La escena reúne tanta crueldad como mala suerte, pero no deja de ser graciosa. Grigor Dimitrov conecta un saque pero se le escapa la raqueta al mismo tiempo; Verdasco resta, la pelota vuelve y el búlgaro solo puede que seguir la bola con la mirada, indefenso, de la misma forma en la que vio cómo se escapaba el partido y su aventura en Indian Wells. Acompañamos vídeo para ver cómo hasta el bueno de Grigor se lo toma con humor.
Dimitrov y un reflejo de lo que fue su partido

