Joao Fonseca y una evolución que recuerda a... ¿Alcaraz?

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Un talento natural con un techo infinito, la presión mediática por su procedencia y temprano boom y la sensación de que su figura empieza a ser verdaderamente polarizante. 2025 ha sido un fantástico año para un Joao Fonseca al que podríamos definir de muchas maneras y que, y esto es innegable, se ha ganado motu proprio una plaza en la élite del circuito ATP. ¿Hasta qué punto su progresión es motivo de celebración y, sobre todo, deja entrever una evolución más estimulante? ¿Cuál es el verdadero techo del brasileño y con quién podría asemejarse su trayectoria en el circuito? Preguntas que, si se analizan con tacto ciertos números, arrojan respuestas más que interesantes.

Es innegable que Joao ha sido uno de los grandes agitadores del circuito ATP. Termina la temporada con 19 años recién cumplidos y ya ocupa un lugar de privilegio entre los 25 mejores del mundo, merced a dos títulos ATP (uno de ellos de categoría 500, Basilea; el otro, Buenos Aires), dos títulos de categoría Challenger, varias victorias ante top-20 (la más impactante y recordada, sin dudas, aquella que le catapultó al estrellato, en su debut en el Open de Australia 2025 contra Andrey Rublev) y picos de juego de una intensidad y calidad absolutamente diferencial... como ya ocurriese con un tal Carlos Alcaraz en 2021.

Eso sí: también ha sido un año de aprendizajes. Y con los aprendizajes, claro, hablamos de derrotas dolorosas, de giras en las que el brasileño adolecía de un plan B, dudaba de su propia identidad como jugador y se ahogaba en errores presa de la precipitación. Es lo normal, pero atisbábamos un potencial tan enorme que, quizás, nos ilusionamos en que el carioca arribase a la planta noble del circuito quemando etapas, con la convicción de las leyendas de este deporte. ¿Nos vinimos un poco arriba? Quizás sí... pero no resta ni un ápice al mérito del año de Fonseca, menos aún a un potencial que, se materialice con más o menos rapidez, está ahí.

La comparativa de la progresión de Joao Fonseca con Carlos Alcaraz asusta y podría marcar el camino del brasileño, aunque aparecer con la rapidez del murciano en la élite parece improbable

La temporada de Joao gana empaque cuando nos fijamos en los números que otros talentos precoces han dejado en circunstancias parecidas. Los paralelismos con Carlos Alcaraz y su temporada 2021 son imponentes: los números no mienten, y la trayectoria que perseguía el brasileño estaba a la par de la que vivió quien ya es uno de los dominadores del circuito. Si bien con un año menos (el sudamericano ha cumplido 19 años hace tres meses, mientras que Carlos cumplió 18 en el primer cuatrimestre de 2021), los datos son inquietantemente similares.

¿Hazañas que comparten? Muchísimas. Para empezar, su salto en el ranking ATP es casi idéntico: Fonseca ha pasado en 2025 del #145 del mundo al #24 actual, mientras que Alcaraz logró un salto del #141 al #35 a final de temporada. ¿El balance de victorias y derrotas a nivel ATP? De nuevo, un dato que asusta: 26V-16D para el brasileño por el 27V-17D del español. Porcentajes, vaya, clavados.

También lograron sus primeras preseas (Joao se estrenó en Buenos Aires, Carlos en Umag), compaginaron títulos ATP con títulos a nivel Challenger (el murciano ganó en Oeiras justo antes de dar el salto completo a nivel ATP, algo similar a lo que logró el de Rio en Canberra, justo antes del Open de Australia). ¿Los Grand Slams? Otro dato inquietante: ambos, prácticamente en sus estrenos, lograron triunfos en todos los Majors, si bien aquí Alcaraz le gana la partida a un Joao que solo lamenta no haber tenido una actuación similar a la del US Open 2021, la primera presencia de Carlos en los cuartos de final de un Grand Slam.

¿Significa esto que Joao Fonseca dominará el tenis dentro de cuatro años como lo ha logrado Carlos Alcaraz? El circuito ha entrado en una nueva era, con dos dominadores asentados de tenis generacional, e incluso una versión con un techo aún mayor parece lejana de lograr algo así. Tampoco parece factible que Joao consiga un Grand Slam el año que viene (Alcaraz continuó su gran 2021 con aquel inolvidable triunfo en el US Open 2022), pero...

Los números merecen reflexión y son una muestra de que el potencial de Fonseca, del que muchos avisaron en su época júnior, es real. No hay una máquina del hype ni una conspiración por la que obligar al público a consumir este producto: echar un vistazo a su curva de progresión es suficiente para saber que, si nada se tuerce y el físico le respeta, su potencial es altísimo. Pequeños detalles y decisiones en próximas temporadas, entre las que se encuentra diversificar su tenis y mejorar el juego de transición, marcarán un camino que difícilmente le llevará a un éxito tan temprano como a Carlos... pero ya han visto, amigos, que ejemplos de explosión tardía hay muchísimos, y que el camino recorrido hasta ahora ya es impropio de un joven tan imberbe. Disfrutemos, pues, del esperanzador futuro que nos ofrece el carioca... y, quizás, revisitemos este artículo el año que viene.