
Después de brillar en categorías inferiores, tanto a nivel nacional como internacional, Ariana Geerlings está preparada para afrontar su primera temporada profesional en 2024. De vuelta a Murcia, de la mano de Juancho Marín y con más ambición que nunca.
En Punto de Break hemos hablado varias veces de Ariana Geerlings (Granada, 2005), pero nunca le habíamos hecho una entrevista en condiciones. Esta cuenta pendiente quedó saldada esta semana en la Copa Faulcombridge, donde la española disputó por primera vez un torneo de categoría $100.000. Tras caer en octavos de final, la granadina de 18 años nos recibe en el salón del Club de Tenis Valencia para contarnos al detalle sus orígenes, su progresión y sus ambiciones.
Pero antes de escucharla hay que subrayar algunos capítulos fundamentales para dar contexto. El primero, sus tres años entrenando en la Rafa Nadal Academy, etapa que decidió concluir este verano. El segundo, el título conquistado hace cuatro meses en el Campeonato de Europa Junior sub18, donde venció en la final a la principal cabeza de serie. Y tercero, aunque no menos importante, la lesión que a principios de 2021 estuvo a punto de robarle todos estos sueños.
Para quien no te conozca, ¿quién es Ariana Geerlings?
Una chica de 18 años, nacida en Granada pero afincada en Murcia. Mi padre es holandés y mi madre murciana. Tengo un hermano de 21 años y empecé a jugar al tenis por él, porque siempre le veía jugando de pequeño, así que los fines de semana le acompañaba a los torneos. Con 4 años decidí que yo también quería jugar a tenis, toda mi familia siempre ha jugado. A partir de los 7 años empecé a competir y así hasta entonces.
Con 18 años eres la #752 del mundo, esto solo acaba de empezar.
Lo que pasa es que estuve parada durante un año por una rotura de ligamentos de la rodilla. Me rompí jugando un partido, el médico me dijo que era la sexta vez que había visto un caso así, es algo muy inusual.
¿Cómo fue?
Me pasó en enero de 2021, en uno de los 15K que se juegan en la Academia de Rafa Nadal, donde entrenaba en aquel momento. Se me juntaron tres partidos en un día, estaba ya cansada, me hicieron un contrapié y cuando fui a girar se me quedó clavada la rodilla. No paraba de gritar, vino la ambulancia y me llevaron al hospital.
Tuvo que ser duro el momento de recibir el diagnóstico.
Tenía 15 años, no era consciente de lo que significaba. Pensé que serían unos meses y ya está, hasta que me explicaron la lesión que era y lo que cuesta recuperarse. Fueron 14 meses de rehabilitación, tres horas de fisio y cuatro horas de gimnasio al día. Muchísima paciencia.
¿Llegaron a decirte que no podrías volver a jugar?
Que yo recuerde, no. Pero claro, después de una operación nunca sabes si volverás a estar al 100%, ni cómo será la recuperación, pero nunca pensé en no volver a jugar. Siempre fui positiva, estuve muy centrada en la recuperación, además tuve un gran equipo en la Academia que me ayudó durante todos esos meses. Ahora mismo no noto nada extraño en la rodilla izquierda, está todo bien.
Este año dejaste la Academia de Nadal.
Exacto, ahora estoy en el Murcia Club de Tenis, he vuelto a casa.
¿Qué tal la experiencia en Manacor?
Muy chula, es una experiencia increíble, me arroparon desde el primer día. Quizá me fui siendo muy pequeña, te alejas de tus padres y eso es duro, aunque me vino bien para madurar y darme cuenta del sacrifico que supone esta carrera. Para los estudios también me lo pusieron más fácil, en casa habría sido distinto.
¿Sigues estudiando?
He terminado Bachiller y este año empecé con la universidad, estoy en la UCAM de Murcia haciendo las clases de manera semi-presencial. Estudio Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
No te hace falta nutricionista, tienes claro lo que hay que comer.
