Veloz y conciso ha sido el primer encuentro de estas ATP Finals 2024. A pesar de comenzar con un empate tranquilo en el marcador, la locura llegaba a Turín por parte de un Daniil Medvedev totalmente enfurecido que ha perdido el control. Incluso con punto de castigo, el ruso perdía el encuentro de fase de grupos que le citaba con Taylor Fritz con un marcador de 4-6 y 3-6 en 1 hora y 20 minutos de choque.
Hechas ya las presentaciones y tras vivir el espectáculo inicial, Taylor y Daniil salían a una pista con un ambiente impresionante. A pesar de algún error puntual, el empate reinaba a mediados del primer parcial. Las dudas aparecían en los segundos saques del tenista ruso, mientras que Fritz trataba de ir poco a poco en cuanto movimiento, yendo de menos a más para seguir de igual a igual en la pelea directa con el número cuatro del mundo.
Toda la tensión y emoción del momento se terminaban de forma brusca como consecuencia de una doble falta con la que Medvedev cedía la primera manga. Frustrado consigo mismo, Daniil reventaba la raqueta contra el suelo, sabiendo que aún quedaba partido para buscar esa redención. Asombrado y casi sin moverse, viendo pasar el globo, el ruso presenciaba cómo el partido se le iba de las manos.
Daniil Medvedev pierde totalmente el control
Al mismo tiempo, después de tirar otra raqueta fuera de los límites de la pista, lo que se le escapaba de las manos a Medvedev eran las raquetas, acción con la que Daniil, totalmente fuera de sí, hacía enfurecer al público, quien no dudaba en pitarle al término de cada intercambio. Ingenio (para mal) no le faltaba a un Medvedev que incluso hacía el amago de restar sujetando la raqueta al revés.
Mientras, al otro lado de la red, Taylor seguía a lo suyo sin desconcentrarse, todo ello con amenazas de retiro al juez de silla por parte del número cuatro del mundo, quien se había encaprichado por tener una pelota del partido en sus manos. En apenas un abrir y cerrar de ojos, el estadounidense confirmaba su primer triunfo de estas ATP Finals 2024, con Daniil mostrando una cara que deja mucho que desear.