Si me permiten la expresión, lo que le ha pasado este domingo a Dani Gimeno Traver es una putada. El tenista valenciano, que empezó la temporada siendo el 366 del mundo, buscaba hoy en Túnez poner la guinda a tres semanas de gran rendimiento. Octavos de final en Alicante, cuartos de final en Barletta y final en el $75.000 de Túnez, donde hoy luchaba por levantar su título más importante desde 2010 y quedarse a las puertas del top200. Sin embargo, el destino (o la mala suerte) quiso que una fiebre le impidiera competir ante Guido Andreozzi y tener que retirarse con 6-2 y 3-0 abajo.
"He pasado toda la noche con temblores", confesó el español a esta página. "Llevo 19 partidos en 22 días y al final es mucho esfuerzo, antes o después acaba saliendo", comentó Dani, quien pese a todo tiene en su mano el objetivo secundario de esta gira: lograr una plaza para la fase previa de Roland Garros. Mañana aparecerá como número 225 del mundo, aunque los acontecimientos le han llevado a borrarse del Challenger de Francavilla, en el que tenía pensado competir esta semana.