Bolsova: “Estoy disfrutando más ahora que hace dos años”

Sin muchas victorias, fuera del top200, pero aprendiendo más que nunca. Así es el momento actual de Aliona: “Lo que más me importa es mi trayectoria personal”.

Fernando Murciego | 9 Jun 2022 | 22.39
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Aliona Bolsova en el WTA 125K de Valencia. Fuente: Punto de Break
Aliona Bolsova en el WTA 125K de Valencia. Fuente: Punto de Break

Buceando en el cuadro del BBVA Open Internacional de Valencia, la entrevista con Aliona Bolsova (Chisinau, 1997) era un acto de obligado cumplimiento. Todos disfrutamos de aquellos octavos de final en Roland Garros 2019, pero su vida ha cambiado mucho desde entonces. La española ha dado un pasito atrás en la clasificación (#224), el balance del año no es positivo (10-12), pero su mente pasa por un proceso de crecimiento que prevalece sobre cualquier otro factor.

Esa sonrisa que no siempre le vemos en pista cuando compite, se dibuja en su cara desde el primer momento en que nos sentamos con ella en el Sporting Club de Tenis. Las cosas en lo deportivo no han salido bien esta semana, derrotada en el debut ante Mirjam Bjorklund, pero el discurso de la española viaja libre de marcadores y rankings. A sus 24 años, el presente de Aliona se define con esta entrevista.

¿Cómo estás?

Estoy bien, haciendo mi camino. Igual los resultados no están acompañando tanto, pero es mi proceso de aprendizaje y evolución. Yo estoy contenta: mi vida es genial, los estudios me van genial, mi vida personal está bien, estoy jugando bien…

Solo faltan los resultados, ¿te preocupa?

Intento que no, pero al final es mi trabajo, en algún momento tienen que llegar para que esto salga rentable. Pero bueno, lo peor que puede pasar es que no lleguen, lo deje y me dedique a otra cosa. Si eso es lo peor que puede pasar… pues no pasa nada.

El otro día se te vio muy dolida al perder aquí en primera ronda.

Cada derrota duele, porque me importa y es a lo que me dedico. En ese partido se dio el caso de que iba por arriba, estaba a punto de cerrarlo, entonces pica más. Que sea en Valencia, donde siempre lo quiero hacer bien, también afecta. Pero después del picor de la derrota, me quedo con que hice un buen partido, mucho mejor de lo que venía jugando, muchas cosas de las que venía trabajando me salieron, así que eso ya es una victoria. Con las derrotas también se puede sumar.

Debe ser frustrante hacer las cosas bien y perder.

Tú puedes hacerlo bien pero al otro lado hay otra que lo quiere hacer mejor. Ahora hay muchísimo nivel en el circuito femenino, todo se ha vuelto más complicado, pero si tú haces las cosas bien y cumples con tu trabajo, entonces podrás irte a dormir con la conciencia tranquila, porque lo has dejado todo en la pista.

Mucha gente se pregunta: ¿Qué le pasa a Aliona?

Las cosas no siempre pueden ir para arriba. Yo tuve una época en la que me disparé, fue una racha buenísima, pero me vino todo muy rápido. Ahí quizá la gente se pensó que ya estaba, que de ahí al top50, pero hay veces que no va todo tan lineal. Todo el mundo tiene altibajos en su carrera, cada camino es diferente.

La gente siempre te va exigir lo máximo, ¿y tú?

Soy muy competitiva, siempre pienso en subir, pero sí es verdad que cuando llegué al top100 me paré un momento a procesarlo. El siguiente año creo que también fue bueno, igual no me mantuve en el top100, pero sí tuve buenos torneos y jugué cuadros finales de Grand Slam. Pero nunca jugué con ese tipo de presión, solo intento superarme a mí misma y cumplir mis objetivos personales y tenísticos. Lo que más me importa es mi trayectoria personal.

De jugar torneos WTA a jugar torneos ITF, ¿es duro aceptarlo?

Depende de cómo te lo tomes. Si te gusta el tenis no pasa nada, muchos jugadores han estado en el top10 y luego han tenido que volver a jugar Challengers. No pasa nada, se puede disfrutar también de eso.