Lo tengo claro, pero no siempre lo cumplo (risas). Esta carrera no es tanto Nutrición, trata más sobre la composición de los alimentos. Si algún día la termino, la idea es hacer después el doble grado de Nutrición, que serían dos años más.
¿No te planteaste irte a Estados Unidos?
Lo estuve mirando en un principio, cuando me fui de la Academia de Nadal no sabía muy bien qué hacer, si volver a casa o irme a Estado Unidos. Estuve hablando con varias universidades de allí, mis padres me dijeron que no cerrara ninguna puerta, que me planteara todas las opciones. Alguna me gustó mucho, estuve a punto de firmar para 2025 y así tener un año entero para pensármelo, pero en verano estuve en Murcia y decidí quedarme. No quería volver a irme de casa después de tres años fuera.
¿Llevaste mal esa distancia?
Bastante, sobre todo al final. Al principio es como irte de vacaciones: te vas fuera de casa, no tienes normas y no están tus padres detrás. Luego empecé a competir más y eso significaba volver menos semanas a casa, hasta que se acabó haciendo muy duro. En los últimos seis meses, de enero a junio, mis padres vinieron a Mallorca a vivir conmigo, también para ayudarme a tomar la mejor decisión de cara al futuro.
Con la de chavales que sueñan con entrenar en la Academia de Rafa Nadal, más de uno no entenderá su decisión.
Seguro que alguno lo pensará, pero tienes que vivirlo para saber qué es lo mejor para ti. A día de hoy, creo que tomé una buena decisión volviendo a casa.
¿Cómo se trabaja en la Academia? ¿Intentan crear mini-Nadales?
Algo así.
Pues mucho ánimo.
(Risas) Intentan apoyarse mucho en su trayectoria, se entrena muchísimas horas, además Toni (Nadal) está muy presente, a mí me entrenó bastante. Toman la misma filosofía de Rafa, mucho entreno y poco descanso, totalmente enfocados en la pista. Eso provocaba que hubiera muchos lesionados, porque nadie tiene el físico de Rafa. Muchos no podíamos mantener el ritmo de entrenar cinco horas al día y no tener días de descanso.
Es un plan arriesgado, pero quién sabe…
De tantos que hay, igual alguno sale, pero es difícil.
Vamos, que la metodología de trabajo era la misma para todos.
Hasta donde yo sé y hasta donde yo vi, todos entrenaban la misma cantidad de horas. Obviamente, si uno estaba muy cansado, le dejaban descansar algún día. Creo que lo que les falta es especificarse más en cada jugador, analizarlo y entenderlo más, decidir qué es lo mejor para cada perfil. Pero bueno, entiendo que es una Academia y hay mucha gente, no puedes definir un plan para cada persona.
¿Compartiste muchos días con Toni Nadal?
No solamente conmigo, pero sí es verdad que he pasado muchas horas en pista con él. Al principio impone… y al final también (risas). Tiene algo muy bueno y es que diferenciar cuándo estás entrenando y cuándo hacer bromas, en ese sentido no es siempre tan estricto. Lo que sí te obliga es a dar el 100%, no quiere que le hagas perder el tiempo.
¿Habla mucho de Rafa?
Está cada día hablando de él, sí. Siempre pone ejemplos de cuando era pequeño, destacaba mucho esa inteligencia de saber cuándo no tenía que fallar o cuándo tenía que pasar una bola más, era muy listo en ese sentido. También nos hablaba de la evolución que ha ido teniendo Rafa al hacerse mayor, siempre empujado por esa mentalidad de hierro.
La cabeza es (casi) todo en el tenis.
Todo no, pero sí supone un 65% del éxito, es muy importante. Por muchos golpes que tengas o mucho que trabajes el físico, si no tienes la cabeza amueblada es muy difícil.
¿Qué tal con Rafa? ¿Impone tanto como Toni?
Impone más todavía, pero es muy buen tío. Igual puedes pensar que un jugador de ese nivel podría pasearse por el club como si fuese el rey del mambo, pero Rafa es todo lo contrario. Allí es uno más, siempre muy cercano y familiar, a mí me acogieron súper bien desde el primer día, tanto él como su familia.
