Argentina ha repetido el mismo camino en la final de Copa Davis de Zagreb que en sus otras cuatro finales anteriores: llegar a domingo con desventaja de 1-2. Desde luego, el semblante no es bueno, ya que precisamente fue ese lastre (entre otras cosas) el que les impidió levantar la Ensaladera en todos sus años como equipo. Esta vez, en Zagreb, el dobles no fue una historia distinta. Cilic y Dodig superaron en tres mangas a Del Potro y Mayer, demostrando que no solamente tienen a favor la localía, sino también todo un especialista en la materia.
Pero mañana es otra historia, es la última historia. Y eso lo sabe el capitán Daniel Orsanic, el hombre que ha devuelto a su país a una final desde el banquillo y el que tampoco se rendirá sea la situación que sea. "Este grupo de argentinos no necesitan más motivación. Tenemos mucha motivación. Este equipo en ilusión es el número 1", declaró Daniel, insuflando positividad en unos jugadores que todavía no saben qué carta jugarán mañana en el cuarto e hipotético quinto punto de la serie.
"Es el último día de la final y tenemos que dejarlo todo", confesó por su parte Juan Martín Del Potro. El de Tandil no ha parado en todo el fin de semana, jugando su partido del viernes ante Karlovic y el dobles junto a Mayer. Pero el desgaste no es problema para él. "Mañana los favoritos siguen siendo ellos y hay que ir tranquilos. Será complicado jugar contra Marin, ha tenido un gran año y juega en casa pero intentaré jugar lo mejor que pueda", subrayó el ex campeón del US Open 2009.
El contexto es muy complicado, demasiado, pero Juan Martín es agradecido y sabe que la oportunidad merece el mayor de los sufrimientos. Croacia tiene la ventaja de estar 2-1 arriba, sabíamos que esto podía pasar, no pensamos llegar acá estando de visitantes. De nuestro lado está más complicado pero estamos en la final, creo que llegar al domingo con todo en juego todavía ante un gran equipo que le ha ganado a EEUU o Francia es admirable. Gastaremos hasta la última energía", anunció Delpo.
Y por último, la última carta sobre la mesa, Leo Mayer, afirmó sentirse privilegiado de estar presente en esta cita y aceptó la responsabilidad por si es su raqueta la que le toca batallar por el punto definitivo. "Jugar acá es hermoso. Si mañana voy a jugar va a ser mucha alegría e ilusión", valoró el yacaré. La balanza está inclinada pero aquí nadie se rinde. Mañana, cualquier puede pasar en el Arena Zagreb.

