El apellido Pulgar vale doble
Os presentamos a Jaime y Javier Pulgar, dos madrileños instalados en Estados Unidos que actualmente dirigen las carreras de McDonald y Nakashima.


Javier Pulgar cierra el puño en la Pista Rafa Nadal tras la victoria de su pupilo, Brandon Nakashima, en primera ronda del Trofeo Conde de Godó. Mientras su jugador pone rumbo al vestuario, él se dirige a la Pista Jan Kodes, donde tiene todavía un partido por ganar. Allí se cita con Jaime Pulgar, su hermano gemelo, técnico actual de otro jugador estadounidense, Mackenzie McDonald. Después de una remontada intensa y con mucho sufrimiento, el doblete es una realidad. Ambos están en segunda ronda en Barcelona, aunque el auténtico 2x1 lo encontramos en los banquillos.
¿Quiénes son los hermanos Pulgar? Sinopsis breve. Dos niños nacidos en Madrid hace 33 años que veraneando en Valencia cogieron por primera vez una raqueta. Aquello fue amor a primera vista, aunque el camino no iba a ser fácil. Su recorrido en categoría infantil, cadete y junior fue notable, hasta que el destino los mandó con 18 años a Estados Unidos con una beca para la universidad. Una vez terminados sus estudios, era momento de desandar lo andado: volver a España y empezar a competir. Es aquí donde se tuerce la inercia, con dos retiradas prematuras en 2018 y un sueño por cumplir: conseguir como entrenador lo que no se pudo lograr en la pista.
Tras cuatro años de experiencias y de cruzar varias veces el charco entre España y Estados Unidos, Jaime y Javier están por fin donde querían. En sus manos descansan los actuales números 81º y 51º del ranking ATP, dos tenistas norteamericanos con mucho recorrido por delante el circuito. Un relato único que suena todavía mejor si lo cuentan ellos. En la piscina del RCTB 1899, después de una jornada redonda en lo deportivo, los hermanos Pulgar se sientan con Punto de Break para contarnos su historia.
¿Cómo se llega a entrenar a dos top100?
JAIME: “Yo trabajaba con la ex novia de Mackenzie –en ese momento eran pareja–, que estaba cerca del top400 WTA. Mackenzie por aquel entonces estaba lesionado, no podía jugar, así que viajaba con nosotros. En esos viajes nos fuimos conociendo, entablando una amistad, hasta que terminamos probando dentro de la pista. La USTA decidió dejar de acompañarle a los torneos, así que me pidió a mí si quería ser su entrenador, así fue como arrancamos.
JAVIER: “En mi caso, llevaba seis meses trabajando para la USTA, hasta que un día Brandon me propone empezar a viajar con él y entrenarle. Antes había entrenado a su hermano, que tiene 18 años y va a empezar ahora la Universidad. Ahí Brandon decide cortar con su entrenador y empieza conmigo justo después del pasado Open de Australia. Tiene mucha proyección, es trabajador, humilde y sabe escuchar. Estoy encantando con él, si seguimos así, en 2-3 años puedes estar muy arriba.
Me llama la atención lo jóvenes que sois. ¿Por qué os retirasteis tan pronto?
JAIME: Llegamos a una edad en la que, siendo realistas, ya habíamos tocado nuestro techo. Nunca es fácil terminar, pero era el momento de buscar otra cosa. Este deporte nunca se deja del todo, nunca se deja de pensar como jugador.
JAVIER: El tenis es nuestra pasión, siempre que tenemos tiempo intentamos entrenar, jugar y mantenernos en forma. Queríamos seguir ligados de alguna manera, y sobre todo a este nivel, al lugar donde nunca pudimos llegar compitiendo.
Tenis español, tenis estadounidense. ¿Tanta diferencia hay?