¿Aprovechaste para hacerle alguna pregunta interesante?
Personalmente, creo que nunca le hice ninguna pregunta. Si ahora tuviera la oportunidad, le preguntaría cómo lleva la presión de ser Nº1. Cómo maneja esa sensación de llegar al próximo torneo sabiendo que la gente tiene tantas expectativas sobre él. Esa presión de ser el mejor se tiene que notar muchísimo, la noto yo sin ser nadie, imagínate. Me gustaría saber cómo gestionó esas situaciones de tensión y estrés.
¿Tú has sufrido ya esa presión?
Cuando gané dos años consecutivos el Campeonato de España, al tercer año todos pensaban que tenía que volver a ganarlo. O al menos yo pensaba que lo pensaban. Al final juegas peor porque entras con tensión a los partidos, no disfrutas. Saber gestionar esos momentos es muy importante.
En estos pocos años que llevas de carrera, ¿has descubierto el lado oscuro del tenis?
De momento no pienso mucho en lo malo, prefiero quedarme con lo bueno que tiene. Si con 18 años ya vas pensando en todos los desafíos que irás teniendo en tu carrera, más todo lo que se irá sumando con los años, puede llegar un punto donde te rindas, o donde veas que no eres capaz de soportarlo. Ahora mismo no veo ningún factor insalvable a lo largo del camino.
Pero eres consciente que el peaje a pagar es altísimo.
No me lo han pintado todo de rosa, me han avisado de todos los sacrificios que tendré que hacer, ya sea con los viajes o estando lejos de tus familiares. Pero si te gusta mucho el deporte y la competición, creo que no se vuelve tan pesado. Si además vas acompañado de un equipo que te apoya y genera buen feeling, eso ayuda a llevar mejor las semanas.
¿Eres de las que sueña muy alto?
Bastante, desde que era pequeña. No me voy a conformar con ser #150 o #100 del mundo, quiero más.
¿#70 del mundo?
No (risas)
¿#42?
No (más risas)
¿Cuál es tu sueño?
Ser número 1 y ganar algún Grand Slam.
El sueño de todos.
Sé que es muy difícil, que muy pocos lo consiguen, pero creo que si sueñas con algo y trabajas duro por ello… no te voy a decir que lo vaya a conseguir, sé lo complicado que es, pero voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que se haga realidad.
Cumpliste 18 años en septiembre, ¿qué cosas te estás perdiendo de una chica de tu edad?
No salgo cada fin de semana, eso seguro (risas). Tampoco he ido a ningún viaje con el colegio, el típico que se hace a Sierra Nevada a esquiar. O los campamentos de verano, tampoco. Digamos que en verano ni estoy en la playa ni estoy con mis amigas, lo que hago es competir. Cuando vuelvo a casa intento tener una vida normal con mi gente, tampoco es bueno centrarse únicamente en el tenis, hay que tener algo de vida social.
¿Notas la brecha de madurez con tus amigas?
El tenis es un deporte que te da muchas experiencias, te obliga a hacer muchos sacrificios y te enseña mucha disciplina. Ser deportista, en general, te ayuda a madurar antes que una persona con una vida normal. Claro que lo noto con otras chicas de mi edad, pero no sé cómo explicarlo […] La forma de pensar y ver las cosas no es igual. Ellas salen de Murcia o de España un par de veces al año, normalmente de vacaciones. Todavía no han vivido lo que es sacrificarse por un sueño, levantarse temprano cada mañana para trabajar en lo que te gusta.
Si nos metemos en la pista, ¿cómo te defines?
Muy luchadora, agresiva, no soy pasabolas. Me gusta apretar, coger la iniciativa, sobre todo con la derecha. Ahora estoy intentando subir más a la red, acabar los puntos ahí arriba. Trabajo mucho para ser constante y fallar menos, esto es imprescindible si quieres subir el nivel, las de arriba no te regalan nada.
