
Imagen extraña la que nos ofreció hoy Iga Swiatek en las semifinales del Mutua Madrid Open ante Coco Gauff. La polaca dejó una actuación totalmente impropia a la que nos tiene acostumbrados en esta superficie, y abandonó la Caja Mágica habiendo recibido incluso algún abucheo por lo visto en el segundo set. Por un doble 6-1, la norteamericana se metió en la final de Madrid y peleará este sábado por el título.
Desde que le pasó lo que le pasó a finales del año pasado, Iga es otra Iga. Se le ve mucho más vulnerable que en otras épocas, sacando sus partidos más con garra que con tenis, y eso se ve dentro de un circuito que tiene hambre y sed de victorias. Ven dudar a la que desde hace un par de temporadas domina el circuito junto a Sabalenka, y quieren aprovecharlo.
La polaca ya titubeó esta semana en Madrid ante Eala, Schnaider y Keys, y aunque remontó todos esos partidos, llegar con esas dudas en la cabeza ante una jugadora tan sólida como Gauff es demasiado decir. No extraña a nadie que el primer set caminase por donde caminó, con una Swiatek desquiciada, sin saber cómo generarse ventajas a la hora de buscar los ganadores, y una Coco lanzadísima y sin apenas sufrimiento para ponerse por delante.
Todo parte por la falta de punch de Iga al resto. La polaca siempre basó su superioridad en tierra desde su magnífico resto. Quitaba tiempo a las rivales y aplicaba pelotas muy difíciles de contrarrestar. En este primer set, Gauff rozó el 90% de puntos con su primer saque. La número 2 del mundo lo intentaba, pero en lugar de winners, lo único que conseguía era acumular su número de errores. Si a esto le sumamos una falta de confianza desde el fondo, con el punto en juego, nos queda una Iga que es mucho menos Iga.
Desde la distancia, Swiatek parece estar jugando dos partidos en la actualidad; el que enfrenta a su rival y el que disputa contra su propia cabeza. Esa misma cabeza que le dice que las cosas no fluyen como antes, y que quiere ir por la vía rápida a por el ganador. La pescadilla que se muerde la cola. Cuando las cosas no funcionan, quieres recortar rápido la distancia que tienes con la rival, y eso te hace precipitarte y cometer más errores de la cuenta. Iga no termina de jugar ni contra su rival, Gauff, ni contra ella misma.
Y es ahí donde sale la frustración. Tira la pelota, grita a su banquillo, como intentando culpar al mundo de que las cosas no salgan bien. Coco, muy seria, ve herida a Swiatek y no se sale del margen. Mete mucha pelota dentro, con intención, y no deja de apretar cuando tiene ocasión, sabiendo que Iga va a terminar por fallar. La polaca terminó con casi 30 errores no forzados. En solo 14 juegos… palabras mayores.
En cierta forma, era doloroso ver así a una campeona como Swiatek. Hundía la cara en la toalla durante los intercambios, intentando aislarse del escenario y el lugar, sin saber si pensaba en cómo remontar algo que parecía imposible, o en no querer que nadie la viese de esta manera.
El segundo set fue un auténtico descalabro por parte de Swiatek, encadenando un error tras otro, acabando el encuentro con prisa por marcharse lo antes posible y cayendo en semifinales de un torneo en el que defendía título. Ya son dos torneos de tierra en esta gira donde Iga se marcha sin título. Sigue sin pisar una final en este 2025 y pierde comba con el tren de cabeza. Gauff enfrentará a la ganadora del Sabalenka-Svitolina, mientras que a Swiatek solo le queda la bala de Roma para mejorar su confianza de cara a París.