David Ferrer (Jávea, Alicante, 2 de abril de 1982) no pierde jamás la serenidad. Su presencia es magnética, exude tranquilidad y convicción y arropa a sus pupilos de manera que resulta imposible discutir su liderazgo. No están siendo horas fáciles para el seleccionador nacional: su número uno del mundo y gran baza para triunfar en Bolonia, Carlos Alcaraz, decidió en un corto periodo de tiempo que la lesión sufrida en Turín le impedirá defender los colores de la selección nacional, un duro varapalo que todavía parece estar siendo asimilado.
Sin embargo, conforme la conversación avanza, David Ferrer cree. Cree porque tiene a su disposición a un grupo de guerreros con fé ciega en su mando, porque España viene de remontar una eliminatoria casi imposible frente a Dinamarca y porque en estas Finales de Copa Davis 2025, todo parece extremadamente igualado. No está Carlos, pero tampoco Sinner o Musetti... y la selección cuenta con bazas escondidas en puntos claves, como la vuelta de un Marcel Granollers con dos Grand Slams a sus espaldas esta temporada en el circuito de dobles.
A pesar de la polémica por la ausencia de Alejandro Davidovich y la caída a última hora de Carlos, Ferrer incide en el alma de una selección que hace grupo desde el vestuario, que recupera el espíritu de la Copa Davis de toda la vida (aquella en la que los supuestos secundarios se convertían en gigantes) y que afronta desde ya uno de sus retos más exigentes desde su inicio en la capitanía. Un reto, la República Checa de Lehecka y Mensik, y un sueño: levantar, a pesar del supuesto pesimismo de la afición, una nueva Ensaladera. Nadie mejor que él, en entrevista para Puntodebreak desde Bolonia, para profundizar en un escenario de reivindicación y muchas ganas de ganar.
CN: David, tengo la sensación de que en la rueda de prensa has ido de menos a más, acabando cada vez más animado. La baja de Alcaraz, entiendo, es un palo importante, pero, ¿cómo ha cambiado tu mentalidad y tu ánimo desde ayer por la noche hasta ahora mismo, en estos momentos?
DF: Ha cambiado. Ha cambiado, obviamente. Ayer fue un día duro. Claro, Carlos vino y en un principio pensábamos que sí, que iba a poder estar, luego se hizo la resonancia y ya hablando con el doctor, con Ángel Cotorro, él ya me dijo que no iba a ser fácil. Hablamos de un jugador muy importante, el número uno del mundo y alguien que yo sabía que, en cierto modo, lo necesitamos para ganar la Copa Davis… y no puede estar con nosotros. Fue duro, pero esta mañana ya ha sido diferente. Yo siempre he creído que este tipo de problemas los proceso bien: a medida que pasan las horas, ahí ves qué soluciones puedes tomar. Además, veo entrenando muy bien a mis jugadores. Están muy, muy ilusionados y eso me da confianza, porque con este formato también es verdad que todo se iguala más. Confío, confío, confío. Hoy confío, mañana más y el jueves estaré motivadísimo (sonríe) Mi carácter es y será así.
No te voy a hablar de 24 horas porque quizás es mucho, pero sí las últimas doce u once. ¿Han sido tus momentos más duros como seleccionador? ¿O dirías que ha habido momentos peores, por ejemplo, estando 0-2 abajo contra Dinamarca?
No, no diría que son las más duras, porque al fin y al cabo estamos en las Finals. Mira, yo recuerdo en mi debut como seleccionador que perdimos (ríe) dos eliminatorias, seis a cero, todos los partidos. Fue duro, además, en casa. Y recuerdo lo de Marbella, que es verdad que acabó bien, pero fue duro, el comienzo fue bastante duro. Sin embargo, te diría que Málaga, cuando perdimos contra Holanda en la despedida de Rafa, porque es Rafa y yo le tengo un cariño muy especial: para mí, quizá, esa fue la más dura.
Te quedarías con la de Málaga, ¿no?
Sí. La de Málaga.
Hablabas tú de cómo se iguala todo en esta Copa Davis. Esa es la sensación: Zverev es el mejor por ranking, pero no da tanta seguridad; Lehecka y Mensik son un gran dúo, pero vienen con ciertos problemas físicos… ¿también tienes tú esa sensación de que todo puede pasar, de que no hay grandísimo favorito para conquistar la Davis este año?
Sí, porque Italia, al fallar tanto Musetti como Jannik Sinner, que no cuenten con esa pareja iguala más todo, ¿no? Si hubieran estado en perfectas condiciones o hubieran estado tanto Carlos como Alex, en España habríamos tenido ese caso comparable a Italia. Y ahora, pues bueno, creo que todos tienen algún singlista muy bueno, quizás el dobles no tanto, y nosotros tenemos jugadores que conforman una buena baza para el dobles, para poder encarar ese punto, mientras que tenemos tanto a Jaume como a Pablo, que en el individuales van a competir y van a tener sus opciones.
