Una solución para el calendario ATP: “Tres semanas de parón, sin ningún torneo”

Ivan Gakhov analiza desde Valencia su temporada y propone un remedio a la saturación actual del calendario: “Aquí el problema es que no hay tiempo para descansar”.

Fernando Murciego | 9 Oct 2024 | 22.30
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Entrevista de Ivan Gakhov, con Fernando Murciego. Fuente: Punto de Break
Entrevista de Ivan Gakhov, con Fernando Murciego. Fuente: Punto de Break

Encontrarse en una terraza con Ivan Gakhov (Moscú, 1996) es sinónimo de charla amena, desenfadada y cargada de aspectos interesantes. Así fue hace año y medio, cuando lucía el mejor ranking de su carrera tras ganar un Challenger y enfrentarse a Novak Djokovic en segunda ronda de Montecarlo. Y así vuelve a ser octubre de 2024 mientras disputa la Copa Faulcombridge en Valencia, fuera del top300 tras una temporada donde llegó a perder el rumbo por no tener bien armado el puzzle. Lo que no cambia nunca es el talante del ruso para analizar su situación, incluso para ofrecer soluciones a un circuito que cada año muestra menos huecos para el descanso. Una entrevista para reflexionar y darle una vuelta a ciertos temas.

Dice tu ficha que llevas 68 partidos esta temporada… y todavía te quedan.

Este año he tenido un gran problema al no encontrar una base para entrenar, ya que terminé mi etapa en Barcelona en abril. Desde ese momento estuve buscando sitios nuevos, pero no es fácil con este ranking que tengo, entre el 250 y el 400 es el peor ranking para buscar entrenador porque todavía no ganas mucho dinero, no puedes para permitirte un coach privado o un preparador físico privado. No tienes ese dinero, pero necesitas esa calidad de trabajo si quieres competir para llegar al top100. Eso me ha llevado a tomar malas decisiones, como ir a jugar torneos que no tocaban porque no tenía dónde entrenar. Obviamente, llego muy cansado a esta fase del año, pero este es el último torneo. Voy a parar 2-3 semanas y en noviembre jugaré un par de Challengers más en España.

El asunto del calendario salpica a todos los niveles.

En Twitter leo muchos comentarios de la gente diciéndonos: ‘Nadie os obliga a jugar’. Ya, pero no es fácil decidir no jugar un torneo sabiendo que los demás van a estar ahí. En otros deportes como fútbol o F1 siempre hay un parón en algún tramo de la temporada, esto había que estudiarlo en el circuito de tenis. No sé, por ejemplo, tres semanas en verano donde no hubiera ni Challengers ni torneos ATP, que todo el mundo pare ahí. Los top10 tienen el privilegio de poder parar un mes si quieren, pero el resto tenemos la necesidad de seguir ganando puntos y dinero.

¿Y dónde metes ese parón?

Claro, este es el problema. Entre Roland Garros y Wimbledon no puedes parar porque va casi seguido. Después de Wimbledon, en mes y medio llega el US Open, ahí tampoco puedes. No sabría dónde meterlo, pero es la única solución que veo.

Algunos llenarían ese parón con exhibiciones.

La gente tiene que saber que en las exhibiciones no sufres lo mismo a nivel mental. A ver, si juegas la Laver Cup, un partido decisivo, claro que vas a sufrir, pero ahí juegas un supertiebreak en el tercero. Lo que más te provoca el cansancio es la sensación antes del partido, esa tensión, esos nervios, pensar cómo lo vas a hacer, etc. Durante el partido también, sobre todo si son largos. En las exhibiciones lo normal es disfrutar, ahí el cansancio es mínimo. Ni siquiera padeces el viaje, porque van en jets privado y luego ganan muchísimo dinero. Desde mi punto de vista, no veo un gran desgaste físico.

Ivan Gakhov durante la gira de tierra en 2023. Fuente: Getty

 

Pero si quieres descanso, será más productivo quedarte en casa viendo Netflix.

De hecho, al final acaba pasando factura. La mayoría de la gente que estuvo en la Laver Cup, luego lo pasó mal en los primeros partidos que disputaron en la gira asiática, en Tokyo y Pekín […] No sé, hay tanto dinero en esos eventos que entiendo que sea difícil de rechazar, aunque esta gente ya gana muchísimo dinero.

Empezaste el año #180 y ahora estás #310, ¿qué balance haces de esta temporada?

Dentro de todas las dificultades que he tenido, con falta de constancia en el trabajo, la verdad es que el año tampoco ha sido tan malo. En 2023 tenía un muy buen equipo que viajaba conmigo, cuando volvía a casa tenía siempre disponibilidad para entrenar, estos pequeños detalles son muy importantes, necesitas tenerlos contigo durante años. Es muy difícil llegar a jugar bien y muy fácil perder la confianza y el ranking. A no ser que seas un crack, a la mínima que no se hacen bien las cosas te caes con todo. Sufrí mucho estos meses, pero el año tampoco fue tan malo, veremos si puedo entrar en la Qualy de Australia, aunque es un objetivo complicado. Mi meta a final de año es poder montar todo de cara a 2025.

¿Hubo algún momento crítico?

Al final de verano, ahí viajé mucho y además jugando mal. Tuve épocas donde probé sitios nuevos, ahí sentí ciertos chispazos de nivel, en cuanto entrenaba bien una semana lo notaba. Pero sí, al final del verano estuve muy quemado, ahí fue cuando llamé a Jorge Aguirre y me ayudó unas semanas en Fuengirola. Desde ese momento he recuperado un poco las ganas, tengo los objetivos más claros.

En momento así, ¿no es mejor parar?

