La intrahistoria de Federer y su spot en la azotea

Vittoria y Carola, las dos niñas protagonistas en el último comercial del suizo, comparten la emoción que sintieron al ver a Roger Federer en su tejado.

Roger Federer junto a Vittoria y Carola. Fuente: Corriere della Sera
Roger Federer junto a Vittoria y Carola. Fuente: Corriere della Sera

Cuando Vittoria (13 años) y Carola (11 años) subieron a la azotea de sus respectivos edificios a jugar al tenis durante la cuarentena, seguramente hubo un momento en el que alguna de las dos pensó: ¿Y si lo grabamos? En ese instante cambió todo. Pasaron las semanas y los nueve millones de reproducciones que tuvo el vídeo las empujó a la escena pública, hasta el punto que una marca tan prestigiosa como Barilla y un deportista de la talla de Roger Federer se interesaron por formar parte de la historia.

El comercial (que por si todavía no lo han visto se lo dejamos en este link) reúne a las dos niñas en el tejado para que expliquen cómo surgió la idea de jugar en el tejado y, de paso, darles la mayor sorpresa de sus vidas. Un Roger Federer de carne y hueso aparece tras la cortina de grabación y, como no podía ser de otra forma, ellas se quedan sin palabras. El resto de la historia se completa con una comida de todo el equipo junto y una invitación a la Rafa Nadal Academy para que tanto Vittoria como Carola disfruten de otra experiencia inolvidable en Mallorca. Gracias a un reportaje del Corriere della Sera hemos podido descubrir más datos sobre este bonito relato.

La pregunta ya no está solo en cómo se forjó todo el entramado del anuncio, sino en ¿qué pasó después? Lo explica Vittoria con la mayor de las emociones. “Estuvimos almorzando en La Gioiosa y le enseñamos algunas palabras en italiano. Palabras como gnocchi, bruschetta, ciao, buongiorno, buonasera y, por supuesto, tiramisú. Nos dijo que de pequeño no le entusiasmaba, pero cuando creció empezó a apasionarle hasta convertirse en su postre favorito. Nos contó que lo ha pedido por todos los torneos por los que ha viajado, que lo probó en todos los restaurantes en los que estuvo”, explica la niña de 13 años de edad.

Sobre el día de grabación del spot, ya con Barilla por medio, las protagonistas no se imaginaron en ningún momento el milagro que iban a vivir esa misma mañana. Y decimos milagro porque ni siquiera en el momento de ver al genio de Basilea pudieron creer que aquello era real. “No sospechábamos nada. De hecho, una vez apareció detrás de mí y lo vi, estaba convencida de que era una maniquí, me parecía imposible que fuera Roger de verdad, el de carne y hueso. En ese momento es cuando me asomé y le grité a mi abuela: ¡Abuela, Federer está en nuestro tejado! ¡Federer, el verdadero!”, confiesa con suma inocencia.

Más tarde, ya con la situación asimilada, fue el momento de disfrutar del campeón de 20 Grand Slams sin la presión de las cámaras filmando cada movimiento. Un ratito con el Federer humano, un privilegio que pocos aficionados podrán contar. “Nos enseñó un vídeo en su móvil en el que salía jugando con su hermana, tendría unos 4-5 años”, cuenta Vittoria. “Fue muy generoso con nosotras, dándonos consejos, recomendándonos que a nuestra edad lo más importante era que jugáramos con alegría y nos divirtiéramos, sin estrés. También nos dio regalos: la raqueta con la que enfrentó a Novak Djokovic en la última semifinal del Open de Australia, una camiseta autografiada, unas bandanas y varias pelotas”.

Una jornada que jamás olvidarán y por la que se han hecho famosas a nivel local. En Finale Ligure, localidad donde sucedió todo, no son pocos los vecinos que día tras día les piden a las niñas una visita a la famosa azotea. El lugar donde empezó todo con un simple vídeo y que terminó con un spot publicitario a nivel mundial y la oportunidad de conocer al mismísimo Roger Federer. Y por si fuera poco todavía falta la guinda, una visita a la Academia de Rafa Nadal donde seguro también podrán compartir jornada con el tenista balear. Pongan una azotea en su vida, les puede traer muchas alegrías.

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