
Dice la letra del himno italiano ‘uniamoci, amiamoci; l’unione e l’amore rivelano ai popoli. Uniti per Dio, chi vencer ci può?’, que viene a decir algo así como que el pueblo unido jamás podrá ser vencido. Los italianos vienen pegando fuerte en el mundo del tenis en los últimos años y hay gente que se sigue preguntando cómo se explica su éxito para que, de repente, haya una veintena de chicos menores de 23 años en el Top 500 que amenazan con conquistar este deporte en el futuro. Lo explicamos.
Que haya tantos italianos jóvenes que en los últimos cinco años hayan explotado en el circuito y tengamos a cuatro, cinco o incluso hasta seis jugadores que podrían llegar a pisar el Top 10 de aquí al medio plazo no es fruto de la casualidad. La Federación italiana decidió apostar e invertir hace un tiempo para que esto se produjese. Aplicaron un método que, sabido ahora parece simple, pero que es más que efectivo.
Este método consiste en establecer una estructura de torneos muy completa a todos los niveles. Desde pequeños, a nivel júnior, pasando por torneos ITF y Challenger. Esto hace que las familias con niños que sueñan con ser tenistas no tengan que invertir una gran cantidad de dinero para viajar y sumar puntos en el Ranking. Mientras que hace años uno tenía que viajar por Europa o incluso irse a Estados Unidos, ahora, todo lo puede tener a mano a pocos kilómetros y sin demasiada inversión económica.
Es decir, no necesitan salir de Italia para convertirse en profesionales. Dentro del país, a través de los distintos torneos, pueden sumar puntos en el Ranking y ascender.
Eso, unido a la contratación de profesionales del extranjero, inversión con los entrenadores nacionales y mejora en el apartado médico, fisioterapeuta y a nivel físico, ha hecho que Italia ahora mismo sea una de las mayores potencias mundiales en el tenis y que amenaza con serlo aún más en la próxima década. Sus éxitos ya son visibles a los ojos de todo el mundo.
Sus jugadores ya copan portadas
Jannik Sinner es, sin duda, la joya de la corona. El de San Candido levantó en Australia su primer Grand Slam y parece cuestión de tiempo que se convierta en número 1 y que comience a coleccionar torneos de categoría Grand Slam en sus vitrinas. Un tenista total que, sin duda, va a inspirar al resto de chicos de su generación y a las venideras.
Entre aquellos que tienen potencial para ser Top 10 estables destacamos a Matteo Berrettini. El romano llegó a ser el número 6 del mundo y ya sabe lo que es jugar una final de Grand Slam. En hierba es, sin lugar a dudas, un hombre con opción a todo por sus condiciones de juego. Su mayor problema está siendo la cantidad de lesiones que ha sufrido en el último año y medio. En cuanto obtenga una regularidad en lo físico, será normal verle de nuevo ahí arriba.
Lorenzo Musetti llegó a ser número 15 del mundo y no estuvo lejos de acercarse al Top 10. Su mayor problema es la falta de consistencia y regularidad. Ha sido papá hace no demasiado y digamos que todavía no ha encontrado una madurez en su cabeza y en su tenis. Por calidad, no será. Lo lógico será que pise alguna vez en su vida el Top 10. Gran despliegue en tierra batida y capacidad de hacer mucho daño también en pistas duras.
Matteo Arnaldi es uno de los chicos que más ha progresado en los últimos 15 meses en el circuito. Saldrá de Roland Garros con el mejor Ranking de su carrera y ya encara entrar al Top 25. Versátil, capaz de hacer de todo y muy bien. Golpes muy adaptados al tiempo actual y que puede adaptarse a cualquier superficie.
Los que todavía no explotaron, pero que pronto lo harán
Dejando a un lado los que parece que más destacarán al corto plazo, también tenemos que hablar de tenistas como Flavio Cobolli. Resulta increíble ver el crecimiento de este chico a sus 22 años. En un año ha pasado de ser apalizado por Alcaraz en París a tutearle a todo un Holger Rune en este mismo torneo. Casi ni parece el mismo que fue todo un flan ante Nadal en Barcelona. Genera potencia desde cualquier lado de la pista y posee una calidad tremenda en sus golpes. Carne de Top 20 y quién sabe si algo más.
Luciano Darderi es un tenista que explotó este año y se destapó como un gran terrícola. Aún es muy joven y apenas suma partidos en torneos ATP, pero es cuestión de tiempo que empiece a definirse como un auténtico especialista en estas canchas y convertirse en un hombre a tener en cuenta de cara a Roland Garros. Solo a base de torneos de tierra ya ha sido Top 40. A la que mejore en otras superficies, lo lógico sería verle dentro del Top 25 bastante asentado.
Quizá alguno olvidó a Lorenzo Sonego y es que parece haberse quedado un poco estancado en los últimos tiempos pese a haber sido número 21 del Ranking y un cabeza de serie estable en los Slams. Tiene potencia por ambos lados y es muy peligroso tanto en tierra como en pista dura. A sus 29 años, aún tiene tiempo de generar más tenis y subir en el Ranking.
También hay que mencionar a Luca Nardi, que a sus 20 años ya ha ganado a Novak Djokovic y se metió en el Top 100; Gigante, Zeppieri o Bellucci, todos de 22 años y que no están lejos de entrar al Top 100, sin olvidar los que aún no son conocidos por el gran público como Federico Cinà o Lorenzo Carboni, que en el júnior están destrozando todos los récords. En total, entre el puesto 200 y 500 hay una veintena de italianos que ya empiezan a ser mayoría por los torneos más pequeñitos, buscando crecer.
En definitiva, parece que el futuro del tenis mundial hablará italiano. L’Italia chiamò, que dice su himno. Veremos quién podrá hacerle frente.