la raqueta en plena final de Metz? Pues eso. Sin embargo, una reciente entrevista del kazajo con CLAY parece destapar una nueva realidad, una evolución del jugador provocada por su reciente paternidad en el mes de agosto. Hemos querido extraer las declaraciones más interesantes de esa charla para que entiendan que el camino de Sascha hasta llegar aquí, tampoco ha sido el más sencillo.

La guerra con la tierra batida

“Simplemente no me gusta, pero hoy en día ya no me importa, no le presto tanta atención a estas cosas, me gusta jugar donde sea. Realmente lo disfruto, sea o no sea en tierra batida. Desde que nació mi hijo a principios de agosto he cambiado el enfoque en muchas cosas. Una vez tienes hijos toca pasar de página, cuando se ponen a gritar te olvidas del resto de tus problemas. Al final del día, el tenis es mi trabajo y sé que tengo que hacerlo bien”.

Papá por primera vez

“No sé de qué manera puede cambiar mi carrera, si en el buen sentido o en el malo, ya veremos. No llevo ni 40 días como padre, desde que nació no me importa nada más, solo me preocupo por él. Así que si ahora mismo me dicen de jugar en tierra batida, pues juego. Si tengo que jugar a las 11:00 de la mañana, pues juego. No me importa nada más, tengo que dar un buen ejemplo y tengo que disfrutar de lo que hago”.

La vida del tenista

“No es una vida divertida, tiene muchos viajes. Hay mucha gente que sueña con tener agua potable y limpia, así que no se trata de que no aprecie lo que tengo, es simplemente que no me gusta, eso es todo. No me importa nada ahora mismo, solo juego para mí y para mi familia. Si a la gente no le gusta, pues está bien, estará todo bien para mí, no cambia nada”.

De no haber sido tenista…

“Me gustaría ser muchas cosas, pero si no fuera tenista no ganaría este dinero y no tendría tanta libertad como tengo ahora. Si me dices que puedo tener una cantidad de dinero ilimitada, entonces me gustaría ayudar a las generaciones futuras de jóvenes, no solo a los tenistas. Darles la oportunidad de acceder al deporte, ayudar a la gente, tener una fundación”.

Sus padres decidieron su futuro

“En mi caso, nunca tuve la opción de no ser tenista. Mi padre me dijo que jugara y mi madre lo apoyó, así que yo jugué. Solo tenía dos años, pero nunca se planteó la cuestión de si yo quería o no quería ser tenista, mi familia no era así, nunca llegaron a pensar esa pregunta. Por eso no quiero que mi hijo sea tenis, ya veremos en qué es bueno, de momento no tiene ni idea. Hay que darles libertad para ver en lo que se convierten”.

Rybakina, una alegría para Kazajistán

“La victoria de Elena es grande para el país, para todo, teniendo en cuenta lo que está pasando en nuestra Federación. Las inversiones dieron sus frutos durante muchos años, desde la época de Kukushkin, la llegada de Elena solo es la guinda del pastel. Estoy orgulloso de la Federación porque sé del trabajo que hicieron, lo mucho que ayudaron a los jugadores y cuánto me ayudaron a mí. Este logro es tan grande para Elena como para el país”.

El mejor del Big3

“Para mí el mejor es Novak, no pasé mucho tiempo con Roger y tampoco con Rafa. Con Novak, sin embargo, sí pude hablar durante mucho tiempo cuando llegó el COVID, aunque tampoco diría que es un tipo cool, no se puede ser cool con 35 años y dos hijos. Pero sí es todo un caballero, un tenista orgulloso y un padre orgulloso, alguien excelente para el deporte. Otros chicos con los que me llevo muy bien son Gael Monfils y Grigor Dimitrov, dos tipos geniales”.

Un objetivo que cumplir

“No diría que es un sueño, sino una meta. Creo que los sueños son cosas que no puedes lograr, así que mi objetivo es mantenerme saludable y jugar durante mucho tiempo. Si además puedo estar en el top30 o en el top40 hasta el final de mi carrera, pues mejor. Ojalá dentro de diez o quince años pueda decir que tuve una gran carrera”.