
Por si a alguno todavía le quedaban dudas sobre el estado de Novak Djokovic de cara a su candidatura en Wimbledon, posiblemente el partido de hoy se las haya resuelto por completo. Tras tumbar en sets corridos a Holger Rune (6-3, 6-4, 6-2), el serbio se afianza como el rival a batir dentro del cuadro, el gran favorito entre los favoritos, aunque esto luego no significa que se cumpla. Lo que sí se cumplió fue el triunfo holgado del balcánico ante un danés que se hizo pequeñito cuando el encuentro más personalidad demandaba. Requisito indispensable par vencer a un deportista que se conoce todos los secretos en este tipo de citas. Vamos allá con la intra historia.
Como suele pasar siempre en estas rondas de Grand Slam, son muchos los partidos que apunten a gran cartel, de esos encuentros que sabes que no van a fallar, aunque sea por nombres. Este lunes cruzaban sus raquetas un tal Djokovic y un tal Rune en la Centre Court de Wimbledon, buscando un pase a los cuartos de final del cuadro masculino, una cita que para muchos era el partido de la jornada, apoyándose quizá en los antecedentes entre ambos jugadores. Con todos los ingredientes, allá que nos metimos, esperando ver el gran espectáculo prometido. Eso sí, el serbio nos quitó un poco el encanto tras cerrar el primer set por 6-3 sin darle una sola opción de réplica.
Esta es la forma correcta de iniciar un partido importante, sobre todo uno donde tu rival tiene 16 años menos que tú, además de 24 Grand Slams menos también. Un toque de atención a base de orden, determinación y carácter para recordarle al pupilo a quién se está enfrentando. Pero el pupilo es uno de los más adelantados de la clase, por eso ha logrado tumbar en dos ocasiones a Djokovic antes de cumplir los 21 años, palabras mayores. Tras verse superado por la versión más estable del siete veces campeón, Holger fue poco a poco ganado temperatura con sus golpes, afrontando el segundo parcial desde otra perspectiva. El simple hecho de llegar al 3-3 ya era todo un éxito.
Pues justo en ese instante, donde Rune seguramente se regodeaba de ver que el segundo asalto nada tendría que ver con el primero, apareció con colmillo del balcánico para darle otro golpe donde más duele, en la moral. Un break que le colocaba 5-3 arriba a Novak, que vio cómo se plantaron ante su mirada hasta cuatro pelotas de set, una detrás de otra. Entre aciertos de uno y errores de otro, ninguna de las cuatro terminó donde tocaba, así que el danés aprovechó para cerrar fuerte el puño y lanzar su mensaje de ‘Todavía sigo aquí’. No supuso ningún drama para el actual Nº2 mundial, que todavía tenía su servicio para sellar la manga en el juego siguiente. Dicho y hecho. Juego sufrido, salvando break point, pero al bolsillo. Dos sets arriba y media victoria amarrada.
TODO CONTROLADO
Lo más difícil ya estaba hecho, aunque Djokovic tampoco necesitó de su versión más fabulosa. De momento, le bastaba con marcar la estrategia, apagar las embestidas des rival y ganar los puntos importante. Se dice rápido, pero para alguien que estaba en busca de sus 15º cuartos de final en Wimbledon, creedme que es como el pan de cada día. El tercer parcial empezó por idéntico camino, la del serbio ampliando el territorio y firmando un break de salida más la confirmación correspondiente. La sangre no paraba de salir del corazón del tenista danés, viendo cómo lo que parecía una bonita oportunidad se convertía en una cruenta clase magistral por parte del mejor de todos los tiempos. ¿Habría tiempo para la reacción?
Un dato servirá para explicar, entre otros muchos factores, por qué Rune no ganó el partido de hoy: parcial de 0-10 ante rivales del top5. Y cuidado, que hablamos de un hombre que llegó a mostrar un récord de 7-0 a favor en esta misma estadística, pero ahora le está tocando sufrir la otra parte de la moneda. Poco a poco está ganando en consistencia, en regularidad, pero todavía le falta un poco de cocción en las noches importantes. Por su parte, el de Belgrado dio un paso más para alcanzar su #60 cuartos de final en Grand Slam e igualar las 96 victorias en Wimbledon de Chris Evert. El hombre que se operó del menisco hace unas semanas continúa su viaje en Londres, le espera el miércoles Alex De Miñaur.