El tenis se rejuvenece: el cambio de paradigma ha llegado al circuito ATP

Por primera vez en la historia, la generación de los 2000 ha dominado los grandes títulos del año. Desglosamos los datos que plantean una nueva realidad en el circuito ATP.

Carlos Navarro | 29 Oct 2024 | 08.00
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Carlos Alcaraz, punta de lanza de la generación de los 2000. Fuente: Getty
Carlos Alcaraz, punta de lanza de la generación de los 2000. Fuente: Getty

Ha llegado el cambio de guardia. La temporada ATP 2024 ha sido, a falta de dos grandes torneos (y la Copa Davis) para su conclusión, un año que sienta las bases de un nuevo paradigma en el tenis masculino. El relevo es real desde varios puntos de vista: el simbólico (con las retiradas de nombres como Andy Murray, Dominic Thiem o Rafael Nadal, a pesar de que ya no competían por los grandes títulos), el numérico (ahora repasaremos los datos) e, incluso, el del imaginario colectivo: solo Novak Djokovic es capaz de mantener viva una llama que se apaga lentamente sin que otros puntales generaciones de la década de los 90 hagan nada por renovarla, mientras que Carlos Alcaraz y Jannik Sinner son las puntas de lanza de una nueva y deslumbrante realidad.

Podría sonar a hipérbole, pero el 2024 ha confirmado varias tendencias. La primera ya se había asentado en las últimas temporadas, pero se ha agudizado más que nunca tras los últimos doce meses: el circuito ATP se ha rejuvenecido. Atrás quedan años como 2017 o 2018, donde una de las generaciones más potentes de la historia del deporte (sino la que más) mantenía suficiente vigencia como para llenar la planta noble del circuito más allá de la treintena: a día de hoy solo tres treintañeros sobreviven en el top-30, y uno de ellos (Novak Djokovic) nació antes de la década de los 90.

Grigor Dimitrov y Jordan Thompson aportan algo más de experiencia a una primera fila compuesta por muchos jugadores que aún deben vivir sus mejores días como tenistas. Es un dato que nos lleva de manera irremediable a una segunda conclusión que, a diferencia de la primera, se ha visto acentuada por vez primera en este 2023. La generación que debía convertirse en el relevo natural del Big Three, habida cuenta de los fallidos intentos por lograrlo de los Dimitrov, Nishikori, Raonic and company... está flaqueando. Y con ello, claro, ese futuro asegurado en el que debían reinar: ahora hay otros jóvenes sobradamente preparados que están listos para que sea la generación de los 2000 quien se haga con el trono del circuito.

DE LOS GRAND SLAMS A LOS ATP 500, EL JUEGO HA CAMBIADO

El prisma cuantitativo y el prisma cualitativo ponen por delante esta temporada a los jugadores menores de 25 años, es decir, aquellos que nacieron en la década de los 2000 y que, por si fuese poco y siguiendo la lógica natural del mundo del deporte, aún no han alcanzado su pico de rendimiento tanto a nivel físico como mental. Si la sensación general del público respalda esta teoría por la fuerza de los triunfos de Carlos Alcaraz y Jannik Sinner en los Grand Slams, mirar más allá de español e italiano no aporta demasiada esperanza a la generación de los 90, que ve cómo últimamente también cae derrotada ante jugadores de menor edad. Vayamos con el primer dato, sobre todo de cariz cualitativo:

Nº DE TÍTULOS GANADOS ENTRE ATP 500, MASTERS 1000, JJOO Y GRAND SLAM

2023 (27 en total):

  • Jugadores de la década de los 90 o anteriores: 17
  • Jugadores de la década de los 2000: 10

 

2024 (26 de 28 disputados hasta ahora):

  • Jugadores de la década de los 90 o anteriores: 9
  • Jugadores de la década de los 2000: 17

 

A pesar de la clara desventaja desde la que parte la década de los 2000, puesto que es casi imposible que jugadores nacidos de 2006 en adelante conquisten grandes títulos siendo menores de 18 años (mientras que la década de los 90 dispone de jugadores en edad élite a lo largo de todos sus años), sus componentes ganan esta comparativa de forma clara. He aquí la diferencia con respecto a otras temporadas: no solo el tenis ha empezado a estar dominado por dos tenistas de juventud vibrante, prometedora y cautivadora, como son Jannik Sinner y Carlos Alcaraz... sino que muchos de sus coetáneos han dado un paso adelante y también han empezado a asomar la cabeza en grandes escenarios, estrenándose varios de ellos en el apartado de títulos de cierta entidad. Jack Draper en Viena, Giovanni Mpetshi Perricard en Basilea o Arthur Fils en Hamburgo o Tokio son los mejores ejemplos.

El salto de calidad, por si fuese poco, no solo se da a nivel cualitativo. Los más jóvenes también se han apoderado de la planta noble del circuito ATP, acortando las diferencias generacionales con los jugadores nacidos en los 90 y quedándose muy cerca de repartir de forma equitativa el número de tenistas que cada década aporta al top-30. Esto, teniendo en cuenta la diferencia mencionada anteriormente, es tremendamente reseñable:

TOP-30

Jugadores nacidos en los 90:

  1. Zverev
  2. Medvedev
  3. Fritz
  4. Ruud
  5. Rublev
  6. de Miñaur
  7. Paul
  8. Tsitsipas
  9. Hurkacz
  10. Tiafoe 
  11. Humbert
  12. Khachanov
  13. Tabilo
  14. Popyrin
  15. Thompson
  16. Cerúndolo

 

Jugadores nacidos en los 2000:

  1. Sinner
  2. Alcaraz
  3. Rune
  4. Draper
  5. Musetti
  6. Shelton
  7. Fils
  8. Korda
  9. Machac
  10. Báez
  11. Aliassime
  12. Lehecka

* Bonus track: Mpetshi Perricard (#31 del mundo) y Flavio Cobolli (#32), sin olvidar el gran año de Jakub Mensik (#48) o Jerry Shang (#50)

¿ESPEJISMO O NUEVA REALIDAD?

Pueden extraerse numerosas conclusiones de los datos expuestos en este artículo. Una cosa admite poca discusión, y es el rejuvenecimiento total y absoluto del circuito ATP, abriéndonos la puerta a una nueva etapa cuyos indicios ya se habían presentado en pasadas temporadas pero que en este 2024, y debido principalmente al bajón en Grand Slams de Novak Djokovic, último vestigio de anteriores épocas, se ha confirmado por completo.

Ahora bien: ¿se establecerá de forma definitiva la generación del 2000 como la más ganadora? ¿Irán, incluso, más allá de lo que puedan hacer Alcaraz y Sinner (que, de por sí, son los mayores argumentos como para responder que sí a la primera pregunta)? ¿Hemos visto la mejor versión de nombres como Tsitsipas, Rublev o Ruud, o el fuelle y empuje de tenistas más jóvenes que ellos les motivará a revertir está dinámica? El debate es todo vuestro, amigos... pero el paradigma, de forma más o menos clara, ha cambiado por completo: solo queda preguntarse si el cambio ha llegado para quedarse de forma definitiva. ¿Tú qué piensas?