La opción Na Li en Melbourne Park

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La tenista china Na Li, presente en los cuartos de final del Open de Australia, configura una alternativa de primer nivel para romper pronósticos en la segunda semana de competición. Parece contar con la confianza de pocos. Liviana presión externa que pudiera contribuir a que suelte el brazo.

Fuera de muchas quinielas, sin hacer excesivo ruido, arrojada a un segundo plano. Así desembarcó la tenista de Wuhan en el primer gran torneo de la temporada. Así, lejos de los grandes focos, es como va avanzando la antigua finalista del Abierto de Australia por Melbourne Park. Y así, con una mezcla de falta de expectativas y fiabilidad en la tarea se encuentra más cerca del último que del primer partido. Sin ceder un solo parcial se planta la número 6 del mundo en la antepenúltima ronda del torneo. En 5 de las 8 mangas disputadas, cediendo 3 o menos juegos.

Otrora una deportista con marcados altibajos a nivel de resultados, su colaboración con el técnico argentino Carlos Rodríguez con posterioridad a Wimbledon parece haberle aportado una regularidad notable. Formando tándem con el entrenador que acompañó a la belga Justine Henin a la consecución de siete grandes, ha logrado una consistencia competitiva que la convierte en una alternativa de primera línea en prácticamente cualquier escenario.

Desde que arrancase la gira americana de verano, logrando en Cincinnati la corona WTA más grande de su carrera, cuenta 27 victorias en sus últimos 32 partidos sobre cemento al aire libre –incluyendo 5 triunfos ante miembros del top10-. Esto es, un 84% de efectividad sobre entornos similares al encontrado en Melbourne. Va completamente lanzada. El inicio de la temporada 2012 ha sido igualmente dominador sobre pista dura outdoor. Campeona en el inaugural evento chino de Shenzhen, semifinalista en el Premier de Sidney y ya cuartofinalista en el Open de Australia, aún tiene camino por recorrer para igualar su mejor resultado en Melbourne. Cerca de cumplir los 31 años, pisando terreno conocido, no le debiera temblar la mano a partir del segundo domingo.

Si bien se habla de forma repetitiva de la imbatibilidad de Radwanska, no hay que olvidar que la asiática presenta un nada desdeñable balance de 12-1 en lo que llevamos de curso, firmando su único paso en falso precisamente ante la polaca en la semifinal de Sidney. Puestos a buscar un ápice de escepticismo, cierto es que únicamente ha encarado a dos tenistas ubicadas entre las primeras 25 raquetas del circuito. En el horizonte de cuartos de final en Melbourne podría asomar un nuevo cruce sobre suelo australiano ante la centroeuropea. Pese al paso en falso comentado, se trata una rivalidad que le reportó plenitud de victorias (3-0) sobre la superficie en cuestión durante la campaña 2012 –todas ellas en la segunda mitad de temporada-.

Pocas jugadoras, además, han mostrado más regularidad que la competidora china durante el pasado reciente en el primer Grand Slam del curso. Tres veces presente –al menos- en cuartos de final durante las últimas cuatro ediciones del major oceánico, ninguna de las tres primeras cabezas de serie (Azarenka, Sharapova, Serena) muestra un desempeño tan lineal en Melbourne. Cayendo antes con frecuencia, cierto. Pero rara vez cayendo pronto. Es, además, el Grand Slam donde ha sellado más victorias en su carrera deportiva (25), el major donde selló sus primeras semifinales y final en la categoría, el único grande donde ha logrado firmar presencia en segunda semana en cuatro ediciones consecutivas. En definitiva, una asiática disfrutando del Slam de Asia-Pacífico.

Domina la superficie como pocas compañeras. Con clara vocación ofensiva, encuentra en ambas alas de golpeo un impacto consistente y poderoso con el que arrogarse la iniciativa del intercambio. Si logra poner los pies sobre la línea, el ritmo su bola puede alcanzar tempos prohibitivos. Una buena movilidad en el fondo le convierten en una atleta difícil de rebasar tras la raya. Peca de cierta tendencia al altibajo dentro de los partidos, esparciendo errores con cierta frecuencia. No obstante, ha ganado en madurez competitiva, llevando las fases decisivas a su terreno con más frecuencia que antaño.

¿Puede desafiar a un miembro del top4 en la antepenúltima ronda de competición? No cuesta creerlo. ¿Podría, llegado el caso, mirar a los ojos a Sharapova en el penúltimo peldaño? Jamás le arrebató un set a la rusa sobre dura al aire libre, pero sabe lo que es batirle en Grand Slam y sobre la arcilla de Stuttgart disputaron la que probablemente fuera la final femenina más competida de 2012.

Una tenista que conoce el terreno que pisa, cuenta con el apoyo moral de la grada, viene en momento competitivo dulce y, a priori, tiene menos que perder respecto a sus futuras rivales. Eso tiene un nombre: peligrosa combinación.