Alcaraz consuma un histórico cambio de guardia en Wimbledon

El español se hace con su segundo título de Wimbledon tras imponerse con tremenda autoridad a un Djokovic sin argumentos.

Diego Jiménez Rubio | 14 Jul 2024 | 17.39
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Carlos Alcaraz, campeón de Wimbledon 2024. Foto: gettyimages
Carlos Alcaraz, campeón de Wimbledon 2024. Foto: gettyimages

Carlos Alcaraz se ha proclamado campeón de Wimbledon 2024 después de una exhibición impresionante de todas sus virtudes como leyenda en ciernes. Barrió de la pista a un Novak Djokovic impotente y se impuso por 6-2 6-2 7-6 (4) en una final para la historia del tenis mundial.

La expectación era máxima, la ilusión incontrolable y se percibía esa curiosa sensación de afrontar un choque por el título de Grand Slam sin que Novak Djokovic fuera el gran favorito, percibiendo a Carlos Alcaraz como quien más opciones tenía de reinar. Lo que se vivió esta tarde en la final de Wimbledon 2024 supuso lo que muchos consideran, como el cambio de guardia definitivo en el tenis mundial, con una demostración de poderío asombrosa por parte del español, de principio a fin.

Desde el arranque del partido en el primer set pudo apreciarse cómo había dos velocidades en pista, siendo la del murciano superior a la de Novak. Volaba por la pista Carlos, que después de lograr un muy trabajado break en el primer juego, desplegó una confianza espectacular en sus posibilidades y redujo al mínimo todo atisbo de esperanza para el serbio. Atacaba con solvencia Alcaraz por el lado del drive de Djokovic, que sufría lo indecible para hacer apoyos sólidos con su maltrecha rodilla y no verse desbordado al primer o segundo golpe de su rival.

Tiros de derecha mortíferos, alto porcentaje de primeros saques, dejadas atinadas y en el momento adecuado... Todo lo hacía bien Alcaraz, también en la segunda manga, que desarbolaba por completo cualquier propuesta de su contrincante. Djokovic se mostraba alicaído y bloqueado, sintiéndose claramente inferior a su rival y sin ver la solución a sus problemas. Aprovechó el murciano las dos bolas de rotura de las que dispuso y no dio ninguna opción a un Novak que ni siquiera tenía esos arranques de orgullo que le hacen emerger de situaciones adversas.

Se antojaba casi imposible que el español mantuviera ese nivel en un tercer parcial que se erigía en un ultimátum. Resultab complicado pensar que el balcánico pasara de la nada al todo de manera veloz, y más con el huracán de tenis que tenía enfrente. Cumplió con un paso ineludible, como era sostener las riendas de un desbocado Alcaraz, que llegó a disponer de bolas de rotura en los compases iniciales. Escapó de esa situación Novak y salió tremendamente reforzado a nivel moral y tenístico.

- Alcaraz terminó el partido con 42 golpes ganadores y 24 errores no forzados

La lógica indicaba que Alcaraz bajaría un puntito su intensidad y acierto, pero el español tenía claro que no podía conceder ni un ápice de espacio para que Djokovic se enganchara al partido. Ajeno a la historia y los intangibles de su contrincante, Alcaraz ofreció un nivel de juego esplendoroso para mantener igualado el marcador hasta el noveno juego y ahí, dar un zarpazo que parecía definitivo, con golpes inimaginables para cualquier otro. 

Sin embargo, cuando todo parecía hecho con un 40-0 a favor del español, su confianza se derrumbó como un castillo de naipes. Una doble falta y varios errores infantibles contribuyeron a que Djokovic diera la vuelta a ese juego y se aferrara al encuentro como si fuera un clavo ardiendo. Consiguió rehacerse Alcaraz para conducir el set al tiebreak, donde se vivieron los momentos más tensos, brillantes e igualados del partido.

Voleas inconmensurables, una dejada inconcebible para alguien que no sea un artista y un genio, y una capacidad inaudita para no perder los nervios fueron lo que marcó el triunfo de Carlos Alcaraz en esa muerte súbita que terminó decantando de su lado la balanza. Novak Djokovic luchó hasta el final, pero acabó rindiéndose ante la superioridad de un más que merecido campeón de Wimbledon 2024.