JAIME: Me duele decirlo porque soy español y Madrid es mi casa, pero a nivel financiero aquello es otra liga. Allí tienen unas instalaciones espectaculares, a nivel académico también te ayudan en todo momento para compatibilizarlo con los entrenamientos y los torneos. Viendo la dirección en la que va el tenis, donde los jugadores cada vez se retiran más tarde, creo que la ruta de la universidad es muy válida: te da una formación y cuatro años más para seguir mejorando a nivel físico, tenístico y mental. Con 22-23 años es una muy buena edad para salir al circuito con garantías, para ver si realmente eres bueno.
JAVIER: Para los norteamericanos hay una cuestión cultural extra, ellos entienden el college como una etapa anterior al profesionalismo, aquí en Europa se entiende de manera diferente. Mackenzie, por ejemplo, ganó todos los campeonatos a nivel universitario; Brandon solo jugó un semestre, hasta que se puso a disputar Challengers y vio que ya tenía el nivel para dar el paso a los ATP.
Tenéis las dos escuelas en vuestro librillo de entrenador, ¿cómo os definiríais?
JAIME: Lo hablamos mucho, es un proceso evolutivo muy largo. Necesitas tener un sistema propio básico, pero es fundamental adaptarte al jugador que tienes para explotar sus virtudes y minimizar, en el grado que sea posible, sus debilidades. Hemos crecido en España, tenemos esa forma de entender el tenis, pero hemos cogido también cosas de allí: saque, red, arriesgar, etc. Yo intento coger lo mejor de cada casa, ser lo más completo posible.
JAVIER: El objetivo es ser un híbrido, ser inteligente, entendiendo que cada país tiene sus puntos fuertes a la hora de trabajar. Los números del tenis español están ahí, no hace falta recordarlos, pero hay aspectos donde los estadounidenses son muy buenos. Son dos maneras de ver el tenis totalmente diferentes, la base española es vital, pero se puede combinar con otras facetas del tenis norteamericano.
¿Se puede tener el combo completo?
JAVIER: Alcaraz es el mejor ejemplo. Un jugador con base muy española, pero siendo agresivo, entrando en pista, quitándole tiempo al rival y cerrando puntos en la red. Es muy complicado, pero se puede conseguir.
Habladme del trabajo con vuestro jugador, ¿en qué etapa está cada uno?
JAIME: Mi trabajo con Mackenzie consiste en llevarlo a mi terreno, al estilo español, pero sin quitarle sus puntos fuertes norteamericanos. Darle un poco de orden, unas reglas del juego que debe cumplir siempre, no se puede salir. A partir de ahí, tiene libertad para encontrar su manera de expresarse dentro de la pista, respetando siempre los patrones que le marco. Él juega muy agresivo, muy plano, volea increíble, solo hay que añadirle un poquito de solidez para se encuentre cómodo también a la hora de defender.
Lo cogiste siendo #270 y ahora está a las puertas del top50.
JAIME: Él ya había estado top60 del mundo, pero justo en ese momento se rompió el isquio y estuvo fuera ocho meses, más otros seis de la pandemia. Tenía muy buen nivel, pero a la hora de volver siempre te entran las dudas, llega la incertidumbre, pero ha sido un camino muy bonito de recorrer , desde Qualys de Challenger hasta hacer final de un ATP 500, como hicimos el año pasado en Washington. Es un chico de 10, lo estoy disfrutando muchísimo.
Entiendo que con Brandon, al ser más joven, hay más margen de maniobra.
JAVIER: Todavía tiene 20 años, está en etapa de formación. Le vemos mucha proyección pero hay que trabajar mucho, estos tres próximos años serán fundamentales. Físicamente hay margen de mejora, ahora mismo estamos muy centrados en esto, pero ya entiende muy bien el juego, desde el fondo de la pista es bastante sólido. No es el típico jugador americano que acaba todo en dos tiros, tiene mucho control de bola, buen servicio, es un perfil muy completo que tiene que mejorar la movilidad si quiere meterse ahí arriba. Trabaja súper duro y siempre está muy abierto a escuchar.
