Taberner: “Ahora gestiono mejor las emociones”

Después de levantar su primer título Challenger, el valenciano atiende a Punto de Break antes de disputar la Qualy de Roland Garros. “Lo afronto con muchísima ilusión”.

Fernando Murciego | 21 Sep 2020 | 08.14
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Carlos Taberner, campeón en Iasi. Fuente: ATP Challenger Tour
Carlos Taberner, campeón en Iasi. Fuente: ATP Challenger Tour

Carlos Taberner (Valencia, 1997) levantó este domingo el título en el Challenger de Iasi con una sonrisa natural, auténtica, una sonrisa que llevaba tiempo queriendo dibujar. En 2017, con tan solo 20 años, pasó el trago amargo de perder dos finales consecutivas en la categoría. Esta vez, a la tercera, iría la vencida. Con autoridad y madurez, así abrochó ayer el triunfo más importante de su carrera, el que le sitúa ahora mismo en su mejor ranking de siempre: #148 del mundo.

Sin embargo, el calendario no le ha permitido saborear el éxito ni un solo día, no hay tiempo de celebraciones. Ahora mismo está viajando a París junto a su entrenador, Jorge García, para disputar la fase previa de Roland Garros 2020. Allí se encontrarán con el resto del equipo G·Tennis, Sergio Gallego y Pedro Martínez Portero, quienes también lucharán a partir de este lunes por conectar tres victorias y acceder así al cuadro final. Horas antes de coger ese avión, Taberner atiende a Punto de Break para explicar cómo ha sido su progreso hasta llegar a este momento tan dulce.

¿A qué sabe un título así?

La verdad, estoy súper contento. El sábado en semifinales jugué un partido durísimo pero conseguí recuperarme bastante bien para la final. Hoy antes del partido estaba nervioso, lo típico antes de un partido así, pero luego durante el encuentro creo que lo he sabido gestionar muy bien. He mantenido la calma en todo momento, siendo siempre positivo.

¿Cuál ha sido el partido más duro esta semana?

Sin lugar a dudas, el de Munar en semifinales. Gané 7-6 el tercero pero es que en ese set llegué a ir 4-1 abajo. Fueron casi tres horas de pelea, puntos muy largos, de más de 30 bolas… una batalla muy dura. De algún modo conseguí no perder el foco en ese último set, intenté golpear un poco más fuerte para volver a meterme. Desde ese momento ya no hubieron bolas de break y luego en el tiebreak jugué muy bien.

¿Qué sabías de Mathias Bourgue?

Le había visto jugar muchas veces, en los Challengers nos conocemos todos. Me habían dicho que esta semana estaba jugando muy bien. En semifinales, por ejemplo, le había ganado a Pablo (Andújar), y le pregunté por él. Sus mejores armas eran el saque y la siguiente bola, de hecho solo he podido hacerle un break en todo el partido. Él ha tenido tres opciones de romperme el servicio pero las he salvado todas. Un partido muy cerrado, muy ajustado.

Pero nunca perdiste la calma.

Me veía tranquilo en el sentido de que todo lo que yo podía hacer, estaba en mi mano y estaba saliendo. Pero al final nunca sabes, si pierdo ese tiebreak nos vamos al tercer set y empieza un partido nuevo. Creo que estaba haciendo las cosas bien, de no haber ganado el desempate hubiera planteado la misma batalla en el tercero. En ese aspecto tenía la conciencia tranquila por el partido que estaba jugando.

En 2017 perdiste dos finales seguidas, en Banja Luka y Sibiu. ¿Sirvieron hoy esas experiencias?

Si te soy sincero, esas dos finales las siento muy lejanas (risas). Pero sí, sabía que esta era mi tercera final, aunque las otras referencias no estaban muy cercanas. La victoria contra Munar me dio muchísima confianza, es lo que más me ayudó a afrontar la final con más calma, sabiendo que tendría mis oportunidades.

¿Qué ha cambiado en estos tres años?

Bueno, en aquella época tenía las mismas ganas que tengo hoy, creo que podría haberme llevado alguna de esas dos finales, pero sí es cierto que estos años me han traído un poco más de madurez, de físico y de nivel de tenis. Si tuviera que marcar una diferencia concreta, diría que ahora soy capaz de gestionar un poco mejor las emociones. He mejorado varias cosas, tanto en el aspecto físico como en el tenístico, y todavía me queda mucho.

También has sufrido mucho con las lesiones.

Siempre. Tú puedes estar haciendo las cosas bien, entrenar mucho, hasta que llega un día que tienes mala pata y se corta todo. Este mismo año me volvió a pasar. Un mes y medio antes de que volviera el tenis me hice un esguince en Suiza después de jugar la Liga Mapfre. Estuve dos semanas sin poder jugar, pero entiendo que son gajes del oficio, en todos los años que me quedan de carrera seguiré teniendo lesiones. La clave está en mantenerse sano el máximo tiempo posible y, en caso de que pase algo, intentar cuidarse al máximo.

