
Quizá esta decisión no haya tomado muy de imprevisto después de los momentos que se vivieron en el último encuentro de Stefanos Tsitsipas en el ATP de Montreal. El griego terminó echando del palco a su padre y entrenador, Apostolos, tras una grave discusión en referencia a unos problemas con su cordaje. Stefanos acabó perdiendo el encuentro y, en rueda de prensa, no tuvo reparos en admitir que se sentía decepcionado con su entrenador por no haber escuchado sus quejas. Ahora, el propio Stefanos ha sido el encargado de anunciar que su relación laboral con su padre ha llegado a su fin.
El griego comunicaba al mundo la noticia hace unos minutos a través de sus redes sociales, dejando claro que su padre seguirá viajando con él a pesar de que ya no sean pupilo/entrenador. Además, recalcaba que la decisión ha sido mutua y bastante meditada. Y es que Stefanos admitía no haberse reconocido al haberle gritado a su padre en mitad del partido, algo que no quiere que vuelva a suceder. Por ese motivo, le agradece todos estos años de aprendizaje, pero cree que ya es hora de buscar otras alternativas. Eso sí, todavía no ha confirmado quién será su nuevo entrenador porque como él mismo relata, no ha pensado aún en ello.
Las palabras de Stefanos y el agradecimiento a su padre por su exitosa relación
"Con gran pesar les informo que mi colaboración con mi padre como entrenador ha llegado a su fin. Prefiero mantener a mi padre en su papel de padre y solo de padre. La filosofía nos enseña que la sabiduría proviene de comprender nuestros límites y reconocer nuestros errores. En mi caso, me di cuenta de que me equivoqué al hablarle a mi padre de esa manera. El tenis no es solo un partido, un golpe o una actuación de unos segundos, es un largo viaje lleno de emociones, presiones y expectativas. En ese momento de frustración hubo muchas equivocaciones y errores por parte de mi entrenador y de mi padre. Como introvertido, tiendo a reprimir mis emociones y acumularlas hasta llegar a un punto de explosión. Me considero paciente, así que el hecho de reaccionar de esta manera me dejó en shock.
Mi comportamiento en la pista fue inaceptable y me siento decepcionado por haber llegado a un punto en el que mostré un lado oscuro de mí mismo. Cuando no me siento respetado y me siento juzgado o atacado emocionalmente tiendo a perder el control de lo que sale de mi boca, lo que va en contra de mis valores como ser humano. Perdí el control y no podía ver con claridad frente a mí. Mi padre ha estado intentando durante los últimos años entrenarme, criarme de la manera correcta y brindarme conocimiento y sabiduría, tanto dentro como fuera de la pista. Le agradezco por eso, le agradezco los sacrificios, el dolor y el sufrimiento que ha soportado para que este esfuerzo sea un éxito. A partir de ahora, su papel permanecerá dentro de los límites del papel de padre y solo eso.
Mi padre seguirá viajando conmigo y estará allí para apoyarme y brindarme asistencia fuera de la pista como siempre he querido. Le he confiado el puesto de entrenador durante muchos años y considero que nuestra colaboración ha sido un éxito. No estoy seguro de quién ocupará su lugar y todavía no estoy en condiciones de decidirlo. Lo que sí sé es que es hora de dejar que este capítulo y esta fase se cierren e intentar escribir uno nuevo. Ambos estamos de acuerdo con eso y esperamos centrarnos primero en nuestro lado humano y luego en el resto. Aceptar mis errores y tratar de enmendarme es parte de mi camino como atleta y les aseguro que continuaré trabajando duro para mejorarme, tanto dentro como fuera de la pista. Espero que esta experiencia sea una lección para mí y para todos los que luchan por encontrar el equilibrio adecuado en sus vidas".