Nicolás Moreno de Alborán, el último pasajero hacia el éxito

El estadounidense refuerza la idea de que no hay fecha límite para alcanzar la élite del circuito mundial. Su historia es un ejemplo para aquellos talentos de cocción lenta.

Fernando Murciego | 10 Oct 2024 | 22.30
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Entrevista con Nicolás Moreno de Alborán con Fernando Murciego. Fuente: Punto de Break
Entrevista con Nicolás Moreno de Alborán con Fernando Murciego. Fuente: Punto de Break

El mejor fuego no es el que se enciende rápidamente”, dice uno de los tantos refranes vinculados a la paciencia. En el mundo del tenis, donde cada jugador tiene su propia velocidad, tendemos a descartar a aquellos que más despacio avanzan, olvidando que los frutos más dulces requieren de un tiempo extra. Nicolás Moreno de Alborán (Nueva York, 1997) no empezó a competir hasta los 16 años, no se hizo profesional hasta los 22, pero no ha habido temporada en la que haya dado un paso atrás. Con la emoción de ver el top100 cada día más cerca, pero sin obsesionarse con ningún objetivo, es momento de conocer la historia del estadounidense.

Estadounidense de nacimiento, país que defiende dentro de la pista, aunque fuera de ella habla un perfecto castellano y se muestre como uno de los nuestros. Aprovechando su presencia en la Copa Faulcombridge 2024, Punto de Break se cita con él al finalizar su partido de segunda ronda ante Javier Barranco. Son las 21:45 en el Club de Tenis Valencia, acaba de ganar un encuentro de casi tres horas y por delante le queda todavía la ducha, el fisio, la cena y el descanso. Pero Nico, fiel a su palabra, nos invita al gimnasio a realizar la entrevista. Un gesto que confirma que estamos ante una persona diferente a la gran mayoría.

Vaya partido, Nico.

Ha sido muy duro, muy físico, hacía muchísimo viento para todas partes, con remolinos que complicaban mucho la visibilidad, pero es lo que hay, tocaba luchar y aceptar el día. Lo peor de todo es haber jugado contra un buen amigo como es Javi, con el que siempre juego dobles. Le deseo lo mejor porque es una de las personas más increíbles que he conocido en el circuito.

¿Qué supone enfrentarte a un amigo?

Nosotros sabemos que en la pista no hay amigos, entramos ahí a jugar nuestro tenis y hacer lo mejor que sabemos. Después del partido nos respetamos mutuamente, eso siempre.

El domingo estabas jugando la final de Villena, en pista dura. El martes debutabas en la arcilla de Valencia. El tema de las transiciones veo que lo llevas bien.

Al final mi juego es mi juego, no cambia mucho según la superficie, aunque siempre hay aspectos diferentes. La clave está en la actitud, tu respuesta mental, tener claro lo que quieres hacer. El cambio no es tan grande, lo único que aquí en tierra los puntos son más largos y el saque es más importante en pista dura. Como digo, la clave es tener actitud, ser humilde y aceptar los errores.

Nicolás Moreno de Alborán con el equipo de Javier Barranco.

 

A falta de los 3-4 torneos que te faltan por disputar, ¿qué balance harías de 2024?

Cada año es diferente, un año de aprendizaje, da igual que mantengas tu ranking, bajes o subas. En 2024 he aprendido mucho del calendario, de mí mismo, de mi cuerpo, hemos crecido como equipo… el balance es positivo, desde luego. Cada año me veo jugando mejor, intento es mejorar cada día y mirar hacia delante.

¿Alguna cuenta pendiente antes de cerrar el curso?

Todos los jugadores tenemos metas, todos queremos estar en los mejores torneos del mundo, pero yo soy de los que piensa que está todo escrito. Trabajo cada día con tranquilidad, vivo mi vida para ver lo que el tenis me puede dar. Si doy mi 100% sé que puedo meterme en la cama con la conciencia tranquila, luego todo lo que venga será bienvenido. Tanto lo bueno como lo malo, eso es lo que nos va curtiendo.

Este año todavía no has ganado títulos, pensé que tirarías por ahí…

Claro que queremos ganar torneos, pero eso es una consecuencia de ganar partidos y la mejora que hagas cada semana. Al final todos competimos para ganar títulos, pero no es un tema que me obsesione.

