
Ver a Rafael Nadal en el circuito también significa familiarizarnos con las caras que lo acompañan con frecuencia. Una de ellas, casi podríamos decir que la principal, ha sido la de Francis Roig. Extenista, entrenador y amigo, todos estos calificativos sirven para hacer referencia a un tipo absolutamente vital en los éxitos del balear. Probablemente él sea quien más tiempo haya pasado con él, una presencia inmutable más allá de otros cambios de entrenador, alguien que jamás perdió la paciencia o la fé y que se mantuvo de la mano del manacorí desde hace más de 18 años. Todo esto aplica... hasta el día de hoy: Roig ha elegido un nuevo camino, por separado, fuera de la mano de Rafa.
El catalán ha anunciado su separación profesional con Rafa y su entorno de una forma elegante, dejando muy claro el motivo de la ruptura. Francis ansía nuevos retos a nivel profesional y tratará de establecer por sí mismo un nuevo proyecto como entrenador, sin aportar aún ningún nombre en especial, pero con la clara premisa de formar un equipo de trabajo propio. Es una decisión que resta un integrante al círculo más cercano del box de Nadal, que se quedará con dos figuras relevantes que se turnarán las semanas: Carlos Moyá y Marc López. No es algo nuevo para Rafa, claro, puesto que prácticamente el mismo esquema ha seguido durante buena parte de su carrera, solo que con dos nombres que ya no forman parte de su entourage: Toni Nadal y el propio Francis.
"Para mí ha sido un verdadero placer trabajar con Rafa y con todo su equipo", comienza agradecido un Roig que quiso plasmar sus sentimientos por escrito en el día de su despedida. "Nunca pensamos que podríamos obtener tantos resultados y acabar teniendo una carrera tan longeva junto a él, pero Rafa es un verdadero fenómeno y hace que todo parezca fácil". Así mismo, Roig continúa afirmando que el principal motor detrás de esta decisión es el de "formar mi grupo de trabajo de cara a los próximos años"; eso sí, hay un guiño a la posibilidad de que dicho grupo de trabajo "abarque más de un jugador", lo que deja la puerta abierta a que Roig forme parte de alguna Academia o decida emprender un proyecto más ambicioso por sí mismo.
UNA RELACIÓN MÁS ALLÁ DEL TENIS
"Solo tengo palabras de agradecimiento a Rafa y a mi equipo por todos estos años aprendiendo y trabajando juntos, haciendo de Rafa lo que es, una leyenda del deporte. La amistad queda y nos veremos y nos disfrutaremos como siempre hemos hecho, por el circuito", sentenciaba Roig, haciendo ver que el vínculo que le une al balear va mucho más allá del deporte de la raqueta. Hay un lazo de amistad y cariño entre dos tipos que trabajaron juntos durante más de 18 años, con un Roig al que hemos visto con frecuencia como principal figura en el box de Nadal, poniéndolo a tono en la propia pista y siendo mucho más que un entrenador. Le deseamos la mejor de las suertes en sus próximos compromisos.