
De la calma del vestuario, del que las dos salían con los cascos puestos, a la acción en una Rod Laver Arena a la que Iga Swiatek salía como favorita en un duelo con mucho peligro, aunque con la confianza de haber ganado a la británica en las tres ocasiones en las que se habían enfrentado con anterioridad. La polaca destrozaba sin piedad todas las esperanzas de Emma Raducanu, a quien ganaba por 6-1 y 6-0 en apenas 1 hora y 10 minutos de partido.
A pesar de empezar el choque con quejas a la jueza de silla por un tema de toallas, la número dos del mundo sacaba una gran versión de su tenis desde el primer momento, lanzando la bola de esquina a esquina y obligando a su rival a remar todo el rato desde la defensa. Con el paso de los minutos, ese dominio brutal del inicio por parte de Swiatek se igualaba con el juego de una Raducanu que daba un paso adelante cuando la situación se lo exigía, sin miedo a buscar el ganador ni a sacar a relucir diferentes recursos como la dejada.
Ese primer juego al saque de la británica fue lo que duró su ilusión por plantarle cara a la número dos del mundo. Tal y como mostraba desde el inicio, Iga no tenía piedad con una Emma que tardó poco en perder su plan de juego ante una oponente que no le daba opción a absolutamente nada. En solo 31 minutos, la polaca se adjudicaba un primer parcial totalmente decantado, dejando claras sus intenciones de cara al resto del partido.
Swiatek, sin piedad
Nada cambiaba en un segundo set en el que Swiatek no soltaba el mando, mientras el tenis de Raducanu terminaba de desintegrarse aumentando de forma clamorosa su apartado de errores no forzados, fallando remates que parecían fáciles para su raqueta. A estas alturas del encuentro, la británica ya luchaba para evitar el rosco, algo que resultó inevitable ya sin el saque de su lado. La polaca espera ahora rival en los octavos de final del Open de Australia 2025 del choque entre Lys vs Cristian.