Desde que ganaste tu primer punto ATP en 2015, siempre has acabado la temporada con mejor ranking que la anterior. El año pasado cerraste #152 y ahora estás virtualmente #127. Te lo digo porque estás cerca de mantener esta dinámica.

El ranking es como los títulos, una consecuencia del trabajo y las victorias que vas acumulando pero, sinceramente, si me preguntas en qué ranking estoy no te lo sabría decir. No lo miro, tampoco miro cuántos puntos necesito o qué tengo que defender, eso se lo dejo a mi entrenador. Yo me concentro en los aspectos que pueda controlar.

Nicolás Moreno de Alborán con su título en Braga.

 

¿Ha sido muy difícil llegar hasta aquí?

Me pasa en todos los aspectos de la vida: siempre avanzo poquito a poquito. Por supuesto que ha sido muy duro, hay mucho trabajo detrás, además de un equipo muy bueno y el apoyo de mi familia. Son muchas cosas las que tienes que controlar, muchos requisitos que cumplir si quieres competir al máximo nivel […] Se necesita también un poco suerte, aunque alguno diga que no la necesita, pero también hace falta.

¿Tú has tenido suerte?

[…] Creo que soy muy afortunado, por supuesto que he tenido suerte. El simple hecho de poder vivir de esto es una suerte.

Pero te lo has trabajado, nadie te regaló nada.

Sí, pero hay que valer para poder vivir de esto. El hecho de levantarme y poder jugar al tenis, que es lo que me gusta, para mí es una suerte. La oportunidad de viajar y competir es increíble, hay muchos niños y niñas en el mundo del tenis que no tienen esa oportunidad, por eso me considero un afortunado, alguien que ha tenido mucha suerte. Le agradezco a la vida por haberme dado la oportunidad de hacer lo que yo quiero.

Háblame de tus orígenes, ¿cuál es tu historia?

Mi trayectoria ha sido un poco diferente a la del resto porque de pequeño nunca competí en tenis. Nací en Nueva York pero crecí en República Dominicana, donde competía en vela. Allí estuve hasta los 10 años, pero no fue hasta los 15-16 años cuando empecé a jugar torneos. De hecho, antes de irme a la universidad, te diría que jugué unos 11-12 torneos, eso no llega ni a 40 partidos. La universidad me ayudó a saber competir y mejorar en los torneos. En ese sentido, siento que voy un poco atrasado, como que mi edad no refleja la edad real que tengo, me queda mucho por aprender y mejorar. Físicamente me siento muy fresco, supongo que por no haberme pegado esas palizas de niño, quizá por eso sienta tanta motivación de seguir aprendiendo y evolucionando.

Tu historia choca contra los principios de aquellos gurús que marcan la edad mínima a la que un chaval debe empezar a jugar y competir.

Hay mucha gente que habla, pero cada persona y cada trayectoria es diferente, eso es lo bonito de una carrera propia, hacer lo que tú creas que es necesario para ti.

Nicolás Moreno de Alborán junto a Glenn, su entrenador, cuando eran niños

 

¿De verdad no jugaste ningún torneo hasta los 15 años?

Creo que con 14 años jugué un torneo. Yo vivía en Londres, pero me fui a Madrid a jugar un MARCA Promesas, sin saber que aquello me iba a gustar tantísimo. Lo disfruté mucho, salí de la pista queriendo repetir, así que volví a Londres y se lo dije a mi entrenador.

¿No sentías que estabas varios pasos por detrás del resto?

A ver, yo jugaba de pequeño, di algunas clases, no es que empezara a jugar a los 14. Lo que hacía era jugar a tenis como hobby, como ejercicio, empezaría como a los 5 años a jugar, pero a competir no fue hasta los 16.

Vives en España, tu familia es de Madrid, hablar perfecto castellano… pero juegas por Estados Unidos. Esta también hay que explicarla.

Nazco en Nueva York porque mis padres vivían allí en ese momento, luego nos fuimos a República Dominicana y luego a Londres. Terminé jugando en la universidad de Santa Bárbara, pero juego para Estados Unidos porque me siento americano, aunque también llevo sangre española porque toda mi familia es de Madrid. Actualmente vivo entre Madrid y Londres, porque mi entrenador es de Londres. Honestamente, la verdad es que me siento de los dos países.

¿Nunca hubo opción de jugar por España?

