Diario de Roland Garros: España da espectáculo

Es la historia de siempre. Sucede en la pista central del torneo, con menos de veinte personas como testigos de una situación repetida a través del mundo entero. Maria Sharapova prepara su partido de cuartos de final con el mismo sparring que le ha acompañado estos días entre los aullidos que rodean cada una de sus actuaciones en una pista de tenis. La rusa anhela ganar el único título que le falta para poder completar el Grand Slam y cada paso en París le acerca más al objetivo. La pequeña anécdota empieza cuando acaba el entreno.

El chico bañado en gotas de sudor, tras ser la diana de Sharapova, se acerca a Maymó, el fisioterapeuta de Nadal, y le entrega tres fotos del mallorquín en tres momentos de su carrera. Roland Garros, Wimbledon y US Open. "¿Le puedes decir que me las firme?", le pide com tímida voz. Y claro, al acabar el entreno, Nadal firma una por una todas las fotos que le esperaban en el banco. Antes de finalizar la práctica, el mallorquín ensaya su saque con especial interés. Varía efectos, velocidades y potencias. En Roland Garros 2012, ha ganado 59 de los 60 juegos disputados con su servicio. No es casualidad. Los éxitos pasados muestran que con el saque todo es más fácil. Así pasó, por ejemplo, en Australia 2009. Así pasó en US Open 2011. Y así está pasando en la capital de Francia esta temporada.

En mitad de la tarde, cae una tormenta de agua. Hay paraguas cuando Nadal y Almagro saltan a la arena. También banderas españolas. Quizás, es el día con mayor representación patria en las gradas de la Philippe Chatrier. Durante toda la mañana, una marea de público vestido con los colores de España ha inundado las calles del club. El público vitorea y aplaude cuando la megafonía presenta a Almagro. "¡Nicolás! ¡Nicolás", braman. El primer set es un infierno. Se intuía que sería así. Cuando el murciano pierde la primera manga su mundo se vuelve negro. Aparecen los fantasmas del pasado, los pensamientos que le recuerdan cada una de las siete derrotas. "Pero yo", analiza Almagro; "me marcho con la cabeza bien alta. Me voy satisfecho porque he hecho pensar al mejor jugador de la historia sobre tierra batida durante mucho tiempo".

Almagro grita. Nadal resiste, embiste y suspira. Es el octavo episodio de su agónica rivalidad. Son los terceros cuartos de final para Almagro en París. Los tres contra Nadal. En los tres salió derrotado. "En París-Bercy fue mejor que yo. Allí gané por pura suerte, porque tuvo tres bolas de partido", analiza el número dos. "Hoy, al principio, estaba jugando mejor también. Luego no, luego me he ido asentando y midiendo mejor la pista".

El murciano, que se quejó durante el partido por los ruidos que hacía un aficionado en la grada, lo explicó en rueda de prensa: "El ruido lo hacía inconscientemente un aficionado discapacitado. Ellos vienen a disfrutar del tenis, igual que los demás. No hay ningún problema".

Nadal habló de otros temas, al margen del duelo de semifinales contra Almagro. "Me encanta pescar, pero hay que levantarse muy temprano", contó el español . "Y no es que no me guste madrugar, pero juego a tenis y tengo que entrenar. A mi Tío no le haría demasiada gracia que fuese a pescar en lugar de a entrenar", cerró entre risas. "Y no, no pude ver el partido de Federer porque la televisión francesa no lo emitía, pero fue bastante raro lo que le pasó a Del Potro. El resultado es muy extraño".

Dos japoneses saltan en la grada. Van con camisetas de la selección española y con la gorra de Nadal. Hacen fotos a todo. Se asombran cuando la central de Roland Garros se levanta para aplaudir y ríen. Son felices. Vienen desde Japón. Llevan ahorrando más de tres años para poder venir a ver el segundo Grand Slam del año. Mucho esfuerzo invertido para poder admirar la belleza de la catedral de la tierra. Cuando Nadal gana estallan de júbilo. Estarán también en semifinales y su deseo más codiciado era poder ver a Nadal otra vez.

Todo ello sucedió mientras se escribía una historia de superación. Ferrer, que nunca había pasado de cuartos de final en Roland Garros, acabó con Murray manteniendo su imbatibilidad sobre arcilla en los duelos con el escocés. El triunfo le sirvió para firmar semifinales en tres de los cuatro torneos del Grand Slam. Parecía imposible que Ferrer se retirarse sin un gran resultado en el torneo mayor de la tierra batida, la superficie sobre la que ha construido su carrera, pese a tener coronas en todos los tipos de suelo. "Me voy a rapar si gano Rola Garros. Y mi entrenador también", prometió David.

Los cuatro mejores tenistas del año están en semifinales de París. Quedan dos partidos para el sueño de todos ellos. Ya no hay pasos en falso. Se compite por la historia.