Cada partido de Serena Williams puede ser interpretado de muchas maneras, pero hay una conclusión ineludible: la estadounidense es una competidora única, voraz, y merece la pena disfrutar de cada momento que ofrezca en pista una de las mejores de la historia. Está lejos de su mejor versión, la forma física de la que hace gala puede llegar a angustiar a los aficionados al ver los jadeos constantes y aparentemente incompatibles con una deportista de élite, y su continua demostración gestual imprime a su sufrimiento un tinte de cierta ficción. Pero lo volvió a hacer. Encontró soluciones para imponerse a Tsvetana Pironkova por 4-6 6-3 6-2 y poner encima de la mesa todo su aura ganadora e intangibles de campeona, que le llevan a semifinales del US Open 2020.
Suele costarle arranca la maquinaria a la estadounidense y parecía evidente que una tenista tan en forma como Pironkova, no le iba a dar tregua. La búlgara jugó en la primera manga con un alto porcentaje de primeros servicios, se metió en pista, cambió direcciones con facilidad e impidó que Serena entrara en pista y ejecutara su estilo. No sufrió apenas con su saque, sin tener que afrontar ni una sola pelota de break en contra, y supo mantener la rotura que consiguió mediado el set hasta cerrarlo con contundencia y hacer que las dudas aparecieran en el rostro de la ganadora de 24 Grand Slams. No son pocas las veces en que se ha visto en esta situación la menor de la saga, pero su reacción fue progresiva y menos contundente de lo esperado.
Tanto es así que tras conseguir el break de salida en el segundo parcial, pero se encontró con una Tsvetana decidida a aferrarse al partido. Tanto es así que se llegó con un inquietante 3-3 en el marcador y fue ahí donde llegó el momento clave, ése en el que se criban las grandes jugadoras de las leyendas. Pironkova dispuso de oportunidades para adquirir una ventaja sustanciosa, pero fue incapaz de plasmar en el marcador sus buenas sensaciones y no hizo más que despertar a la fiera. Serena empezó a moverse mejor, a ser más agresiva y a dominar con puño de hierro. Puntos inolvidables, incluyendo dos restos con la izquierda, sazonaron una racha de cinco juegos a favor de la estadounidense.
Salió, por tanto, con ventaja en el marcador desde el inicio del tercer set. Lejos de renuncir a la batalla y dejarse ir, Tsvetana Pironkova buscó desesperadamente su momento para reengancharse al partido y cortó la sangría ayudándose del servicio y de camios permanentes de efectos y alturas con su derecha cortada. Serena bajó algunos enteros a nivel físico, pero su saque empezó a carburar mucho mejor y asumió riesgos con entereza, redoblando su agresividad en pista. La resistencia de la búlgura terminó cayendo cual castillo de naipes ante el asedio constante de Serena Williams, que hizo un nuevo break en el séptimo juego y terminó certificando su pase a semifinales del US Open 2020 con muy buenas sensaciones.