
Cinco años han tenido que pasar para que a Félix Mantilla (Barcelona, 1974) le despertaran de nuevo las mariposas para regresar al circuito profesional. El ex jugador español no ha estado parado, sigue liderando el proyecto Foxtenn por los torneos y además ejerciendo de padre de familia, pero era cuestión de tiempo que volviéramos a verle entrenando. El elegido ha sido Lucas Pouille, francés de 28 años y actualmente fuera del top100 mundial. Un bonito reto que arrancó la semana pasada en el Challenger de Madrid
Allí vimos a Pouille avanzar hasta los cuartos de final, donde cedió ante el principal cabeza de serie del cuadro, Roberto Carballés. Y en la grada estuvo cada día Mantilla, resguardado bajo una capucha con su clásico perfil bajo, aunque no fueron pocos los que le reconocieron para ir a pedirle un autógrafo. Punto de Break también pudo hablar con el catalán, aunque nuestro objetivo no era una firma, sino sentarnos a dialogar sobre su nueva ilusión. Aquí está el resultado.
Primer torneo juntos y cuartos de final ¿qué valoración haces?
Soy una persona positiva, me gusta quedarme siempre con lo bueno de las cosas. Es evidente que hay cosas que mejorar, pero es cierto que viene de una lesión y aquí llegó muy justo, que haya jugado tres partidos es una buena noticia. El tercero, pese a la derrota, ha sido el mejor de todos. Carballés es un jugador muy consolidado, alguien que compite muy bien en tierra batida y en altura, ese partido me ha hecho ver que Lucas va a volver, de verdad lo pienso. Tiene el nivel, ahora solo queda seguir trabajando. Él tiene muchas ganas y yo también.
Seguro que has tenido más ofertas, ¿por qué Lucas?
Siempre he pensado que es un jugador con mucho potencial, ahora además es mucho más maduro, sabe lo que quiere. Con mi experiencia creo que le puedo ayudar durante algunas semanas, aunque sé lo mucho que cuesta coger un avión y dejar atrás a la familia. Si lo hago es porque sé que Lucas comparte la misma filosofía de trabajo que tengo yo, luego el tiempo dirá los resultados que van llegando.
No entrenabas desde 2016, con Dolgopolov. ¿Lo echabas de menos?
Estaba muy cómodo en casa, no necesito estar viajando continuamente. Tengo un trabajo al que le tengo que dedicar su tiempo, la ventaja es que esto me hará estar mucho más cerca de los torneos y eso es un plus. Entrenar a estos niveles conlleva mucho sacrificio, pero estoy contento , veo a Lucas con muchas ganas y predisposición.
En 2019 hizo semifinales del Open de Australia y se metió top10. Desde entonces, la nada.
Se operó del codo en 2020 y estuvo más de un año apartado, luego volver nunca es fácil. SI no tienes la confianza, cualquier rival te puede dar un susto, en cualquier torneo, así que falta recuperar ese nivel de confianza que siempre ayuda en los momentos clave de los partidos. El partido contra Carballés, por ejemplo, se decidió por detalles. Cuando coges esa confianza después de jugar varios partidos todo es más fácil.
Ahora está #157 del mundo, ¿pesa mucho el haber estado arriba?
Lo importante es saber dónde estás en cada momento, no se puede vivir del pasado eternamente. Lucas sabe dónde está, pero está trabajando para volver. Es un proceso de muchas semanas, pero tengo la seguridad de que en un tiempo volveremos a ver al mejor Lucas.
Tácticamente, ¿trabajáis algo específico?
Sobre todo en tener un patrón definido, jugar con las armas que tienes y cogiendo los riesgos que tienes que coger. Cuando no estás con confianza, muchas veces no escoges bien la jugada, esta es una de las cosas en las que estamos trabajando. Él tiene que ir a por el punto en el momento correcto, cuando se equivoque menos en cómo jugar todo volverá a su cauce. Contra Roberto se equivocó muy poco, me gustó lo que vi, pero falta pulir esos pequeños detalles.
“No sé si volveré a ser el mismo”. Lo dijo Lucas tras la intervención de codo.
Después de una operación, un jugador siempre tiene la duda de si podrá volver o no, sobre todo durante la etapa de recuperación. Ahora ese problema ya está apartado, estamos centrados única y exclusivamente en su tenis.
Sin llegar a ser Dolgopolov, vuelves a conectar con un tenista de infinitas opciones sobre la pista. ¿Se puede tener un solo patrón?
Uno de inicio, eso es esencial. Lucas tiene tantas opciones, un abanico tan rico de posibilidades, que ahí es donde se puede perder. Te puede hacer un winner, una dejada, un saque-red, puede cortar la bola… pero siempre con un patrón claro en su cabeza, esto es lo que debemos trabajar para luego desplegar su tenis en base a eso.
Entiendo que llegas al equipo para potenciar su juego en tierra batida.
No, no. Yo entro al equipo de Lucas para ayudarle a recuperar su nivel y que vuelva a estar entre los mejores del ranking, que sea un jugador peligroso a la hora de conseguir grandes cosas. Con un entrenador que sabe de tenis y tiene experiencia, la superficie es lo de menos, tú le tienes que ayudar a saber cómo jugar tanto en tierra como en rápida, no entro para ayudarle exclusivamente en tierra.
Pero eres Félix Mantilla, en tierra conoces secretos que otros no…
Igual alguno más (risas). Pero ya te digo, Lucas es un jugador todoterreno que puede jugar en todas las superficies. En el caso de la tierra batida, al ser un jugador muy agresivo de por sí, a veces le tienes que calmar un poquito.
¿Os habéis marcado algún objetivo?
Yo tengo muy claro el objetivo que quiero, pero es a medio-largo plazo, así que mejor me lo guardo. A final de año y, de cara a la temporada que viene, él tiene que recuperar las sensaciones de quien era Lucas cuando jugaba, ese perfil tan peligroso al que nadie quería enfrentarse. A partir de ahí, sumando cada cosa en la que vayamos trabajando y mejorando, volver arriba es el gran objetivo.
Suena a relación a largo plazo.
Eso nunca se sabe. Si ahora pierde tres partidos yo me voy a la calle, la vida del entrenador es así, de momento comparto equipo con Thierry Ascione y estamos todos muy unidos. Hemos hablado para intentar ayudarle de aquí a final de año, cuando llegue el momento veremos.
¿Dónde os veremos en la gira de tierra?
Esta semana jugó un Challenger en Praga y luego irá a Madrid, Burdeos, Lyon y Roland Garros.
Un español ayudando a un francés, ¿te ha caído ya algún comentario?
La verdad es que no, de hecho, ni siquiera tenía en mente volver a entrenar. De repente me surgió esta posibilidad, realmente es un jugador que me motiva, independientemente si es español o es francés.
Habrás tenido unos cuantos partidos épicos con franceses.
Sí… (risas).
¿Alguno especial?
Contra Fabrice Santoro en la Philippe Chatrier, tercera ronda de Roland Garros [4-6, 6-2, 6-2, 7-5]. Un partido duro, largo y con mucha tensión, lo recuerdo bien. Acabé ganando, fue el año que hice semifinales.