Tommy Haas, Nicolas Kiefer, Magnus Norman, Caroline Wozniacki, Li Na, Maria Sharapova, Madison Keys o Eugenie Bouchard. Son tantas las estrellas que ha entrenado el bueno de Thomas Högstedt que a veces se nos olvida que él también fue jugador profesional en los años 80. El sueco llegó a estar en el top40 del ranking, ganó un título ATP, pero su verdadera fama llegaría años después con su labor en los banquillos. Ahora lleva desde 2019 trabajando para la Asociación Alemana de Tenis (DTB), donde se encarga de pulir el talento joven y enfocarles de cara a la competición. A punto de cumplir los 59 años, Thomas sigue al pie del cañón tal y como refleja en esta entrevista.
Cuatro años trabajando con la DTB
“Ahora mismo mi función es entrenar a los jóvenes talentosos hasta que cumplen los 15 años. La asociación tiene una gran red de formadores y junto a ellos organizamos sistemas de entrenamiento para las próximas generaciones. Mi trabajo digamos que es allanar ese camino para los muchachos de cara a llegar al circuito y construir un buen equipo alrededor de cada uno de ellos. También me encargo de mantener el contacto constante con sus padres”.
Su experiencia como jugador
“Muchas veces yo mismo les sirvo de ejemplo. No fui un jugador con mucho éxito en mi etapa junior, pero siempre trabajé duro, siempre creí que el esfuerzo diario terminaría dando sus frutos. De repente, a los 16 años me vi ganando mi primer partido ATP, luego acabé siendo #38 del mundo y ganando un torneo profesional. Eso es lo que trato de mostrarle a los muchachos, que con el trabajo diario todo es posible. Quiero que sueñen a lo grande, que mi experiencia les sirva para motivarlos”.
Entrenar con los mejores, una de las claves
“Recientemente, algunos de ellos pudieron entrenar con Monfils, Wawrinka o Djokovic en Montecarlo, eso también debe servirles como aliciente. Tuve la suerte de entrenar con los mejores, eso me ayudó mucho. Recuerdo compartir pista con Bjorn Borg cuando yo apenas tenía 15 años y él ya era el Nº1 del mundo, estoy seguro de que esas sesiones han contribuido a mi éxito profesional, por eso me gusta intensificar aún más esta transferencia de conocimientos en la DTB”.
Cada maestro tiene su librillo
“Me gusta prestarle mucha atención a la técnica, debe ser muy correcta en sus trazos básicos, aunque luego a nivel profesional todavía hay margen para cambiar algún aspecto. Por ejemplo, en mi caso trabajé durante muchos con Tommy Haas su golpe de derecha. Pero lo más importante es la actitud, eso está por encima de todo, es donde empieza un jugador a ser un campeón. Así es como deberían aprender unos de otros a estas edades, desarrollando al mismo tiempo un buen espíritu de equipo”.
Toda una vida entrenando
“Recopilo nuevas informaciones constantemente, independientemente de si estoy en un torneo de Grand Slam o en un curso con la DTB. Llevo viajando a Roland Garros durante 42 años ininterrumpidos, no me he perdido ninguna edición desde entonces, mi ambición siempre ha sido la de absorber lo máximo que pueda. Es clave entender cómo se comunican los jugadores con los entrenadores, cómo se utilizan los tiempos de descanso o cómo se prepara un entrenamiento. Me ha pasado que algunos entrenadores han venido a preguntarme sobre este tema, para que adaptara sus programas”.