
Demos la bienvenida a una nueva estrella. Joao Fonseca venció por 7-6 (1) 6-3 7-6 (5) a un Andrey Rublev que se vio claramente superado por el joven brasileño de 18 años, en una actuación antológica de este. Merece la pena repasar todos los detalles de un partido que puede ser recordado durante mucho tiempo.
Asistir a la gran presentación en sociedad de uno de los grandes diamantes en bruto del tenis mundial, era un gran aliciente de cara a esta jornada del Open de Australia 2025, pero ni los que mejor conocen a Joao Fonseca esperaban un espectáculo tan sublime. El brasileño y Andrey Rublev libraron una hermosa batalla repleta de matices, que deja numerosas y muy poderosas conclusiones, tanto de presente como de cara al futuro.
Desde que la pelota empezó a volar en el primer set, quedó claro que el joven brasileño estaba preparado para poner sobre la mesa todos los argumentos que lo convierten en un jugador llamado a grandes cotas de éxito en un futuro a corto plazo. Intercambios frenéticos de fondo de pista, clarividencia al saque de Joao y una facilidad inusitada para cambiar ritmos y direcciones con su revés, le reportaron la posibilidad de mantener a raya a Rublev. Se llegó al tiebreak, y ahí emergió la magia sin límites de un Fonseca que entró en ebullición y arrasó a su rival.
La exhibición tuvo continuidad en una segunda manga en la que Andrey, un consolidado top-10, parecía un títere en manos de ese chaval de 18 años llamado a poner el tenis mundial patas arriba. Se sucedían los golpes ganadores desde cualquier posición y el espectáculo era tan evidente como la impotencia del ruso para encontrar soluciones. Guarecerse y esperar a que pasara la tormenta fue lo único que pudo hacer Rublev, que vio cómo los truenos y rayos no cesaban hasta que el brasileño se puso con dos sets de ventaja.
- Fonseca cuajó un partido excepcional, con 51 golpes ganadores y 32 errores no forzados
Era este el primer partido al mejor de cinco mangas que disputaba en su carrera el jugador de Río de Janeiro, por lo que se podía prever algún altibajo en su rendimiento. Llegó en los compases iniciales del tercer parcial, con un break a favor de Andrey que regaló mucho cuando tocaba consolidarlo, viéndose de nuevo con el marcador igualado. De cualquier forma, daba la sensación de que el brasileño había perdido algo de chispa y que Rublev estaba ante una gran oportunidad para poner la primera piedra en la remontada.
Lejos de sufrir un desplome físico y mental, el brasileño se aferró al partido redoblando la intensidad de su juego y amparándose en el saque y una gran valentía con el siguiente golpe, para mantener el marcador equilibrado. Jugueteó Rublev con el break en dos ocasiones más, pero Joao reprimió su voluntad con un tenis asombroso en momentos importantes.
Con esas sensaciones se llegó al tiebreak y todo parecía ir sobre ruedas para el brasileño, capaz de encadenar cuatro puntos consecutivos para arrancar. Desató eso la furia de Andrey Rublev, que tras estrellar la raqueta contra el suelo, recuperó terreno situándose a un suspiro. Con 5-4 y dos saques para Joao Fonseca, la tensión era máxima y logró situarse con bola de partido a favor tras un revés paralelo a la línea no apto para cardíacos. Terminó la faena con otro golpe ganador y encogió el corazón de todos los aficionados al saber que estamos ante el nacimiento de un talento generacional. Una nueva estrella brilla en el firmamento del tenis mundial.