Vuelve la Copa Davis a Valencia y vuelve Pablo Carreño (Gijón, 1991) al equipo nacional. La odisea del asturiano con su lesión de codo parece haber terminado después de una gira por Estados Unidos que le ha devuelto la sonrisa, hasta el punto de devolverle también un lugar en el equipo capitaneado por David Ferrer. Antes de debutar esta tarde ante la República Checa, el ex Nº10 del ranking ATP se sienta con Punto de Break para echar la vista atrás y valorar el tortuoso camino que tuvo que recorrer hasta llegar aquí, pero también hay tiempo de mirar hacia delante y marcarse nuevos objetivos. Una entrevista enriquecedora para confirmar que Pablo está listo para pelear de nuevo por cosas importantes.
¿Cómo está el codo?
Está muy bien, incluso estoy sorprendido. Estas dos últimas semanas voy limpio de antiinflamatorios y sin dolor, estoy haciendo ya vida normal. Hago mucha prevención y muchos ejercicios, tratamientos diarios, pero en el día a día ya no noto nada, ni siquiera entrenando.
¿Piensas mucho en lo mal que lo pasaste?
No lo pienso demasiado, pero sí es verdad que en esta última gira hubo momentos donde yo mismo me emocionaba por ver lo bien que me estaba yendo, comparado a lo mal que estaba hace tres meses.
He leído que te llegaste a plantear la retirada.
Sí […] Hubo momentos donde estaba cansado de probar cosas que luego no funcionaban, de seguir notando la misma molestia todo el rato. Nunca he querido retirarme, pero hay momentos donde se te pasa por la cabeza.
¿Lo llegaste a verbalizar?
Igual algún día que estaba muy quemado con la situación sí le pude decir algo a Samu (López)… ‘Tranquilo que de aquí a dos meses ya no estoy por aquí’, o cualquier comentario parecido (risas). Pero más por el cabreo del momento que porque lo pensara de verdad.
Salvando una situación así, todo lo que venga ahora es un regalo.
Cuando me operé de la espalda con 20 años fue una situación similar, una operación difícil que se resolvió bastante bien. Aquello fue otro regalo, pero realmente nadie te regala nada, porque el trabajo, el esfuerzo y el sufrimiento han sido muy grandes. Diría que me han dado otra oportunidad y ya es la tercera, así que intentaré aprovecharla tal y como hice con la segunda. Hoy en día valoro mucho más ciertas situaciones que antes podían parecerme un poco monótonas de tantas veces que las repetía, eso sí que ha cambiado.
¿Volveremos a ver al Pablo de siempre?
Mi idea es llegar a ese nivel otra vez. Hace un mes no te podía responder a esa pregunta… y quizá ahora tampoco, pero hoy sí te puedo asegurar que vuelvo a tener sensaciones muy buenas, como entrenar en pista al 100% sin dolor. Pudiendo hacer esto, el resto puede llegar. Si siguiera jugando con un dolor que tan solo me permite entrenar una hora y media, pues igual eso me permite estar de nuevo entre los 100 primeros; en cambio, pudiendo entrenar como lo estoy haciendo ahora, como antes de la lesión, yo creo que puedo volver a mi nivel de siempre. De momento solo llevo un par de semanas sin dolor, veremos cómo evoluciona todo.
Esta última gira ha sido el punto de inflexión.
En Canadá me notaba jugando bien, pero me faltaba confianza. La remontada contra Marozsan me ayudó muchísimo, aunque luego contra Rune me faltó un poquito de rodaje, noté mucho la falta de competir dos días seguidos al mismo nivel. En Cincinnati mejoré, ahí ya fueron tres días seguidos con un nivel alto, mientras que en Winston Salem terminé de demostrarme a mí mismo que estaba ahí. Me encontré muy cómodo en la pista, moviéndome bien, aguantando físicamente cada peloteo y tocando bien la pelota, siendo agresivo. Ahí volví a sentirme superior a mis rivales, aunque seguro que esa sensación no podré tenerla todas las semanas.
¿Mantienes la motivación anterior a la lesión?
Yo voy a pelear por volver adonde estaba, no me vale con meterme top100 y volver a jugar los Grand Slam. Quizá hace cinco meses te lo hubiera firmado, pero viendo cómo estoy evolucionando ya no me sirve con eso. Si luego eso es lo máximo que puedo alcanzar, pues bien, hubo momentos muy difíciles y sería también una alegría, pero quiero dar el máximo de lo que tengo. Ahora mismo, mi máximo creo que está por encima de eso.
¿En qué más cosas te ha cambiado este episodio?
Todo lo que he pasado me ha servido para darme cuenta que el tenis me importa, pero que no lo es todo. Cuando ganas no eres el mejor del mundo y cuando pierdes tienes que saber llevarlo. Esto es una filosofía que adquieres con la edad y la experiencia, pero después de una lesión como esta se refuerza un poco más. También aprendes a escuchar a tu cuerpo, por ejemplo, hace unos años no me hubiera retirado en Winston-Salem, o hubiera forzado la semana siguiente en el US Open. Este año, después de la lesión que he tenido, sabía que lo importante era no volver a parar por otra lesión, sino seguir entrenando y compitiendo.
El circuito también ha cambiado mucho desde que te fuiste.
