Johanna Konta es el nombre del día de hoy tras anunciar su sorprendente retirada del tenis profesional. La tenista británica, a los 30 años, había cerrado su año 2021 con título incluido, conquistando el WTA de Nottingham; sin embargo, problemas en la rodilla y el COVID la dejaron fuera momentáneamente de un circuito al que ya no ha vuelto... ni volverá. Tres veces semifinalista de Grand Slam, cuatro veces campeona de un título WTA y, sobre todo, inspiración en un tenis femenino británico que atravesaba un momento complicado en el momento de su aparición. No solo eso: Konta es un ejemplo de no dejar de creer en ti misma, cueste lo que cueste, porque su explosión en el circuito ITF fue realmente tardía.
No fue una carrera fácil para Johanna, que remó en ocasiones a contracorriente. Muchísimos sacrificios que la obligaron a cuidar con delicadeza su salud mental, pero obstáculos que finalmente desembocaron en dulces recompensas: el título en Miami 2017, dejando por el camino a nombres como Simona Halep, Venus Williams o Caroline Wozniacki, el hecho de haber alcanzado el top-4 en 2017, siendo la primera mujer de su país en hacerlo desde 1984. Podría decirse que el trabajo de Konta ha abierto el camino a muchas otras chicas que ahora triunfan, haciéndolo siempre desde un perfil relativamente bajo, alejada de los focos. En una entrevista con la página web de la WTA, Jo explicó los motivos de su retirada.
"Para mí, el tenis se trata de ser capaz de dedicar toda mi energía y trabajo en el plano emocional, mental y de salud física. Y yo ya me había quedado sin fuerzas para convencerme a mí misma de jugar con dolor. Cuando llegas a ese punto, no puedes mostrar tu mejor versión porque no has trabajado lo suficiente para ello: no tienes energía para trabajar lo suficiente", explica una Konta que ha vivido los últimos meses envuelta en problemas con su rodilla, una maltrecha articulación que parece haber sido el detonante de su sorprendente final. Eso sí: Konta puntualizaba que esta es una decisión totalmente meditada, que ni mucho menos nace de un arrebato.
"No ha sido una decisión que haya tomado hace media hora. No es algo que, ni tan siquiera, haya pensado en los últimos dos meses. He necesitado cierto tiempo para poder llegar a esta conclusión. Me quise dar tiempo para ver si esto es lo que realmente quiero o si solamente estaba pasando por un mal momento. Hay muchas veces a lo largo de tu carrera en los que piensas que ya no quieres más (risas). Quise reflexionar con mis sentimientos y emociones, y es por ello que este proceso me ha dado bastante paz. Que yo me retire no significa que no me guste este deporte o que no me vea jugando nunca más. De hecho, ahora mismo echo de menos jugar. Echo de menos esa vida porque es la única que conozco desde que tengo uso de razón. Es interesante alejarte de algo a lo que te has mantenido apegada tanto tiempo. Estoy en una situación en la que tengo que reinventarme a mí misma, reencontrarme en el mundo, en mi vida, en mis objetivos, intereses y habilidades. Es algo que da bastante miedo, pero siento que es lo correcto, porque cuando pienso que voy a volver, incluso cuando lo echo de menos y lo vuelvo a pensar, siento... que no".
UNA PEQUEÑA RUPTURA
Hasta tal punto llega el dolor por esta decisión que Konta la define como un "tipo de ruptura", el final de una relación que ha conocido desde sus primeros días. Sin embargo, la británica también admite que, incluso en los torneos disputados en este 2021, la idea de la retirada ya sobrevolaba su cabeza: "No ha sido algo que ha ocurrido en un momento y, a partir de ahí, he lidiado con ello. He jugado teniendo todos estos pensamientos durante prácticamente todo el año. He ido tomando pequeñas decisiones, pequeños momentos, y era momento de dejarlo. El tenis te demanda muchísimo. Muchísimo. No solo a nivel resultados, sino de aceptar cómo otros te juzgan. Cuando voy a "la oficina", todo Dios tiene su opinión. Si estás preparada para aceptarlo, sientes que es una parte más de tu trabajo. Pero cuando no puedes más, es en ese momento cuando piensas que ya no puedes hacer las cosas como te gustaría. No puedo dar más de mí porque, realmente, ya no tengo nada más que dar".
Por último, Johanna detalló el momento exacto en el que la decisión de retirarse se volvió algo completamente real. "Recuerdo que cuando volví de los Estados Unidos, fue cuando llegué al punto de saber que esta decisión iba a ocurrir. Poco después, sentí que era el momento. Sostuve mi raqueta en mis manos, porque la estaba alejando, y empecé a llorar. En este sentido, es como una ruptura, pero es una ruptura amigable. No miro atrás y juzgo mi carrera de acuerdo a todo lo que he necesitado para llegar arriba: miro atrás y solamente veo todo lo que me ha dado y todo lo que me ha dado la oportunidad de vivir. Eso es lo que veo, no la parte negativa".