Se le ve muy tranquilo para la edad que tiene.
JAVIER: Está en una etapa muy moldeable, pero no es el típico chaval de 20 años con días malos, eso es lo mejor. Su cualidad más importante es ser una persona súper estable, no tiene días malos de entrenamiento, siempre se va contento a casa, da el 100% en cada sesión… todo esto no lo sueles ver en chavales de su edad. Es muy joven, tiene todo el tiempo por delante, pero si sigue con esta actitud le va a ir muy bien.
Si voy a Estados Unidos y pregunto por los hermanos Pulgar, ¿qué me dirían?
JAIME: Somos dos personas que vivimos el tenis al máximo, es nuestra pasión. Dos personas extremadamente trabajadoras, a partir de aquí ya no sabía decirte (risas). Lo que tenemos claro es que si quieres hacer un buen trabajo a este nivel, es esencial que te guste lo que haces, que lo vivas al 100%.
Debe ser la bomba vivir todo esto con tu hermano.
JAIME: Estoy súper feliz de compartir toda esta experiencia con mi hermano. Un vive en California y el otro en Texas, o sea que llevábamos una temporada donde no nos veíamos mucho. Me encanta tenerle al lado, es una opinión a la que siempre puedo acudir, nos hemos ayudado mucho durante todo este proceso.
JAVIER: Yo siempre bromeo con Brandon y con Mackie diciéndoles que tienen dos entrenadores por el precio de uno. Siempre estamos en contacto, analizamos en lo que se puede mejorar, nos ayudamos en lo que podemos. Lo más importante es que los dos jugadores son muy buena gente, por eso lo estamos disfrutando tanto.
¿No os confunden?
JAIME: Las primeras veces, cuando mi hermano empezó a trabajar con Brandon, me acuerdo que Mackie le vio en Indian Wells y se dirigía a él pensando que era yo (risas). Ahora ya llevamos mucho tiempo, nos reconocen al instante. El problema lo tienen los de alrededor, los otros jugadores y entrenadores. A veces nos han dicho: ‘Tú estabas aquí hace un momento, ¿cómo lo has hecho?’.
Pienso en la típica gamberrada de las películas americanas, donde los gemelos se intercambian las novias.
JAIME: No la hemos hecho.
JAVIER: Y ya no la haremos porque yo estoy casado y él se casa en septiembre, así que ya es tarde (risas).
El éxito del entrenador español es una cosa escandalosa, parece hasta normal.
JAIME: Es espectacular, no debemos dejar de destacarlo porque no es solamente Juan Carlos Ferrero con Alcaraz o Carlos Moyá con Rafa Nadal. Hay un grupo más joven que está haciendo muy bien las cosas: Javier Martí, Carlos Boluda, Pepe Checa, Antoni Vivanco, Abraham González…
¿Qué imagen tiene el entrenador español en USA?
JAVIER: Lo respetan bastante, saben que somos gente muy apasionada. En ese sentido, los americanos son un poco más serios, ponen otras cosas por delante.
JAIME: Diría que los americanos no viven esto las 24 horas del día, lo tienen como una manera de ganarse la vida y les gusta el tenis hasta cierto punto, pero no es como nosotros. Son diferentes culturas.
¿Qué pasará el día que se enfrenten Brandon y Mackenzie?
JAIME: Han jugado dos veces en el circuito, pero Javi todavía no estaba trabajando con Brandon. De momento no ha sucedido…
JAVIER: Cada vez que sale un cuadro rezamos para que no suceda (risas).
¿Y el día que pase?
JAVIER: Pasará, lo bueno es que ambos son grandes chicos, se llevan muy bien. El día que jueguen que gane el mejor… que espero que sea Brandon (risas).
JAIME: Yo creo que entenderán la situación, nos conocemos mucho entre nosotros, veremos qué ajuste hace cada uno cuando llegue ese momento.