No podía pasarle nada mejor a la gira asiática que un partido como este. La semana pasada ya tuvimos movimientos interesantes dentro del circuito, pero una final entre Jannik Sinner y Carlos Alcaraz representa un nivel superior, seguramente el más alto al que ahora mismo podamos aspirar. Lo tendremos este miércoles en el ATP 500 de Pekín, desenlace mayúsculo entre las dos mejores raquetas del mundo, así lo dicen sus resultados esta temporada y así lo marcará el ranking dentro de los próximos días. El aficionado celebra que esta rivalidad siga sumando nuevos capítulos, sin importar demasiado quién levante el título en China, aunque ya os adelanto que a sus protagonistas les importa y mucho quien ocupe la silla de campeón.
Será la tercera vez que se vean las caras en 2024, quizá no tantas si tenemos en cuenta la regularidad que ambos han marcado desde el inicio de curso. Se enfrentaron en Indian Wells (ganó Carlos) y no volvieron a cruzarse hasta Roland Garros (ganó Carlos otra vez), por lo que un par de giras después volveremos a degustar ese enfrentamiento llamado a ocupar la parrilla durante los domingos de los próximos 15 años… aunque en esta ocasión ha caíd en miércoles. Después de un verano cargado de grandes emociones y éxitos para ambos, lo justo era que sus caminos volvieran a coincidir en este último tramo para ver quién de los dos ha gestionado mejor las energías en un calendario tremendamente exigente. Eso sí, visto lo visto en el torneo, el agotamiento parece que no va con ellos.
Sinner arrancó con dudas con un par de remontadas ante Jarry y Safiullin, girando un primer set adverso y haciéndose fuerte en el alambre. Una vez le cogió el tono al lugar, Lehecka y Yunchaokete solo pudieron seguirle el rastro hasta que el italiano quiso meter una marcha más. En cuanto a Alcaraz, podemos decir con tranquilidad que está cuajando el mejor torneo de su carrera en territorio asiático, con cuatro triunfos al hilo sin perder un solo set y enseñando un nivel de tenis descomunal, sin apenas fisuras y con una energía como si estuviéramos en enero. Perricard, Griekspoor, Khachanov y Medvedev lo intentaron, pero la respuesta fue una portazo en las narices ante una versión superlativa del murciano.
SEGUNDA FINAL ENTRE AMBOS
Undécimo duelo directo entre ambos si contamos el de 2019, un partido mítico en la Academia de Juan Carlos Ferrero que no cuenta como partido oficial en la ficha, pero a nosotros nos gusta siempre meterlo. El español domina por tanto el cara a cara por 6-4 con una curiosidad tremenda en el relato: desde aquella primera vez, la dinámica marca un reparto matemático de dos victorias por cada lado. De dos en dos, así es como han ido construyendo esta rivalidad que, por pura lógica algorítmica, dice que tanto este encuentro como el siguiente deberían caer a favor del italiano. Más allá de las supersticiones, importancia destacar que se trata solo de la segunda vez que se enfrentan en una final, habiendo ganado Jannik la primera en Umag 2022 (6-7. 6-1, 6-1).
En cuanto al ranking no habrá nada en juego, ya que ambos saber perfectamente la posición que ocuparán al terminar el torneo: Sinner seguirá siendo Nº1 y Alcaraz recuperará el Nº2. En cuanto a la Race, ni siquiera una victoria del español causará estragos para su rival, ya que mantendría todavía una distancia de casi 3.000 puntos, por lo estamos ante un dolor de cabeza menos de cara a mañana. Sin embargo, todos sabemos lo importante que son estos duelos a la hora de marcar una tendencia, ese triunfo que duele un poco más, no tanto por la ronda o el lugar, sino por quién tienes al otro lado de la red. Que sí, que serán muy amigos fuera de la pista, pero mañana a las 11:00 saldrán a la pista con los ojos en sangre con tal de no perder.
Mirando a la estadística, Jannik busca su título #17 como profesional, el séptimo de una temporada inmaculada. Con una racha de 15-0 tras un verano mágico, el italiano no pierde un partido desde Montreal, aunque lo que más le puede motivar es el hecho de defender su corona en Pekín, algo que solo logró una vez en su carrera, cuando encadenó triunfos en Sofía (2020-2021). Para Carlos supondría su título #16, el cuarto del año y el primero en el continente asiático. Además, se convertiría en el segundo español de la historia que se proclama campeón en Pekín, tras hacerlo Rafa Nadal en 2005 y 2017. Con un récord espectacular ante jugadores del top5 en 2024 (7-1), el murciano quiere multiplicar su confianza con una victoria que le haría llegar a Shanghái como una moto, confirmando lo bien que le ha sentado competir en la Copa Davis y la Laver Cup estas últimas semanas.
¿Hay favorito para esta final? Imposible decantarse por uno, al menos de manera objetiva. Alcaraz viene jugando mejor, pero sabemos que esta superficie le puede beneficiar un poco más a Sinner. Ante una rivalidad tan apretada, en una pista de velocidad intermedia donde ambos puedan proponer sus alegatos cómodamente, lo normal sería lanzar una moneda al aire y que todo se decidiera por un mínimo detalle. Desde esa bola de break que se salva, hasta esa doble falta que no toca, pasando por ese revés que se marcha al pasillo por medio dedo. Mi cabeza dice que, en este contexto, Carlitos tiene menos que perder que Jannik, lo cual le llevaría a competir un pelín más liberado y centrado en divertirse. ¿Y qué pasa cuando estos dos factores se juntan? Mañana lo veremos.
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