¿Cuál es tu punto fuerte?
La derecha en ataque o la mentalidad. Puedo ir perdiendo 5-0 que no me doy nunca por vencida, aunque mejor si voy por delante (risas).
¿Y tu punto a mejorar?
El saque, sobre todo. También quiero jugar mejor los puntos importantes, mantener la concentración y no pensar en otras cosas.
¿Tienes referentes?
Me gusta Sabalenka porque juega fuerte, aprieta mucho la bola. También me gusta mucho Swiatek porque intenta subir a la red y acabar ahí los puntos, coge mucho la iniciativa, pero usando efectos. Sería algo intermedio entre las dos.
Tácticamente, ¿te gusta el tenis actual?
No conozco el tenis de antes, pero a mí me gusta el tenis de ahora. La bola va cada vez más rápida, la gente cada vez tiene más fuerza y le pega más duro. Al ser una jugadora agresiva que le gusta atacar, el tenis actual me gusta bastante.
¿Toni qué te decía? ¿Que le pegaras fuerte o que fueras paciente?
No, no. Me decía que le pegara fuerte. A él lo de pasar bolas no le gusta mucho (risas).
¡Ronda rápida! Un torneo que sueñes con ganar.
Roland Garros, mi superficie favorita es la tierra batida.
Tu mejor recuerdo en el tenis.
Este verano, el Campeonato de Europa Junior. Venía de una racha mentalmente muy mala con esos seis últimos meses en la Academia de Nadal. Tener un momento así después de todo esto, más la lesión de la rodilla y otro problema que me surgió en el brazo, me dio mucha motivación para seguir. Después de una lesión es difícil retomar el ritmo de partidos, un título así te da más energía y ganas de trabajar.
¿Algún deporte que no sea tenis?
De pequeña hacía baloncesto y gimnasia rítmica, pero ahora no lo sigo.
¿Un hobby?
Me gusta mucho cocinar, escuchar música y ver series.
¿Algún plato especial?
La tortilla de patata española, siempre con cebolla.
¿Ganar un Grand Slam o ser Nº1?
Ganar un Grand Slam. Quizá la gente no te recuerde por ser Nº1 unos meses. Pero si ganas un título, eso siempre estará ahí.
¿Ganar un Grand Slam o una medalla olímpica?
La medalla. Representar a tu país y colgarte una medalla creo que es lo más importante que hay.
Te veo muy patriótica, no hay que preocuparse por si la federación holandesa toca a tu puerta…
No, no (risas).
¿Quién es el mejor tenista de la historia?
En títulos es Djokovic, sobre el papel está claro. Como jugador, a mí me gusta más Rafa por su forma de ser, tanto dentro como fuera de la pista. También me gusta Federer, tiene un talento increíble, pero me quedo con Rafa.
La mejor jugadora a la que te hayas enfrentado.
Hace tiempo jugué con Cristina Bucsa, me pintó la cara (risas). No la vi venir, fue 6-0 y 6-2.
¿Qué musica escuchas?
Canciones inglesas, en plan tristes, casi depresivas.
¿Pero antes de los partidos?
Me las pongo también, no me afecta mucho. Me gusta ese estilo.
Una amiga dentro del circuito.
No llevo mucho tiempo, amigas íntimas no tengo muchas. Te digo una pero que ya no juega: Inés Costa. Coincidí con ella en la Academia de Nadal, vivíamos juntas.
Un objetivo para 2024.
Acabar entre las 300 primeras y, a ser posible, limpia de lesiones.
Esta ya la sé, pero te la pregunto otra vez: ¿un sueño a largo plazo?
Ganar un Grand Slam y ser número uno.
¿Y si tienes que quedarte con una?
Ganar un Grand Slam.
¿Y si puedes elegir dónde?
Roland Garros.
¿Y en la final contra quién?
Contra quien sea.
Swiatek y Sabalenka.
Exacto, contra las dos. Una en cada lado (risas)