El día por el que Wawrinka pensó en Krajicek

El holandés Richard Krajicek tiene la misión de hacer de Wawrinka un candidato en Wimbledon. Su carrera, marcada por un 4 de julio de 1996

Stan Wawrinka ha sido el último de los grandes jugadores en complementar a su entrenador del día a día con una figura que marque la diferencia en el corto plazo o en determinadas áreas de su juego. El suizo busca potenciar su juego sobre hierba, la superficie más ajena a sus características. El de Lausana se puso a pensar, hasta que dio con Richard Krajicek, el único holandés que ha logrado un Grand Slam en toda la historia del tenis. Y qué Slam.

A pesar del recurrente argumento que aparece en la era actual, de la que corrientes de opinión la señalan como basada en la potencia y en la evolución física, los años 90 fueron especialmente prolíficos en la aparición de la figura del sacador letal. El juego de saque y volea venía dándose desde muchos años atrás pero fueron los materiales los que permitieron que los 200km/h fuesen una norma en cada primer servicio. Krajicek, cabeza de serie número 17 en aquel Wimbledon de 1996, era uno de las catapultas más reconocibles del circuito, junto a Rusedski, Ivanisevic, Phillipoussis o el propio Pete Sampras.

Conocido principalmente por aquel día, Krajicek hizo saltar la banca. Un 4 de julio de 1996, hace ahora casi 20 años, Pete Sampras pareció vulnerable en la central de Wimbledon. Enfrente tenía un sacador inspiradísimo, que complementó la gesta con restos ganadores y passings a la carrera más propios de un mediano. Entre medias de un torneo que vio a Jason Stoltenberg y a Malivai Washington cruzar a semifinales, el gigante holandés paralizó el mundo del tenis.

Uno recuerda perfectamente aquel día. La imagen de Sampras saliendo de la pista central con su bolsa a cuestas, testigo derrotado de una de las sorpresas más mayúsculas, que dejó helada a la prensa especializada. Ganador de 17 títulos individuales y top-15 asentado durante el grueso de carrera, Krajicek levantaba en ese momento Wimbledon con 24 años, construyendo una nueva victoria sobre el gran dominador de la década, frente al que terminó teniendo un 'cara a cara' positivo (6-4).

Fue por aquel torneo por lo que su nombre está hoy en el banquillo de un top-5. Sin embargo, dadas las diferencias que Krajicek (jugador de césped/moqueta) y Wawrinka (jugador de fondo y tierra batida) tienen entre sí, la unión no se postergará, a priori, más allá de Wimbledon. El holandés tiene trabajo por delante y no va a ser Wawrinka un trabajo suelto. El actual director del ATP de Rotterdam ha afirmado que tiene pensado seguir entrenando durante 18 o 20 semanas a un jugador del circuito.

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