Sinner ha mejorado mucho, Carlos se ha consolidado, a Novak le cuesta un poquito más ganar… pero la gran diferencia la he notado en el resto de jugadores, sobre todo del top20 para atrás. Jugadores que cuando yo me fui eran buenos, pero estaban top60 y top80; ahora mismo ya están top30. Arthur Fils, Alexei Popyrin, Jordan Thompson… necesito volver a jugar contra estos jugadores para ver en el punto en el que están, porque no están donde yo los había dejado (risas).
Dicen que del Big3 hemos pasado al Big2.
Todavía son muy jóvenes, tanto Sinner como Carlos. Está claro que son buenísimos, pero ya damos por hecho que van a reinar en los próximos 20 años como hicieron Roger, Rafa y Novak. Pueden pasar muchas cosas, no es fácil mantener el nivel de exigencia durante tanto tiempo, o el nivel de acierto para repartirse los cuatro Grand Slam, como ha pasado este año. También puede venir gente nueva, puede aparecer otro jugador muy bueno que tenga cuatro años menos que Carlos, por ejemplo. No creo que el futuro pertenezca solamente a estos dos jugadores, vendrán otros que les pondrán las cosas difíciles, pero sí tiene pinta que estos dos van a estar ahí durante muchísimos años.
¿Y con Sinner qué hacemos? ¿Le perdonamos?
Lo importante para él es tener la conciencia tranquila, tener claro lo que ha hecho y lo que no, ser consciente de lo que ha pasado. Al final, mucho de lo que se le está echando en cara es debido al proceso, pero yo no tengo ni idea de cómo ha ido, ni el suyo ni el resto de procesos. Estas cosas son difíciles de explicar, pero si el comité que lo ha estudiado dice que no es culpable, pues habrá que darle credibilidad, confiar en ese proceso. Si desconfiamos de todo podemos volvernos locos.
¿Se habla mucho del tema en los vestuarios?
Se comentó mucho cuando salió, aquello fue un shock, ¡hablamos de un positivo del Nº1 del mundo! Claro que se comentó, pero sin tener información suficiente, como se puede comentar en el bar con un amigo. Ahora que van saliendo nuevas informaciones vas entendiendo mejor la situación, pero es lo que te digo, lo más polémico es que haya podido competir mientras se decidía si era culpable o no, porque a otros no les habían dejado. Al no saber cómo fueron exactamente los otros casos, tampoco te puedo decir si ha habido un trato de favor o no.
Hablemos de la Copa Davis, ¿cuál crees que será tu papel?
Tengo que ser honesto conmigo mismo, llevo mucho tiempo fuera del circuito, apenas acumulo un mes compitiendo a buen nivel, ya que antes de los Juegos Olímpicos todavía jugaba con dolor y no podía entrenar al 100%. Partiendo de esto tengo que ser realista, el hecho de estar en el equipo ya es un premio y me hace muchísima ilusión. ¿Si estoy preparado para jugar? Lo estoy, pero mis compañeros también lo están y además vienen con mucho más rodaje que yo. Estoy preparado para lo que necesite el capitán, sabiendo que Carlos (Alcaraz) es indiscutible en el individual y que Marcel (Granollers) es indiscutible en el doble. A partir de ahí, David (Ferrer) tendrá que mover el resto de fichas. Por mi parte, estoy preparado para ayudar al equipo tanto en individual como en dobles.
¿Qué te parece el caso de Roberto Carballés? Un año más se ha quedado fuera.
Viene haciendo un año muy bueno, acaba de ganar otro vez en Sevilla, pero también Davidovich se ha quedado fuera, aunque quizá no esté en su mejor momento. El problema es que solo pueden venir cinco, son cosas del capitán. Quizá Carballés esté ahora mejor de ranking que Bautista, pero el capitán sabe que Bautista ha jugado esta competición muchas más veces y eso puede ser un plus. Hay muchos factores que analizar que, por suerte, no los tengo que decidir yo (risas). Obviamente, si yo estuviera en la situación de Carballés, también me sabría mal estar tercero de España, jugando un gran nivel de tenis y no tener lugar en el equipo. Si sigue intentándolo seguro que lo consigue.
Y la más difícil, ¿qué equipos van a superar esta fase de grupos?
Esperemos que España, eso lo primero (risas). El resto de equipos son muy completos, quizá la República Checa pueda estar un poco por debajo porque Lehecka viene de tener una lesión, pero si consigue estar al 100% es un jugador muy peligroso. En cuanto Francia y Australia, ambos tienen grandes jugadores y son muy peleones. En esta superficie siempre es complicado, solo espero que unos seamos nosotros.
“Y si no lo conseguimos no pasa nada, no nos cambia la vida”. Esto dijo David Ferrer hace un par de días.
Vamos a salir a ganar cada punto, todos queremos clasificarnos, pero David es el capitán y quiere quitarnos un poquito de presión, que entendamos que esto no es vida o muerte. Si no clasificamos la vida sigue, tendremos más oportunidades, no creo que lo haya dicho con otro sentido. Igual puede sonar un poco conformista, pero no va por ahí, a David ya lo conocéis todos, cada vez que hace algo da el 120%. Él quiere que estemos tranquilos y demos nuestro máximo.