David Ferrer es el número 5 del mundo, para quien no haya estado atento los últimos años. Ayer, el jugador español tenía una prueba de fuego que parece tener que pasar cada vez que se enfrenta a alguno de los tenistas que amenazan su posición y lo hacen, bien desde el Top 10 o bien desde los 20 primeros puestos. Juan Martín Del Potro tiene más carácter, es un tenista más carismático, su juego es más vistoso y todo el mundo piensa que es mejor que Ferrer. Las casas de apuestas daban como favorito al argentino, número 11 del mundo, y ninguna estadística invitaba a tal favoritismo. Es una cuestión de “parecer”, no de “ser”. Lamentablemente es así. Ferrer no parece el número 5 del mundo, pero nadie es capaz de demostrar que es mejor que él. Tsonga, Berdych o ahora Del Potro, se perfilan como las grandes alternativas de poder. Pero ninguno consigue mejores resultados que Ferrer. El debate entre lo mediático y lo tenístico.
Ferru, un hombre tranquilo
Hay dos motivaciones principales por las cuales Ferrer “parece” un jugador menos completo o, genéricamente “peor” que alguno de los hombres que vienen mirándole la matrícula hace varios años, pero que no consiguen superarle en el ranking y todos ellos tienen perdido el “head to head” con el alicantino. En general, el mundo del tenis suele valorar muy positivamente la capacidad de un jugador para conseguir “winners”, golpes planos ganadores. Los más espectaculares. La vistosidad, muchas veces es confundida con la efectividad. Porque el “coste” de un winner, puede costarte un porcentaje de errores no forzados que no equilibre tu resultado. Ferrer, más pequeño que todos sus rivales directos, tiene menos fuerza y menos posibilidad de desequilibrar en un punto con un “winner” pero es mucho más completo en los cómputos globales que sus competidores. Es más regular. Pierde menos partidos contra jugadores que están por detrás de él en el ranking, consigue más títulos que ninguno de ellos y en sus enfrentamientos directos les domina a todos.
Ferrer pone en jaque todas las teorías del tenis moderno. El perfil de tenista que apunta a Top 10 es el de un gran sacador, con potentes golpes de fondo. Como estereotipo, un tipo grande y fuerte, cuya faceta principal del juego sea el servicio. Ferru es todo lo contrario. Un jugador de estatura media, pero con mucha movilidad. Tácticamente perfecto y cuya característica principal es el resto. Está considerado uno de los mejores del mundo o el mejor. Su juego se basa en la resistencia, las grandes defensas y la seguridad de sus golpes. Prácticamente no comete errores no forzados. Así que, no es un jugador que pueda ganar a base de golpes que “sacan de la pista” a sus rivales, pero cuesta muchísimo ganarle un punto, un juego… un set.
El problema de Ferrer es que marca la frontera de los cuatro grandes de hoy en día, (Novak Djokovic, Rafael Nadal, Roger Federer y Andy Murray), con el resto de jugadores. Muchos piensan que nunca sería un número 1 en la ausencia de estos, pero lo cierto es que sí lo es.
Ferrer, sin embargo, es uno de los jugadores que menos partidos es capaz de ganarles a los componentes del Top 4. A Roger Federer no le ha ganado nunca. Jamás. David no es el más mediático de los perseguidores. Ni siquiera es el número 1 de su país. Tsonga encabeza a los “mosqueteros” franceses. Un núcleo buenísimo de jugadores. Capaz de ganar torneos y de plantar cara a cualquier jugador del mundo. (Derrotó dos veces a Roger el año pasado de forma consecutiva, ¡una de ellas en los cuartos de final de Wimbledon!). Sin embargo, es incapaz de mantener una gran regularidad o de dar un golpe de efecto definitivo. Berdych es un tenista completísimo y con unas condiciones excelentes. Líder natural de la República Checa. Pero irregular en tierra batida y muchas veces fallón en los momentos determinantes e igualmente incapaz ante los más grandes de dar un golpe en la mesa.
Del Potro y la importancia de la derrota en Miami
Del Potro parece la amenaza más real para el Top 4 porque es quien parece tener las mejores condiciones de todos los “aspirantes” a desbancar a alguno de ellos. Primero por su juventud y, sobre todo, porque es el único de todos que puede presumir de tener un Grand Slam, es el único jugador en activo, fuera del Top 3 que ha ganado un Grand Slam. En esta estadística no aparece ni siquiera Andy Murray, que apunta, que dispara, pero que no acierta. El nivel que consiguió Del Potro en 2009 fue tan alto que todo el mundo piensa que, si lo vuelve a alcanzar podría ser una gran amenaza para todos. No sólo para David Ferrer, sino también para Murray, como cuarto hombre, o incluso para Federer, Nadal o Djokovic camino del número 1 del mundo.
Pero Del Potro tiene que ganar más partidos, ser más regular y seguir “creciendo” e ir paso a paso para tales aspiraciones. La diferencia principal es que Del Potro, con un gran seguimiento mediático, impulsado por Argentina, pero reconocido en Estados Unidos, (sus mejores resultados siempre han sido en América (Norteamérica y Sudamérica)) y también respetado y vanagloriado por Europa. Del Potro no se corta. Habla de aspiraciones altísimas y muestra una ambición muy llamativa: “Sueño con ser número 1” o “Creo que puede jugar mejor que Djokovic” son frases que ha pronunciado en las últimas semanas. Contrastan claramente con las “conformistas” de Ferrer. “Me gustaría ganar el Godó” o “Mi objetivo en 2012 es jugar la final de un Masters 1000”, dijo recientemente en una entrevista publicada.
Este tipo de declaraciones, prudentes, consciente de sus limitaciones, hacen de Ferrer un producto “poco mediático”. El problema es que luego sale a la pista y hay que ganarle. Ahí sí es duro y se comporta como un número 1. La ambición que le falta en los medios, le sobra en la pista.
Resultados
Pero lo cierto es que los resultados de Ferru son mejores que los de sus rivales más directos. Con Tsonga mantiene un 2-1 a favor. Le ha ganado en pista de tierra batida, en Roma 2010 6-4 y 6-1, (bastante fácil) y en pista dura este mismo año en la exhibición de Mubadala (2-6, 7-6 y 6-2). Tsonga le dominó en hierba, donde es muchísimo más especialista que David, (6-3, 6-4 y 7-6(1) también rápido y fácil).
Esta temporada Tsonga ha ganado en Doha y ha jugado las semifinales de Marsella, (donde perdió con Del Potro) y los cuartos de final de Dubai. Ferrer ha ganado en Auckland, Buenos Aires y Acapulco. Este año, su balance es 19-2.
Con Berdych, (séptimo en la lista), tiene un balance de 3-5 a favor del español. En su contra queda decir que 5 de los mismos fueron en tierra batida, y allí Berdych le ganó 2, en Palermo en 2004 y en Hamburgo, (todo un Masters Series), en 2005. Muy meritorio. Sin duda. Desde 2007, no han vuelto a coincidir en tierra batida, (quizá ahora las cosas fueran distintas), aunque pudo ocurrir en la final de la Copa Davis de 2009. Sin embargo, el 3-0 del sábado lo impidió y cada uno tuvo rivales distintos, Berdych con Nadal y Ferrer con Stepanek.
Para finalizar, ayer, Ferrer le endosó a Del Potro su cuarta derrota en sus seis enfrentamientos.
Ferrer es el número 5 de la ATP. Lo es por números y lo es por calidad. Se aceptan discrepancias.