Permíteme el atrevimiento: yo te veo muy seria en pista, como si estuvieras cabreada.

Es mi cara de seria, de mujer del Este (risas). Yo dentro de la pista me lo paso súper bien jugando.

Dicen que para tener éxito en el tenis hay que dar el 200% cada día, ¿tú lo aplicas?

[…] Hay que darlo, sí, pero es más importante la calidad que la cantidad. También hay que escucharse a uno mismo, ver cómo está tu cuerpo o tus emociones, a partir de ahí puedes exigirte más o menos, porque si no es cuando llegan las lesiones u otros problemas.

¿Qué has aprendido en estos dos últimos años?

Que no pasa nada por bajar de ranking. Hubo un tiempo donde sí tenía ese miedo a perder ranking o no tener resultados, pero luego empecé a no defender mis puntos y vi que no pasaba nada, no es el fin del mundo. Sigo disfrutando, sigo haciendo mi trabajo, aprendi a quitarle un poco de hierro a las cosas y liberarme de las auto presiones que solemos ponernos los tenistas. Hay otras cosas mucho más graves que esto.

¿Por ejemplo?

No quiero que suene trágico, pero yo al final del día tengo una casa, tengo comida, tengo una familia, unos amigos… mucha gente no lo tiene. Eso está por encima de todo. Tengo un trabajo, y si no es con el tenis, pues tendré otro, tengo muchas puertas abiertas y eso me da un plus de tranquilidad.

El hecho de tener otras inquietudes, ¿crees que te puede llevar a querer el tenis menos que los demás?

Pero no tanto en un partido, yo siempre me agarro y peleo hasta el final, quiero ganar siempre. Pero luego es verdad que hay otra gente que, si no juega a tenis, no sabe qué hacer. En mi caso es diferente, tengo más tranquilidad, lo veo como algo positivo. Cosas que hacer o a las que dedicarme nunca me faltarán.

¿Cómo van los estudios?

Justo ahora he terminado el segundo año de Historia. En Estados Unidos tengo dos años de carrera y ahora tengo dos en España, pero todavía no tengo ninguna carrera (risas).

¿Da tiempo a combinarlo todo?

Vida social no tengo mucha. Lo primero es el tenis, luego los estudios y, por último, la vida social. Eso me cuesta más, pero si una se organiza…

Ahora llevas un tiempo con perfil bajo, sin focos, sin muchas entrevistas… diría que esto no es problema.

Lo prefiero, me gusta. En los momentos que tuve más repercusión o foco mediático, jamás me metí a leer las entrevistas, me da mucha vergüenza (risas). Recuerdo que cuando lo hice bien en Roland Garros, me hicieron tantas entrevistas que terminé yéndome a la montaña unos días y apagando el teléfono, eso me agobia mucho. Me gusta hacer ruido cuando es por causas sociales, cosas que defender o reivindicar, pero no por alimentar mi ego o ser alguien mediática, sino para contribuir a la sociedad poniendo mi granito de arena.

¿Qué te preocupa más allá del tenis?

Hay muchas cosas. Vivimos en un mundo capitalista, donde el ser humano es egoísta, individualista, competitivo… a mí me gusta más cuando la sociedad se vuelve colectiva, cuando no sea patriarcal, una que no destroce el mundo y que cuide el medio ambiente. Ojalá pudiéramos vivir en un mundo mejor, eso es lo más importante, empezando por cuidar nuestro entorno y nuestra sociedad.

¿De dónde nace ese activismo? ¿Alguna experiencia personal?

No, qué va, nace simplemente de lo que veo en el mundo político, social y cultural. Cuando a ti algo no te afecta, tiendes a no formar parte de esa reivindicación porque ya tienes tus privilegios y tu estatus social, tienes la vida solucionada, entonces te despreocupas. Este es uno de los problemas más habituales, falta que la gente se conciencie para ayudar a que el mundo sea mejor.

¿Los tenistas se involucran en estos temas?

El tenista es egoísta, podría tener mucha más contribución a estas causas sociales y apoyar a los que sufren discriminación.

¿Conoces a alguien que comparta tu mismo pensamiento?

Eva Guerrero, por ejemplo. A ella también le mueven mucho todas estas desigualdades que existen, ya sea el machismo o la propia desigualdad entre primer y tercer mundo, es una persona súper activa.