Si no tienes claros los objetivos, es mejor que lo dejes unas semanas, que vacíes todo y descanses. Aquí no hay tiempo para descansar, ese es el problema, pero si sigues jugando en esas circunstancias… al final ni descansas, ni mejoras. Lo primero es buscar la estabilidad y la calidad de trabajo.

Era más feliz cuando era #400 que ahora siento top10”. Son palabras de Andrey Rublev.

Me llevo muy bien con Andrey, lo conozco desde hace muchos años, pero es verdad que vive un poco presionado. Por otro lado, quizá no estaría donde está si no fuera tan exigente consigo mismo, aunque eso a veces le impida apreciar un poquito más la vida y los resultados. Pasó tan rápido del #400 al top50 que ya no se acuerda de cómo se pasa a estos niveles (risas). No sé, creo que jugaría tres Futures y cuatro Challengers, era demasiado bueno, no pasó tanto tiempo por aquí como nosotros.Le deseo lo mejor porque es un tipo excepcional.

Ivan Gakhov durante un partido en Montecarlo. Fuente: Getty

 

Yendo a sus palabras, ¿no te parece un comentario surrealista?

El ser humano es así, a mí también me ha pasado. Nadie se conforma con lo que tiene. El año pasado yo tenía el sueño de jugar la Qualy de un Grand Slam, después de ganar el Challenger de Girona prácticamente me había asegurado estar en Roland Garros, pero en esos dos meses previos estaba súper presionado por jugar un Grand Slam. Tuve tantos nervios esas semanas que no podía ni jugar. Después de Roland Garros perdí un partido muy duro de primera ronda y estaba casi depresivo. El que gana un millón quiere ganar cinco, pero cuando ganas cinco ya no es suficiente, ahí quieres ganar diez. El ser humano es así, no apreciamos lo suficiente cada cosa que logramos.

O sea, que algo de razón tiene Rublev.

En esos niveles te conoce más gente, eres favorito en cada partido, pero te toca enfrentarte a los mejores del mundo. En cada partido existe el riesgo de perder y la palabra ‘fracaso’ siempre ronda por ahí. Si encadenas tres semanas perdiendo en primera o segunda ronda puedes volverte loco, hasta querer suicidarte. La gente que está top10, si al año siguiente acaba top15, te aseguro que no está satisfecha. Igual hiciste una temporada buenísima, pero no estás contento.

Pero siempre será mejor estar jugando con Djokovic en Montecarlo que no la Qualy de un Challenger.

Obviamente […] Yo lo pasé mal este año cuando me tocó volver a jugar Futures, uno tiende a acostumbrarse a lo bueno: aguas gratis, toallas buenas, bolas nuevas para entrenar, el ambiente de los Challengers, etc. Luego llegas a primera ronda de un 25K y lo pasas mal, pero tienes que centrarte en tu trabajo y darlo todo, independientemente de dónde juegues.

¿Eres de los que se fija mucho el pasado?

Sí, pero por ahí ha pasado mucha gente. En mi caso, para llegar a estar 150 tuve que hacer un gran trabajo durante 10 meses, así que cuando dejas de hacerlo es normal que los resultados desaparezcan. Por eso ahora confío en volver a montar todo bien con mi entorno, es la única manera de volver a estar ahí.

Asusta pensar lo rápido que puede cambiar todo en el tenis, ese partido contra Djokovic fue hace apenas año y medio.

El tenis es muy jodido desde esa perspectiva, pero cada semana tienes una nueva oportunidad, como si empezaras de cero. Esa es la suerte también, no es como una carrera de 100m, que si fallas en la salida ya estás fuera. En esa primavera de 2023 venía de perder muchos partidos seguidos, pero por dentro tenía buenas sensaciones, me veía entrenando bien, hasta que de repente todo empezó a funcionar. Esto cambia muy rápido, es increíble.

Cuéntame un poco más de tu próxima aventura en Málaga.

Ahora Jorge (Aguirre) está en China con Cristina Bucsa, está viajando con ella algunas semanas, así que ya hablaremos cuando vuelva sobre quién viajará conmigo. He probado varias semanas en Fuengirola y me gusta mucho el equipo que han montado, con lo poco que hemos trabajado ya voy notando cambios. Ojalá que con su ayuda pueda volver a meterme donde estaba el año pasado, quiero volver a dar un salto grande.

Ivan Gakhov y su tatuaje en el brazo derecho. Fuente: Fernando Murciego

 

Por cierto, nunca te pregunté por el tatuaje que llevas en el brazo: ‘Don’t give up on your dream’.

Me lo hice después de aquella sanción estúpida que tuve por no rellenar el calendario del dopping en tres ocasiones, sin saber que por tres fallos pueden meterte una sanción. Es la misma que tuvo Mikael Ymer y otros tantos jugadores. Me pusieron dos años, aunque finalmente lo rebajaron a siete meses, pero fue un momento muy jodido. Tenía 18 años, estaba #400 del ranking, me quitaron todos los puntos, así que decidí hacerme el tatuaje para no olvidarme nunca de este sueño.

Un sueño que se traducirá en un objetivo, ¿cuál es?

Buena pregunta, aunque a mí nunca me funcionó el hecho de marcarme un objetivo difícil. Sin hablarlo en voz alta, para mí llegar al top100 es un gran objetivo, pero sé que si llegara, luego querría ser top50. El nivel lo tengo, pero hay que trabajar muchísimo, así que tampoco quiero poner muchas expectativas porque luego esto me provoca una tensión extra. Quiero dar el máximo cada día, si luego tu techo está en el #150 pues fenomenal.

Papel en blanco con tu mejor ranking #101, ¿firmas?

Hostia… es que #101… (risas)

¿Firmas o no?

[…] No te lo firmo, hay que soñar más grande.