Pocas veces un jugador británico en semifinales del Grand Slam que se disputa en el All England Lawn Tennis Club habrá recibido tan poca atención mediática y cimentado su progresión en unas bases más sólidas que las de Cameron Norrie. Este ciudadano del mundo, nacido en Nueva Zelanda y criado tenísticamente en Estados Unidos bajo el parámetro de la NCAA, lleva años presentando una evidente tendencia al alza que le han permitido ser campeón en Indian Wells y pisar el top-10. Sin embargo, nada de eso es un aval tan grande para la fama y el reconocimiento como ser semifinalista en Wimbledon 2022. Muy pocas le dan opciones reales de vencer a Novak Djokovic, pero todos debemos coincidir en lo meritorio del camino de un tenista trabajador y talentoso a partes iguales, algo que, junto a algunos golpes y parámetros físicos, le convierten en un deportista realmente atípico.
"Es impresionante lo sereno que está en los últimos días, cómo está sabiendo gestionar todas las emociones e ir partido a partido, aislándose de todo el ruido externo. Creo que por eso ha llegado a semifinales". Quien habla es Facundo Lugones, claro artífice de la evolución de un jugador con el que empezó a trabajar en 2017, cuando estaba fuera del top-200 e intentaba dar el salto al profesionalismo tras su etapa universitaria. Precisamente se conocieron allí y forjaron una relación de amistad que aún hoy mantienen y puede ser una explicación del gran funcionamiento de su tándem, por el que el argentino fue reconocido como mejor entrenador del circuito ATP en 2021.
¿Por qué el revés de Cameron Norrie es único en el mundo?
Cameron es un jugador polivalente, sólido, de gran movilidad y sin agujeros en su tenis, pero sus grandes secretos son la capacidad para mejorar día a día, una cabeza muy bien amueblada y unas condiciones físicas privilegiadas. "En muy ocasiones le he visto perder los nervios en una pista de tenis. Ha trabajado mucho a nivel mental para reducir los altibajos, maduró muchísimo y, desde hace años, su carrera tenística es su máxima prioridad. No creo que le importe recibir menos atención mediática que otros jugadores de su nivel o peores, lo único que importa es la evolución de su juego y los resultados", destaca un hombre que pone de relieve su constancia.
"Ha sabido mantener un mismo bloque de personas en su entorno más cercano, tiene contacto con sus entrenadores en la Universidad, los preparadores físicos son los mismos desde hace siete años y su núcleo familiar es muy estable, le da tranquilidad saber que tiene personas a su alrededor en las que puede confiar totalmente", comenta un hombre que habla del revés único que posee su jugador. "Solo hay dos jugadores en el mundo capaces de pegar un revés tan plano e incisivo; uno es Cameron y el otro Mannarino. Con el tiempo ha ido introduciendo variaciones con el cortado y es capaz de tirar buenos paralelos algo más liftados, pero ese revés cruzado en el que se monta sobre la pelota es su seña de identidad. Nació con él, cuando le conocí ya lo tenía y solo hemos tenido que trabajar en la selección de momentos para ejecutarlo y que sea efectivo", comenta.
Norrie y una voluntad de mejorar infinita
Respecto al saque y el drive, son los aspectos en los que más ha evolucionado. "Desde que empecé a trabajar con él, tuve la sensación de que podría dar un salto cualitativo si mejoraba su drive y lo hacía más agresivo, más desbordante con los rivales. Ha aprendido a ser mucho más agresivo, a querer llevar él las riendas de cada partido y tiene un dominio absoluto de la derecha, puede hacer auténticamente lo que quiera. Con el servicio también ha progresado mucho y eso le ayuda a jugar más cómodo y llevando la iniciativa", desveló el técnico, que considera vital el trabajo físico de su pupilo, que le convierte en uno de los tenistas más aguerridos y resistentes del circuito.
"Creo que es imposible trabajar más la condición física de lo que lo hace Cameron. Se dedica durante horas con su preparador físico a hacer ejercicios que le llevan al límite y eso le ha permitido ser capaz de no bajar el nivel en situaciones extremas de esfuerzo, como puedan ser tener más de 200 latidos por minutos. Es capaz de jugar un buen tenis en intercambios interminables por esa habilidad; mientras cualquier otro estaría al borde del desmayo y aguanta ese ritmo cardíaco apenas un minuto, él es capaz de estar 8 o 9 minutos relativamente cómodo y sin que su nivel baje", advierte un Facundo Lugones que confía en que Cameron Norrie pueda plantar cara y sorprender a Novak Djokovic en semifinales de Wimbledon 2022.