¿Y cómo se puede concienciar a las personas?

Osaka es un ejemplo perfecto de cómo se puede actuar, pronunciándose acerca de estos temas sociales. Con el racismo ha contribuido mucho, aunque es cierto que este tema la interpela a ella, se puede sentir aludida, por eso contribuye a la causa. Pero mira, si alguien es pobre y un día se vuelve rico, lo típico es que empiece a despreciar a los pobres, que es la clase social de la que viene. Pues en el tenis pasa lo mismo, nos estamos muriendo de hambre jugando los ITF, hasta que llegas al top100, te entra el dinero a chorros y ya no te acuerdas de los de abajo.

Hablas con mucha pasión sobre estos temas, ¿no te roba tiempo para centrarte en el tenis?

Para nada. El rato en que la gente está perdiendo el tiempo en Instagram viendo gente en la playa, yo lo destino a ver noticias. En Instagram apenas sigo a gente del tenis, muchos incluso se molestan, pero es que le doy otro tipo de uso, intento aprender sobre cosas que me interesan, leer y aprender. Sé perfectamente la cantidad de horas que le tengo que dedicar al tenis, pero lo cumplo.

Una persona que se ha retirado una vez antes de tiempo, ¿corre el riesgo de hacerlo otra vez? ¿Se te ha vuelto a pasar por la cabeza?

[…] Sí, lo he podido llegar a pensar, en alguna temporada que no haya disfrutado tanto en los partidos, pero tomé la decisión de alejar esos pensamientos y seguir. Siempre está la pregunta de: ¿vale la pena seguir sufriendo en vez de estar haciendo otra cosa que me gusta? Eso sí lo he pensado, pero me lo tomo como un reto personal, quiero alcanzar todos mis objetivos de crecimiento personal y hasta que no lo consiga no lo voy a dejar. No me lo he vuelto a plantear.

¿Recuerdas algún momento crítico?

En Monterrey, el año pasado. Todavía estaba cerca del top100, estaba jugando bien, pero no era capaz de disfrutar por toda la presión que, inconscientemente, me ponía encima. Lo estaba pasando mal en pista, así que salí de la cancha y dije: ‘Se acabó’. A partir de ahí, fue todo un proceso.

Disfrutar del sufrimiento, ¿esto es posible?

Si tú dejas el tenis porque estás sufriendo, luego la vida te lo enseñará a través de otra cosa. De una forma u otra lo vas a aprender, en el tenis o en la vida, esto me ayudó mucho a seguir. Aunque lo pase mal en ciertos momentos, sé que el aprendizaje personal lo tengo que pasar, pero prefiero pasarlo a través de algo que me gusta, que me encanta, algo como el tenis.

Es una continua superación personal.

Pero no de las de manual, no las de Mr.Wonderful, sino una real, de trabajar tus emociones y tus traumas del pasado, esas cosas que te cuestan más. Todo el mundo tiene sus problemas interiores en los que crecer y superarse. Yo quiero mejorar en ese aspecto y lo quiero hacer jugando a tenis.

Al final se sufre lo mismo estando en el top50, en el top100 que en el top200.

Si te digo la verdad, yo sufrí mucho más cuando estaba cerca del top100 que ahora. Luego me di cuenta que no pasaba nada por no defender los puntos, aprendí a verlo de otra manera. Ahora me voy a jugar un ITF 25K y está todo bien, voy a trabajar igual. Cuando estaba en el top100 todo me parecía el fin del mundo, me preocupaba no sumar, creía que no podía perder un partido. Ahora estoy disfrutando mucho más que hace dos años, estoy aprendiendo mucho y eso es súper positivo.

Los límites solo existen si tú te lo permites”.

Esa te la has apuntado del reportaje que me hiciste de los tatuajes.

Se me quedó grabado, aunque no en la piel.

(Risas).

No seas tu propia enemiga.

Exacto. Cuando me lo tatué fue un poco por eso, con 16 años fui muchas veces mi enemiga, aunque a veces lo sigo siendo. Es algo que vas aprendiendo, a llevarte mejor contigo misma, a quererte y ser más amable. Si trabajas esto y aprendes con los años, todo se va atenuando.