"Vos sos un perro con raqueta"

Sorprendente relato del doblista argentino Máximo González que reconoce el maltrato psicológico del que fue víctima por parte del coach en su día, Raúl Pérez Roldán.

Rubén Pérez Serrano | 4 Mar 2022 | 23.27
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Máximo González, gran figura del dobles argentino. Foto: Getty
Máximo González, gran figura del dobles argentino. Foto: Getty

Una prolífica carrera en dobles contempla al argentino de Tandil, Máximo González. Con 38 años, el tandilense se ha ido especializando en la disciplina del dobles y en esa modalidad ha conseguido sus grandes éxitos, levantando 11 títulos y llegando a dos semifinales de Grand Slam. Durante muchos años pasó desapercibido, pero ahora sale a luz el calvario que sufrió en sus primeros años en el Tour. ¿La culpa? De su mismo entrenador, Raúl Pérez Roldán, el padre del famoso tenista Guillermo Pérez Roldán. Máximo González ha desvelado un bochornosa historia en el Podcast 3 Iguales donde rememora todo lo que sufrió y el maltrato psicológico al que fue sometido. Una historia pocas veces antes vista, especialmente en el circuito masculino.

No es la primera historia de maltratos de Raúl Pérez Roldán. El afamado técnico fue acusado hace unos años por su propio hijo, Guillermo, de haber sufrido maltrato pwsicológico y estafa por parte de su padre. "Hubiese preferido tener un peor entrenador y un mejor padre", relata Guillermo a La Nación por aquel entonces. Ahora, otro tenista, aún en activo como es Máximo González, ha vuelto a poner en el candelero y no precisamente para bien a Raúl Pérez Roldán.

Sus 'peculiares' formas de tratar a sus pupilos no han quedado en el olvido precisamente. Los machacaba mentalmente, evidenciando una falta de tacto y compasión por el jugador espeluznante. Lindezas como estas le dedicaba a Máximo: "Eres un perro con raqueta. Podrás estar entre los 200 o 300 mejores del mundo. Podrás incluso dedicarte al tenis profesionalmente y ganarte la vida con ello. Podrás ser profesor, jugar en Interclubs o lo que sea. Pero seguirás siendo un perro". Una relación tal con su pupilo lógicamente dejaba secuelas.

"El maltrato psicológico fue terrible. Siempre estaba llorando, noches y noches en lágrimas. Hasta llegó a ser algo físico. Mientras ganase los torneos no me decía nada, pero en cuanto perdía me insultaba, me llamaba burro. Después de un partido, me agarró brutalmente de la camiseta. Pude liberarme por suerte, pero lo pasé realmente mal", recuerda el argentino, que no se queda ahí. Muchas 'anécdotas' desagradables, inadmisables de un entrenador hacia su jugador. "En una sesión de entrenamiento me dijo que estaba lento, que me movía poco, y de él comenzó a agredirme, pegándome pelotazos en los gemelos. Me dolían mucho después de eso, pero necesitaba empezar a moverme, aunque fuera medio rengueando."

Acabar con el entrenador o acabar con el tenis

Un Máximo González muy joven, ni siquiera mayor de edad todavía, muy tierno todavía. Con esa relación que estaba sufriendo, era como plantearse muchas cosas. Iba a acabar odiando el tenis. "Necesitaba salir del tenis, en ese momento estaba en el puesto 700 del mundo más o menos y le dije a Raúl que no aguantaba más, que lo quería dejar. Pero me quedaban tres años de contrato con él, era mucha plata tener que largarlo. Tuve que volverme a Tandil con mi viejo y fuimos capaces de arreglar algo para acabar con eso. Si no era posible yo estaba dispuesto a dejar el tenis. Por suerte pudo terminar ese suplicio", concluye Máximo. Una rocambolesca historia y realmente triste.