En algún momento sí, pero la USTA me apoyó muchísimo desde que me gradué en la universidad, por eso juego por ellos.

Como si te quiere fichar el Real Madrid, no se puede rechazar esa oferta.

Algo así (risas). Solo puedo estar agradecido por todas las cosas en las que la USTA me ha ayudado, es una Federación muy potente y con muchos recursos.

Nicolás Moreno de Alborán, un guerrero del circuito

 

¿Mucha diferencia entre la USTA y la RFET?

Muchísima, son distintas maneras de ver el tenis, como si comparásemos el Real Madrid y FC Barcelona. No hay ninguna mejor o peor, simplemente son diferentes. La gran diferencia, más allá de la mentalidad, es que allí se juega más en pista dura y aquí se crece en tierra batida. Partiendo de esto, es normal que tengan maneras diferentes de entender el tenis.

Y si juega España contra Estados Unidos, ¿a quién apoyas?

Ahí estaría dividido […] En tenis iría con Estados Unidos, obviamente. Y si juegan en fútbol, quizá por ser del Real Madrid apoyaría un pelín más a España, pero también estaría dividido (risas).

¿Te imaginas debutar en Copa Davis?

¡Me encantaría! Es un sueño que tengo, debutar en Copa Davis o ir a unos Juegos Olímpicos, me parece lo máximo a lo que puede aspirar un deportista, sería increíble. Es verdad que somos muchos jugadores y está difícil, pero con trabajo todo se puede conseguir. El que termina yendo es porque se lo merece.

Con 27 años eres un ejemplo de tenista constante al que no le han quemado nunca los plazos. ¿Qué le dirías a esos jugadores que con 23-24 años se plantean colgar la raqueta por ver que están lejos del top300?

Me lo preguntan muchas veces, para mí el secreto está en olvidarse de los tópicos, incluso aquellos que dicen: ‘¡No vayas a la universidad!’. Cada uno tiene su trayectoria, lo más importante es disfrutar mucho de cada etapa. Con mi entrenador, Glenn Kuma-Mintah, llevo desde los 11 años, pero hasta que me fui a la universidad exprimí al máximo cada sesión, me servía para evadirme de todo lo que estaba pasando. Cuando las cosas me fueron mal con el tenis, la mayoría de las veces fue por tomármelo muy en serio, muy profesional. Mi consejo a los niños que empiezan sería que disfruten, que trabajen para mejorar, pero que no se pongan metas a largo plazo, que no se obsesionen con ser top antes de los 16-17 años. Hay que disfrutar, jugar cada semana, intentar mejorar y ver dónde te lleva la vida. Esa es mi mentalidad.

Y que no hay fecha de caducidad.

Exacto, cada trayectoria es totalmente diferente, tú no puedes opinar sin saber, no puedes encasillar a nadie, del mismo modo que no puedes descartar a nadie o tener prejuicios. No puedes obsesionarte con alcanzar esto sin antes llegar a esto otro, lo mejor que puedes hacer es enfocarte en evolucionar y ser un poco mejor cada día.

Nicolás Moreno de Alborán en la Copa Faulcombridge 2024. Fuente: Punto de Break

 

¿Tienes algún sueño confesable?

Sinceramente, mi sueño es meterme en la cama sin ningún arrepentimiento. El día que cuelgue la raqueta quiero mirar hacia atrás y, con todos mis errores y mis aciertos, ver que siempre hice todo con la mejor intención. Mirarme al espejo y saber que lo di todo.

Y cuando mires a la vitrina, ¿qué te gustaría ver?

En mi opinión, cada partido que juego me gustaría ganarlo. ¿Qué me gustaría tener en mi salón? Cada torneo que juego. Te prometo que cada torneo que juego es especial, me da igual que sea un Future, un Challenger, un ATP o un Grand Slam, cada partido es especial en ese momento. Los partidos más bonitos que he ganado han sido en todas estas categorías.

¿Alguno en concreto que te venga a la mente?

Cada vez que juego enfrente de mi familia tengo un sentimiento que no puedo explicar, es lo más bonito que hay, ver a tus padres y tus hermanos apoyándote, el simple hecho de pensarlo me pone la piel de gallina. Obviamente, un momento muy especial fue cuando pasé la Qualy del US Open en 2023 con todo el público de Nueva York delante, aquello fue apoteósico.