La semana pasada disfrutamos del regreso al circuito de Belinda Bencic. La suiza, que a sus 27 años fue madre el pasado mes de abril por primera vez, no ha tardado ni seis meses en volver a vestirse de corto y afrontar la segunda etapa de su carrera. Su paso por el W75 de Hamburgo fue leve, ganando en primera ronda a Julia Avdeeva (6-3, 6-1) y perder luego ante Anastasia Kulikova (6-3, 6-4). Más allá del resultado, lo importante era volver a sentirse jugadora para ir poco a poco reconociendo en qué puntos tiene que trabajar para ascender al lugar que pertenece. En una entrevista con el portal 24, la oriunda de Flawil explica cómo le ha cambiado la vida desde entonces.
“Disfrutamos cada segundo con Bella, es un bebé muy feliz, por suerte me deja dormir por la noche, incluso viene con nosotros a la pista y a los entrenamientos. Esto me ayuda a concentrarme totalmente en mi disciplina, en mi trabajo”, asegura la ex Nº4 mundial, feliz de haber dado el paso más importante de su vida sin haber cerrado nunca la puerta a su etapa profesional.
“En casa nos las apañamos para encontrar nuestro ritmo, ahora lo que se trata es de ajustarlo todo al calendario WTA. Es la primera vez que estamos volando con la niña, la primera vez que no tendremos a la niñera con nosotros o a sus abuelas para que asuman ese papel. Todos estamos muy motivados con la llegada de estos torneos, una sensación que ayuda mucho en casa, tenemos ganas de viajar en familia”, añade una Bencic que llegó a estar 13 meses fuera, un total de 414 días sin competir hasta que saltó esta semana a la pista central del W75 de Hamburgo.
Lo que no ha cambiado es su hambre competitiva, algo que no se modificará la llegada de Bella el pasado 23 de abril de 2024. Eso sí, sería absurdo negar que el camino hasta volver a la élite no se hará de la noche a la mañana. “Todavía no estoy buscando la perfección, pero sí que necesito algunos ensayos para ver dónde están exactamente mis deficiencias. El hecho de que mi pareja sea mi preparador físico juega a mi favor, me ayudó a aprender cosas durante el embarazo, como por ejemplo la rehabilitación del suelo pélvico después del parto. Tuve que escuchar mucho a mi cuerpo para ir evolucionando poco a poco”, sostiene la de 27 años.
Ahora su hoja de ruta apunta a otro W75, esta vez en Petange (Luxemburgo), donde el sorteo ha querido emparejarla con una jugadora todavía más clásica que ella: Aravane Rezai. Mientras tanto, la mente de la helvética sigue apuntando lo más alto posible a medio plazo. “Me gustaría formar parte siempre de la élite mundial… y la verdad, creo que es posible, incluso teniendo un bebé. Esta nueva etapa me ayudará también a darle una perspectiva diferente a la vida, a ver las cosas un poco más relajada. El tenis es mi profesión, todavía me gusta, quiero dar lo mejor de mí dentro dentro de la pista, pero hay algo más en la vida”, apuntó con vehemencia.
UNA LARGA LISTA DE EJEMPLOS
Afortunadamente, en pleno 2024 contamos con varios ejemplos a los que Bencic pueda aferraras para confiar que este proceso es más que viable. Decenas de mujeres que apostaron por ser madres jóvenes, aparcar momentáneamente el tenis profesional y luego volver a empuñar una raqueta con sus pequeños viéndolo todo en las gradas. Por edad y por ilusión, Belinda tiene casos de sobra para sumarse a una larga lista de heroínas que han cambiado por completo la perspectiva que se tenía hace dos décadas.
“Sus consejos me han inspirado mucho, todas ellas me han demostrado que se puede conciliar la parte personal con la profesional. Ahora mismo hay millones de madres que tienen que gestionar su trabajo al mismo tiempo que su papel de madre, con varios hijos al cargo, por lo que es un gran desafío que afrontar”, concluye la suiza mientras piensa en mujeres como Naomi Osaka, Angelique Kerber, Tatjana Maria o Victoria Azarenka, por nombrar algunas.