Cuando Alycia Parks acabó la temporada 2022 en el top75 mundial fue imposible no emocionarse con lo que estaba por venir. Estadounidense, carismática, potencia para gobernar y tan solo 21 años. A falta de algo de cocción y experiencia en la élite, lo tenía absolutamente todo. Sin embargo, en 2023 cerró el curso diez posiciones más atrás y la gente torció el gesto. Esa inercia regresiva a punto estuvo de repetirse en 2024, donde un título hace 24 horas evitó que se marchara de vacaciones fuera del top100.
El título cayó en el WTA 125K de Angers, territorio que ya conquistó hace un par de temporadas reafirmando lo bien que le siente competir bajo techo. Tercer trofeo de la temporada (Gaiba, Varsovia, Angers), los tres en la misma categoría pero cada uno en una superficie diferente. Entonces, ¿por qué tantas críticas a su temporada? Más que a su temporada, a lo sucedió entre su derrota en 3R del Open de Australia –su mejor actuación de largo– y los cuatro meses posteriores. En total fueron 12 derrotas consecutivas que dejaron a la estadounidense perdida y sin rumbo. ¿Pero qué le pasó exactamente?
“Fue una etapa un poco difícil, traté de cambiar lo que me estaba ayudando a ganar, lo que obviamente fue una decisión equivocada”, descubre Parks en una entrevista en el portal CLAY Magazine. “Me topé con las respuestas incorrectas, así que tuve que volver a lo básico e intentar reconstruir mi racha ganadora”, añade la norteamericana, aceptando su error de cambiar un estilo que ya venía completamente definido desde que era una niña.
“Creo que lo hice bien en el Open de Australia, perdí en tercera ronda contra Coco Gauff, pero luego entré en una dinámica de muchas derrotas consecutivas, sobre todo debido a las distracciones. Una vez más, tuve que mirar atrás y recuperar lo que venía haciendo antes, manteniendo las cosas más simples y llamando de nuevo mi padre para que ejerciera de entrenador. La realidad es que necesitaba tenerlo más cerca de mí”, subraya la mujer que finalmente acabará el curso en el puesto #84 del ranking femenino.
Lo que no ha cambiado es el grado de inspiración que siempre le entra cada vez que piensa en la más grande, su adorada Serena Williams. No solo es la heroína a la que intenta replicar, ahora también es una persona cerca a la que pedir consejo cuando haga falta. “Serena es una gran inspiración para mí, me ayuda mucho, siempre lo hizo. Intento hablar con ella cuando puedo, siempre que tengo una pregunta no dudo en dirigirme a ella. Afortunadamente, siempre me da una buena respuesta. El mejor consejo que me ha dado fue que volviera a lo que estaba haciendo cuando ganaba, además de regresar con la persona que mejor me conoce: mi padre”, recuerda Alycia con emoción.
ALGO MÁS IMPORTANTE QUE EL TENIS
En las buenas y en las malas, si algo tiene claro Parks es cuál es el factor más importante de su vida, aquello que le permite levantarse cada mañana y dirigirse a la pista a hacer lo que más le gusta. ¿Se lo imaginan? Puede sonar extraño porque son pocos los tenistas que anuncian de una manera tan abierta y sin complejos su fe en Dios, pero aquí topamos ante una mujer tremendamente religiosa, alguien con la capacidad de relativizar cualquier resultado deportivo. Al final y al cabo, el tenis es algo secundario.
“Siempre pongo a Dios por delante de todo, él es lo primero, ya que al final del día el tenis es simplemente un deporte. La gente se olvida de dar gracias a Dios cada día al despertar, así que para mí el tenis es un lujo. Antes de cada partido, incluso cuando me despierto por la mañana, lo primero que hago antes de empezar el día es rezar”, concluye la oriunda de Atlanta, de quien volveremos a esperar lo mejor en 2025.