Elena Rybakina, la estrella olvidada

Campeona de Wimbledon, la kazaja no está entre las ocho mejores del año. Eso sí, con los 2,000 puntos de su campeonato... habría clasificado como tercera.

Carlos Navarro | 20 Oct 2022 | 22.27
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Elena Rybakina no estará en las WTA Finals 2022. La kazaja certificó su 'defunción' de la forma más dura posible, tras un extenuante partido que se decidió en el tie-break del tercer set y en el que gozó de varias pelotas de partido. Así es el tenis: lo que a veces te da, a veces te quita, y Jessica Pegula ejerció de mano ejecutora para poner el broche a una extraña segunda parte del año. Porque Rybakina es campeona de Grand Slam, concretamente del pasado Wimbledon 2022, pero parece haber recibido un tratamiento silencioso, casi rozando el completo olvido, que cuestiona la igualdad y la justicia de muchos.

Rybakina no estará entre las mejores y ni siquiera finalizará el año entre las 20 tenistas con más puntos de la temporada. Quizás alguno piense que la regla que tiene la ATP, permitiendo a un campeón de Grand Slam estar en el torneo de maestros solo con ser top-20, aplica para la WTA. No es el caso: de nada le hubiera servido a Elena acabar en el puesto #17 de la Race, puesto que ni así hubiera acudido a la cita final del año. La cuestión más pertinente, sin embargo, hace referencia a las puras matemáticas. ¿Merece Rybakina un puesto en las WTA Finals? ¿Ha hecho méritos suficientes como para estar entre las ocho mejores del año?

La respuesta más sencilla es un claro sí. A pesar de las miles de circunstancias externas que han rodeado a este Wimbledon, apliquemos lo que hubiera sido un desenlace normal: que la kazaja hubiese recibido sus 2,000 puntos de campeona, aquellos que se ganó en la pista pero que la burocracia le robó. ¿Saben en qué lugar habría finalizado la temporada? Como número #3 del mundo. A la espera de resultados finales en el WTA Guadalajara 2022, solo Iga Swiatek y Ons Jabeur habrían sumado más puntos que ella: con 3,860 unidades habría quedado por encima de, al menos, nombres como Caroline Garcia, Aryna Sabalenka, Simona Halep, Madison Keys, Belinda Bencic o Paula Badosa. Ninguna de ellas ha llegado ni tan siquiera a una final de Major en este 2022.

Son tiempos extraños y turbulentos para la WTA, pero ir más allá de los números también nos abre otra dimensión: la dimensión mediática. Rybakina, nacida en Rusia, compitió en el Grand Slam londinense representando la bandera de Kazajistán. Es su nacionalidad, la que acuñó hace ya bastante tiempo, pero ello pareció suficiente para que muchos medios ignorasen por completo su tenis, sus resultados y la magnitud de su logro. ¿Que Elena nunca ha acaparado los focos del circuito femenino y que su triunfo no tenía, de por sí, un imán mediático tan grande en comparación a otras raquetas? Seguramente sea así. ¿Que se merece los reconocimientos suficientes de alguien que ha conquistado un Grand Slam y no verse relegada a pistas exteriores, ruedas de prensa con poquísimas preguntas y una especie de vacío dentro del círculo de campeonas? No les quepa la menor duda.

UN 2023 SIN BAGAJE NI PRESIÓN

Quizás la única parte positiva que la kazaja pueda extraer de todo esto haga referencia a la presión, a las expecativas. El bagaje de Rybakina será liviano en 2023: ya en el pasado US Open se pusieron pocos focos sobre ella, lo que más allá de ser verdaderamente injusto, le quita muchísimo ruido y posiblemente se amolde a las mil maravillas a su personalidad introvertida. Quizás Rybakina prefiera que todo sea de esta forma, pero algunas declaciones en los últimos meses han dejado ver que ella también se ha hartado del ninguneo constante al que ha sido sometida. No hay que ser un experto para darse cuenta de que, quizás, sea la campeona de Grand Slam más silenciosa (¿o silenciada?) de la historia. Y no se lo merece.