Albert Ramos Viñolas se proclamó campeón del ATP 250 de Gstaad tras vencer a Cedrik-Marcel Stebe por 6-3, 6-2 en lo que fue una final tremendamente desigual, decantada por la mayor jerarquía y solidez del zurdo español.
El primer set comenzó de forma irregular para el catalán, cediendo el saque en un juego plagado de errores. Parecía que Stebe, motivado por jugar su primera final ATP tras años en el dique seco, salía con una marcha más, una impresión que se diluyó en el siguiente juego, en el cual Albert consiguió el contra-break. El partido ganó en intensidad y ritmo y cumplía los derroteros previstos, una batalla por tomar el control de los intercambios con el drive. La diferencia, al final, acabó siendo mental: ARV salvó dos bolas de break en contra con 2-2 y consiguió romper el saque de Stebe en el siguiente juego, un break que no dejaría escapar. Cedrik se empezaba a diluir, perdiendo la precisión en su derecha y la solidez en su servicio en base a bastantes errores no forzados. Esa rotura de servicio le bastó a Albert para llevarse el set y, sobre todo, imponer su patrón de juego: pegar derecha tras derecha, evitando la zona de revés, y llevar así el control de los intercambios, una tónica que Stebe no pudo evitar.
Lleno de confianza, el barcelonés empezó el segundo set mostrando su mejor nivel, con derechas ganadoras incluso por el lado del paralelo y consiguiendo el break al principio del mismo. Stebe trataba de evitar entrar en los intercambios de derecha de Albert a su revés, pero cada ataque del alemán encontraba una réplica aún mejor de Ramos. Ante este panorama, el alemán cambió de táctica y ganó varios puntos seguidos gracias a dejadas que cambiaban el ritmo del intercambio, pero esta táctica dejó de ser útil tras dos puntos, y el bajón al primer saque de Cedrik propició que Albert se pegase un festín a costa del alemán, atacando sin piedad sus segundos y capturando un doble break que dejaría el partido totalmente de cara para el catalán.
A partir de entonces todos los presentes en la pista central del torneo suizo sabían que la final tenía color español. Ramos se bastó de su característica solidez y de buscar las cosquillas de un Stebe con problemas para finalizar los puntos cerca de la red. Tras poco más de hora y veinte minutos, el español levantaba los brazos al cielo de Gstaad: por fin, después de mucho tiempo, volvía a verse campeón.
Este es el segundo título para Albert, que vuelve además al top-70 tras estar varios meses compaginando el circuito Challenger con el ATP. En busca de los puntos que le permitan no tener que pasar por previas de 250 y 500, esta semana es más que positiva para el residente en Mataró, certificada con un sentido abrazo con su entrenador que da buena fe de la importancia de la misma. Por su parte, Stebe da un salto de casi 200 posiciones con esta final. El alemán será el #257 tras ser el finalista ATP con el ranking más bajo desde Raemon Sluiter en Den Bosch'09 y, lo más importante, recupera la confianza en su tenis después de casi dos años sin ganar a nivel ATP, utilizando su ranking protegido para entrar en estos torneos sin éxito hasta la disputa de este torneo.