Venus Williams: “Espero volver pronto a jugar al tenis”

La veterana de 42 años, lesionada durante su último torneo en Auckland, explica en sus redes sociales cómo está siendo su proceso de recuperación.

Venus Williams. Fuente: Getty
Venus Williams. Fuente: Getty

Me encanta Venus Williams, no lo puedo ocultar. Una leyenda del deporte, campeona con todas las letras y de una vigencia nunca antes vista. En junio la veremos cumplir 43 años y no lo duden: soplará las velas estando en activo. Sin embargo, a estas alturas de la película ya es complicado evitar las lesiones, así fue como un contratiempo en su primer torneo de la temporada, el WTA 250 de Auckland, la dejó fuera del Open de Australia. Una mala noticia que necesitaba de un poco más de información, la que ella misma nos trae en su último vídeo a través de Youtube.

El año pasado disputé solamente cuatro torneos, todos durante el verano norteamericano. Al ser un regreso un poco precipitado, decidí tomarme un tiempo alejada de la competición para seguir trabajando en mi juego, cuatro meses en los que no he paré de entrenar, ilusionada por volver a jugar una vez más el Open de Australia.

Antes de viajar a Melbourne, mi calendario se detuvo en Nueva Zelanda, donde guardo grandes recuerdos del pasado como, por ejemplo, ganar el título en 2015, o disputar alguna final tiempo atrás. Sin embargo, la primera noticia que tuvimos este año al llegar a Nueva Zelanda fue que no teníamos equipaje, lo que significa que no tenía raquetas. Imaginaos la sensación: cuatro meses entrenando para viajar a Nueva Zelanda y no tener raquetas ni para entrenar.

A través de algunas llamadas intentamos contactar con la aerolínea y los aeropuertos, pero no hubo forma de arreglarlo. No soy una persona que suela decepcionarse demasiado con las cosas, pero esta vez sí me afectó bastante. Nos pusimos manos a la obra para intentar encontrar una raqueta similar a la mía, aunque nunca sería exactamente igual, ya que mis raquetas están diseñadas por peso y longitud, pero necesitaba lo que fuera con tal de entrenar.

Conseguimos llegar a un representante de Wilson para conseguir las raquetas, lo cual no pudo hacerme más feliz. Logramos entrenar ese mismo día, incluso tres días después recuperamos todo el equipaje, hasta que por fin llegó el día de jugar mi primer partido. No había competido mucho en los dos últimos años, así que cada vez que entro a un estadio significa un gran momento para mí. Aunque lleve muchos años en el circuito, sé que estar en la élite no es fácil, ese día me costó mucho mantener la concentración, no era capaz de encontrarla.

Me tocó enfrentar ante otra jugadora estadounidense (Volynets), una joven promesa a la que auguro un gran futuro. Mi mejor momento llegó en el segundo set, cuando me coloqué 5-0 arriba, golpeando la pelota bien y sintiendo el flow en cada movimiento. Obviamente, salí del partido sabiendo que tenía muchas cosas que mejorar, pero el simple hecho de volver a ganar un partido fue como volver a ver salir la luz del sol, aunque esto fue justamente lo último que veríamos en Nueva Zelanda.

El martes empezó a llover en Auckland y ya no pararía hasta el final de la semana. Mi segundo partido lo empezamos en la Pista Central, pero luego tuvimos que movernos a una pista bajo techo debido a la lluvia. Estuvimos continuamente moviéndonos de un lado a otro, totalmente dependientes de si empezaba o paraba de llover, mi cabeza ya no sabía muy bien hacia dónde ir. El partido había empezado a las 12:30; a las 17:00 de la tarde todavía no se había terminado. Fueron horas y horas esperando para finalmente tener un desenlace un tanto polémico.

Hay una regla dentro del mundo del tenis que dice que uno tiene que terminar un partido en la misma pista en la que lo ha empezado, no puedes estar cambiando de pista debido a las circunstancias meteorológicas, como sucede en la NFL. Nunca en mi vida me había pasado algo así. Como os podréis imaginar, nada tiene que ver una pista al aire libre con una pista bajo techo. Después de perder el segundo set tuve algunas opciones, pero una lesión en la pierna me hizo centrarme en manejar ese contratiempo de alguna forma. Tras muchas horas corriendo, sentí que algo estaba mal.

Mi entrenador y mi fisioterapeuta me decían que pidiese un MTO, pero yo sabía que no había nada que hacer en aquel momento, lo único que podía era luchar por acabar el partido. Finalmente, después de casi ocho horas, salí derrotada de la pista ante una gran rival (Zhu) y una de las situaciones más locas que me he encontrado en mi larguísima trayectoria. Salí muy triste de la pista, me subí a la bici pensando que el Open de Australia estaba muy cerca. Por la noche, tumbada en la cama, todavía sentía el dolor, lo que hizo confirmar las malas noticias.

Al día siguiente no podía caminar bien, me hice un MRI y días después no hubo sorpresa: tenía una lesión en el tendón de la corva, lo cual me hizo perderme el Open de Australia, donde había recibido una invitación. La buena noticia es que pude reunirme con todo mi equipo de ‘ELEVEN’ en Australia, con los que pasé grandes momentos en Brisbane.

Es duro tener una lesión, venía de mucho tiempo parada y ahora tengo que afrontar otra recuperación. Sigo en constante comunicación con los doctores para ver cuáles son los siguientes pasos a tomar, para saber cuánto tiempo me llevará volver. Ahora mismo estoy en un proceso donde debo descansar un tiempo antes de retomar de nuevo el ejercicio. Antes de empezar a correr tenía que volver a caminar, así que espero volver a correr muy pronto.

El inicio de año había sido bueno, logré ganar un partido, estaba súper feliz con mi nivel hasta que sucedió esto. Sé que las cosas no siempre pueden ir bien, así que mi siguiente paso es volver a sentirme cómoda con mi cuerpo, he pasado por muchas lesiones y sé el tiempo que tardas en recuperar esa confianza. Espero volver muy pronto a jugar a tenis, no sé exactamente cuándo, ojalá que más pronto que tarde”.

Comentarios recientes