Nick Kyrgios no tiene una especial conexión con el Masters 1000 Shanghai 2018. Es en la ciudad china donde sus espectáculos más grotescos sobre una pista de tenis, en lo que a actitud se refiere, han alcanzado un mayor auge y en esta temporada no podía ser menos. Parecía que empezaba bien su duelo ante Bradley Klahn, al ganar el primer set, pero enseguida se le vio apático, chulesco, más preocupado en jugar andando e intentar menospreciar a su rival que en ganar el partido. Constantes gestos de negación y puntos incomprensibles sazonaron la derrota del australiano ante un Klahn muy inspirado, que terminó ganando por 4-6 6-4 6-3.
Kyrgios hace de las suyas

