
Valencia amanece este domingo con un sentimiento de amargura y otro de duda. El de amargura es obvio después de haber remado ayer durante casi cinco horas junto a Feliciano y Marc López en un punto de dobles que nos acabó dando la espalda. Sin embargo, mucho más incómodo es el de duda, un interrogante que nos persigue ya desde hace varias semanas: ¿será esta la última serie de Copa Davis que veamos en nuestro país? Cabe una posibilidad de que así sea, que cuando España y Alemania recojan sus bártulos y el cuadro avance, la historia de esta competición tome un nuevo rumbo adquiriendo un formato que rompa con todo lo anterior.
La propuesta apunta hacia una única semana de torneo, afincada en la última semana del calendario, con el reclamo de una única sede que apueste por el lujo y los billetes, liberando así a los mejores tenistas del circuito de muchas semanas y convocándolos para el último baile en noviembre. Aprovechando que Valencia reunía estos días al equipo español prácticamente en su totalidad, Punto de Break se reúne con los entrenadores de los jugadores para debatir lo bueno y lo malo de estos ajustes que todavía están por definir.
“Con este formato, el jugador llega un momento que sacrifica el calendario por representar a su país. Es un formato que al final cansa y donde el jugador se acaba desenamorando. Ahora, ¿es este tipo de cambio lo mejor?”, expone Samuel López, entrenador de Pablo Carreño. “En un principio debería favorecer a los jugadores pensando en que si juegan la Copa Davis será en una sola semana. Eso sí, se pierde toda la esencia que te da jugar en casa y compartir esa victoria con tu público”.
“Se perdería la esencia de la Copa Davis y esta semana tenemos el mejor ejemplo. Estamos viendo un España-Alemania muy emocionante, muy igualado, jugándose en casa, en Valencia”, asegura Paco Fogués, mentor de David Ferrer. “Además se puede jugar en lugares donde normalmente no se juega al tenis, como una Plaza de Toros, estos detalles tienen un encanto que se pueden perder. Los jugadores son los que viven desde dentro la competición, son los primeros que saben lo que pueden perder de llegar estos cambios”, añade el valenciano. “En parte, entiendo que todos busquen un cambio de formato, es muy difícil aguantar este ritmo de viajes, de horarios, de cambios de superficie, de pelota… todo esto sumado al desgaste emocional. Una eliminatoria de Copa Davis actual te puede mermar para la próxima gira. Hay que encontrar un término medio para cuidar la salud del jugador”.
Pepo Clavet, técnico de Feliciano López, prefiere enfocar el cambio desde una perspectiva más positiva. “Es un tema complicado, hay detractores y gente a favor, mi opinión es que para lo apretado que está el calendario, a los jugadores les beneficia. Luego pues tiene otras desventajas, se pierde la historia de la Davis y se iría a países donde el tenis no va normalmente. Esto le quitaría un poco de encanto a la competición, pero los jugadores lo agradecerían: gestionar un calendario ATP es complicadísimo. Es verdad que al final de temporada todo el mundo está cansado y pensando en el próximo año, pero yo creo que los buenos sí que irían”, señala.
Menos convencido está Pepe Vendrell, entrenador de Roberto Bautista. “La Davis para sobrevivir tiene que actualizarse, eso es una realidad, y una opción es esta, el formato vigente necesite un ajuste. No sé si jugar a tres sets, si hacerla en menos días, no lo sé. Lo que sí te digo es que a final de temporada creo que los jugadores están triturados y con unas ganas de irse de vacaciones que el nivel no sería el máximo”, valora el castellonense.
Puntos a favor, puntos en contra. Ahí está el debate, si con este nuevo formato la balanza sería más positiva que negativa. “Supongo que todavía le darán alguna vuelta”, subraya Samuel. “Si lo dejan así sería como un Mundial, como el de fútbol que ganamos en Sudáfrica. Allí todavía fueron muchos españoles; aquí, si lo hacen en Sudáfrica, que se olviden, irán cuatro contados. La Copa Davis también es un negocio y ese dinero que van a ganar será el que dejen de ganar las Federaciones, para España por ejemplo es una fuente de ingresos crucial. Dicen que habrá una compensación, pero ya veremos. Francia, Australia o Inglaterra tienen un Grand Slam y con eso se han convertido en Federaciones fuertes, pero nosotros solo tenemos la Davis”, expresa López.
¿Y qué pasa con la esencia de la Davis? El hecho de jugar con el apoyo de tu afición. “Lo que se vive en la Davis es completamente diferente a lo que se vive en el resto de año, es increíble haber vuelto a Marbella y ahora a Valencia, el ambiente es impagable”, indica Pepo. “Todo eso se perdería, está claro, pero no todos son ventajas en los cambios, para las aficiones de los países sería una pena. Aun así, globalmente para los jugadores, que al final son los implicados, sería bueno el cambio de que se realizase en una sola semana”, manifiesta.
Parece que la idea de que todo el torneo se resuma en una sola semana gusta y bastante dentro del vestuario, pero, ¿irían los mejores a competir en noviembre con la reserva encendida? “No sé si está solución va a ser buena, pero estaba claro que había que cambiar algo. Quizá sea más partidario de hacer algunos ajustes en la competición que de cambiarla por completo. El problema está en el calendario, pero claro, si la ponen a final de temporada, cuando los jugadores llegan ya muy cansados, además se la llevan a Asia… puede ser peligroso en cuanto a los jugadores que la puedan disputar. Como ya digo, apostaría por hacer algunos ajustes: el más importante, quitar los partidos al mejor de cinco sets”, argumenta Fogués.
“Hagan lo que hagan, será otra cosa”, reconoce Samuel López. “La Copa Davis no es que la cambien, es que desaparece. Se le podrá llamar Copa Davis pero será una Copa del Mundo. Se podrían buscar otros cambios, como que no se jugara a cinco sets, o que se jugara toda en la misma superficie, o en otras fechas. La ATP y la ITF barren cada una para un lado, es un tema muy difícil”, confiesa el técnico.
Un torneo legendario a punto de ser sacudido de arriba abajo. Algunos dicen que por hacerle un favor a los jugadores, aunque muchos pensamos que es por explotar el negocio. “No me da la sensación que esta sea la mejor solución, pero el aspecto económico prima, no tendrán muchos espectadores pero sí muchos billetes para traer jugadores y espectáculo”, afirma Vendrell. “Desde luego, para llegar a emular los sentimientos y lo que representa la Davis, muy buen trabajo tienen que hacer. Creo que el tenis al final pierde, está claro que hay que actualizar cosas, pero el romanticismo del tenis pierde. Soy el primer que apruebas las nuevas iniciativas para y propuestas para mejorar, pero eso no es mejorar la Davis: eso es cargarse la Davis”.