
Aunque seguramente no haya sido el partido de tenis de mayor nivel de la semana –158 errores no forzados entre las dos–, pocos enfrentamientos podrán ofrecer tanta emoción como la vivida esta noche en el WTA 1000 de Roma entre Coco Gauff y Qinwen Zheng. Parando el reloj en tres horas y media, la estadounidense se llevó el gato al agua en un duelo con mucho picante, teniendo en cuenta el papel que jugaba Pere Riba en el banquillo como actual entrenador de una y ex entrenador de la otra. Nada pudo frenar a la estadounidense, ni siquiera esos dos puntos de fortuna que finalmente acabaron por decantar la balanza de una lucha épica que empezó el jueves y terminó el viernes.
“Esta victoria es muy especial, para mí significa muchísima haber logrado por fin este pase a la final, sobre todo quiero agradecerle a todo el público presente que se haya mantenido en las gradas hasta el final, soy muy consciente de la hora a la que hemos terminado. Agradezco de verdad todo el apoyo que he recibido durante este encuentro, sabiendo que posiblemente en la final no vaya a ser igual (risas), pero está todo bien. Gracias a todos por el calor de esta noche, ya es hora de que todos os vayamos a descansar”, bromeó la Nº3 del mundo en su entrevista post-partido a pie de pista.
Sin mucho margen para estirar la charla, puesto que las horas lo que invitaban era a recoger cuanto antes y cerrar la persiana hasta mañana, la periodista quiso salirse un poco del guion y apuntar a una diana más distendida, alejada de la pura competición, en busca más de la curiosidad para cerrar la jornada con una sonrisa. ¿Tiene Gauff alguna manía que cumpla a rajatabla en días tan relevantes como este? Una cuestión interesante que acabó teniendo como protagonista al papá de la jugadora.
“La verdad es que no tengo ninguna superstición o ritual en estos momentos, aunque suelo hacer las mismas cosas antes de cada partido, siempre como lo mismo. Desde hace tiempo intento no ser demasiado supersticiosa en lo deportivo, ya que luego este tipo de cosas pueden hacer que termines completamente loca. Por ejemplo, mi papá es muy supersticioso y, simplemente por esto, hace tiempo que no aparece en mi banquillo durante los partidos, es demasiado para él”, comentó la norteamericana con la historia ya muy asumida.
SEGUNDA FINAL CONSECUTIVA
Curiosamente, la temporada de Gauff no estaba siendo nada destacable hasta hace un par de semanas, siendo los cuartos de final en el Open de Australia su mejor resultado aunque de final bastante amargo. Todo cambió en el Mutua Madrid Open, donde Coco recuperó la confianza para volver a plantarse en una final de la máxima categoría, aunque allí Sabalenka la privara de las mieles del éxito. Quince días después ha repetido el camino del éxito hasta una nueva final, la primera para ella en el Foro Itálico, donde le espera el próximo sábado Jasmine Paolini. Mientras contamos las horas hasta que llegue el encuentro, la de Delray Beach confiesa cuáles son sus únicas ‘supersticiones’ en los días previos a una cita que puede ser clave en su palmarés.
“En mi caso, simplemente intento disfrutar del día a día, salir liberada a pista cada vez que tengo la oportunidad, mostrándome tal y como soy. Obviamente, en noches como esta donde las cosas salen como quieres, todo se mira de una manera diferente, aunque reconozco que no ha sido un día en el que sienta que haya mostrado mi mejor versión, así que esto me hace sentir muy orgullosa”, concluye la mujer que saldrá de Roma en el segundo escalón del ranking mundial.