Ni Ekaterina Makarova ni Lucie Hradecka estaban pasando por un buen momento en el circuito de dobles. La rusa, alejada de Elena Vesnina tras una lesión de la segunda y unas disputas personales. La checa, buscando todavía una sustituta de calidad para dejar atrás su grandísima época junto a Hlavackova. Esta semana en Cincinnati han unido sus fuerzas y el resultado no ha sido nada malo. Campeonas después de batir a Mertens y Schuurs (6-2, 7-5). Puede que haya visto el nacimiento de una gran combinación.
Makarova y Hradecka encuentran un refugio a la sequía