Háblame de Jorge García, ¿qué papel juega tu entrenador?

Con Jorge estoy encantadísimo, desde el primer momento en que me metí en pista con él a entrenar noté que ponía una confianza y una pasión en mí que pocas veces había visto. Y luego está la implicación que tiene día tras día. Hoy al recoger el trofeo lo he dicho, que me alegraba mucho por mí pero sobre todo me alegraba por los dos, por poder vivir estas cosas bonitas juntos. Creo que estamos haciendo un muy buen trabajo, nos estamos dejando el alma.

En las tres últimas semanas hemos visto ganar Challengers a Alcaraz, Zapata y ahora tú.

Alcaraz va como un avión, eso ya lo sabemos todos (risas). Luego, Bernabé venía de jugar ya muy bien desde principio de año. No sé si podremos seguir cosechando más victorias, pero creo que las cosas, en general, las estamos haciendo muy bien. Todos tenemos mucha ilusión por seguir mejorando y subiendo. Poco a poco iremos escalando, cada uno tiene su propio proceso. Yo estoy centrado en mi camino, respetando cada etapa e intentando ser mejor jugador días tras día.

Un día de descanso es lo que vas a tener antes de jugar la Qualy de Roland Garros. ¿Llegas a tiempo?

Sí, hay tiempo. Hoy después de la final pasé por el fisioterapeuta y me recuperé como tocaba. Por suerte, me van a poner a jugar el martes a primera hora, llego a París mañana (lunes) a las 11:00 am y entrenaré por la tarde para preparar el primer partido. Es cierto que llevo varios partidos encima, pero esto lo hubiera firmado hace una semana. Lo afronto con muchísima ilusión.

Al fin y al cabo, sigue siendo tierra batida.

Las condiciones de aquí son bastante parecidas a las de Paris, así que no hay problemas. Es verdad que es una previa de un Grand Slam y es importante llegar preparado, pero hoy en pista solo estaba pensando en ese partido, en sacar lo mejor de mí y en levantar mi primer Challenger.

Hace dos años ya pasaste la previa en París, el camino lo conoces.

Esa experiencia refuerza un poco. Aquel año jugué muy bien, gané tres buenos partidos, tres batallas increíbles, recuerdo salvar algún match ball en segunda ronda. Ha sido la única vez que he jugado Roland Garros, al año siguiente no pude porque no tenía el ranking suficiente para clasificarme, pero todos sabemos que pasar una Qualy es durísimo, es dificilísimo meterse en el cuadro final.

Dentro de lo raro que ha sido este 2020, tú ya tienes una alegría que llevarte.

Exacto. Imagínate hace tres meses, donde nadie pensaba que pudiera volver el tenis, y ahora ya estamos todos jugando. Lo más importante es eso, que podamos volver a disputar los torneos, a enfocarnos otra vez en los que nos encanta, a lo que nos dedicamos en cuerpo y alma, a luchar de nuevo por objetivos tan bonitos.

¿Alguna vez te obsesionaste con ganar tu primer Challenger?

Honestamente, no. De verdad. Mi mayor concentración estaba puesta en ser competitivo todas las semanas, en llegar con buen nivel a las rondas finales. Tarde o temprano, si estás ahí tocando a la puerta, alguna semana donde juegues un poco mejor y gestiones todo bien… el premio acaba llegando. En mi caso ha sido esta, pero nunca llegó a ser una obsesión. Estaba tranquilo porque estaba haciendo las cosas bien, solo que a veces salen y a veces no salen.

Esta vez salieron, ¿lo esperabas aquí y ahora?

Al principio de semana el objetivo era el de siempre, intentar jugar la mayor cantidad de partidos para rodarme un poco después del parón. Luego fui jugando partido a partido, con algunos momentos duros y otros mejores, hasta que me planté en la final con muchísima ilusión.

Qué rabia que haya llegado justo la semana previa a un Grand Slam.

Ha llegado cuando tenía que llegar. Ojalá se pudiera elegir, pero no se puede (risas).

¿De qué manera te puede repercutir este título en el futuro?

Las cosas las estamos haciendo bien, eso lo sabemos, al menos las cosas que dependen de nosotros. Luego está claro que ganar un título refuerza mucho todo ese trabajo, multiplica más si cabe la motivación, te hace encarar el camino todavía con más ilusión. Ahora tengo más ganar de mejorar, de crecer, de seguir ganando cosas. De lo que más ganas tengo es de seguir jugando bien.