Te vas a enfrentar, ahora como capitán, a un tipo llamado Tomas Berdych, contra el cual seguramente jugaste, o yo por lo menos lo considero y lo recuerdo, uno de los mejores partidos que te he visto jugar, en aquella final de Copa Davis de Praga en la que le ganaste. ¿Cómo ha cambiado David Ferrer y cómo crees que ha cambiado Tomas Berdych, y qué recuerdos tienes de aquel partido?
Tengo un recuerdo muy bonito de aquel partido. Bonito porque ese año fue quizá el mejor año de mi carrera tenística y jugué a un grandísimo nivel. Luego, no es un recuerdo tan bonito porque perdimos aquella final de Copa Davis, pero intento no pensar mucho más allá. Hemos cambiado, desde luego... bueno, no sé Tomas (sonríe), sí que hablo con él, pero no conozco tanto de su vida privada. Obviamente, a medida que te vas haciendo mayor relativizas todo mucho más, eres más maduro que en esa época. Es una etapa de la vida que en cierto modo recuerdas con cariño, pero la verdad es que no soy alguien que vive mucho el pasado, soy más de vivir el presente y el futuro. La verdad es que cuando me lo has recordado, el recuerdo que me ha llegado es bonito, pero no es algo en lo que piense.
Hablemos, pues, del presente… y del futuro. ¿Cuánta cuerda le queda a David Ferrer en cuanto a motivación, en cuanto a ánimo, como líder de este grupo humano de Copa Davis?
(ríe) Buena pregunta. Mira, yo cualquier trabajo que hago… si lo hago es porque estoy motivado e ilusionado: a día de hoy cumplo ambas, estoy motivado y estoy ilusionado. A partir de ahí ya...
Ya se verá, ¿no?
Ya se verá, porque, bueno, lo que te he dicho, es presente y futuro… y en estos momentos prefiero pensar en el presente.

Jiri Lehecka y Jakub Mensik, dos amenazas para esta eliminatoria. ¿Cómo los analizas? ¿Qué fortalezas tienen y cómo has preparado esta eliminatoria, específicamente, imagino, para enfrentarte a ambos?
Empezando por Lehecka, es un jugador que ha tenido un final de año extraño. También tuvo una lesión durante buena parte del año pasado.. pero es un tenista que, para mí, es jugador top-20, tranquilamente, y un jugador con opciones a ser top-10. Sin dudas. Es muy checo, los checos al final siempre juegan a una misma velocidad, muy plano, son jugadores de indoor. Además, es un jugador que mentalmente es bueno. Es un tipo al que tienes que competir y ganarle. Yo creo que juega a nuestro favor el hecho de que a final del año ha venido con menos confianza, ganando menos partidos.
Mensik es un jugador joven que para mí será top-10. Es un jugador que va a estar arriba. Este año ya ha ganado Miami, ha ganado un Master 1000; también es cierto que ha tenido más lesiones, ha tenido problemas en la rodilla, pero es un tipo que saca extraordinariamente bien… veremos cómo lo afronta, ¿no? Todavía tampoco he visto a Mensik jugar algo parecido a unas eliminatorias con esa presión de unas Finales. En caso de que nuestro jugador sea Pablo Carreño, creo que por ahí nosotros podemos tener nuestras opciones.
Después de todo lo que ha pasado, la baja de Alcaraz, que lo ha eclipsado todo… ¿hay más presión o sensación de que es momento de reivindicarse?
No, hay ganas de… competir y hacerlo bien. Tenemos ganas de ganar. Me da igual que… bueno, no me da igual que no esté Carlos, porque necesito a Carlos, pero ostras, no sé, yo...
Es cierto que se crea otro clima distinto, de decir: vamos a por ello, vamos a demostrar que este grupo, que ya logró algo increíble en Marbella, aquí también lo puede lograr.
Sí. Creo de verdad que pueden hacerlo, porque hay buen ambiente de grupo y se pueden dar cosas buenas. Cuando yo era jugador, me tenía fé muchas veces, y en ese aspecto sigo pensando lo mismo. Siempre veo ese punto en el que siento que podemos engancharlos…
Y es un grupo que tiene la ilusión de competir por España, esa ilusión de esta competición más propia de la Copa Davis de toda la vida.
Sí, sí. Además, compiten muy bien. Si lo analizo, mira: Jaume creo que ya sabe y se ha quitado lo que es la presión de estar aquí, porque la tuvo en Marbella. Se la ha quitado un poco de encima y creo que viene diferente. Pedro compite siempre bien por equipos, es un jugadorazo. En ese aspecto, y salvando las distancias, me recuerda a Feli. Y Marcel, lo que he dicho en rueda de prensa es verdad, es que considero que es un jugador diferente al del año pasado. Es un jugador con mucha más experiencia y con mucha más confianza en sí mismo. Solo hay que verle en los entrenamientos de dobles, la manera tan segura en la que asume la responsabilidad…
¿Crees que ha tomado el rol de líder del equipo?
Sí, ahora sí. Es algo que no he hablado con él, que quiero hablar con él, pero sí, ahora mismo lo veo en el rol de líder.

