Año tras año, el tema de la velocidad de las pistas sigue siendo un debate que da para mucho al final de cada temporada. El circuito en su plenitud, ha ido virando con el paso del tiempo a un tipo de juego demasiado lento, permitiendo que se viera mucho más intercambio desde el fondo. Eso ha hecho que perdiéramos variedad de estilos (se juega prácticamente igual en todas las superficies) y que algún tipo de juego como el saque-volea haya muerto prácticamente.
Esta mañana, se ha producido un interesante debate en Twitter entre varias personalidades del mundo de la raqueta, donde hablaban precisamente de esto. El periodista Simon Cambers lo inició, preguntando si alguien se había percatado de que, con esta situación actual, tenistas como Boris Becker, si surgieran hoy día, no podrían tener un Grand Slam haciendo saque-volea.
I think tennis as a sport is getting slower and slower which is why this game style is on the verge of extinction. There are plenty of world class, athletic serve volleyers out there but the ball sits up on well hit volleys more than it used to. Even on grass https://t.co/vTOP9xCEBg
— Liam Broady (@Liambroady) November 4, 2021
Liam Broady, tenista británico, apuntaba que el tenis cada vez se ha ido convirtiendo en un deporte mucho más lento, y que incluso en hierba, las voleas no terminan rematando el punto. Resultaba impensable hace 25 años que alguien pudiera ganar Wimbledon desde el fondo de la pista, tal y como se ve en la actualidad. La hierba, en los últimos días de competición en el All England Tennis Club, termina siendo casi de todo menos una pista de hierba.
Por su parte, Ivan Ljubicic, apunta en dirección a los cordajes. “Los cordajes son los culpables del cambio del juego. No se habla demasiado sobre esto. Si jugáramos con los cordajes de los 80 o los 90, nuestro deporte sería muy diferente en la actualidad”, comenta el entrenador de Roger Federer.
Strings are the real game changers. Not enough is talked about that. If everyone played with strings from 80’ or 90’ , our game would’ve looked like a lot different now
— Ivan Ljubicic (@theljubicic) November 3, 2021
En el año 2019, gracias a la información provista por TennisTV y Matthew Willis, conocimos que no había ni un solo Masters 1000 que en los últimos años haya alcanzado la categoría de pista rápida, con un CPI de 45 o más. Lo más cerca fue Shanghái, que en 2016 tuvo un CPI de 44 puntos. En 2019, la pista más rápida fue Canadá, con 42,8, seguida de Londres, con 41.6, ambas con categoría media-rápida. La mayoría se movió entre lenta o media-lenta.
Tenistas de otras épocas habrían sufrido
¿Qué hubiera sido de Boris Becker si en lugar de salir como profesional en el año 1984 hubiera surgido en esta última época? Probablemente, al alemán no le hubiera quedado otra que alejarse de la red. Los nuevos cordajes surgidos a finales de los 90 y la progresiva lentitud de las pistas ha hecho que casi todos los tenistas terminen jugando con un estilo de juego similar y hayamos perdido variedad.
Antes, era lo habitual ver a Henman perder en 2ª o 3ª ronda de Roland Garros ante un especialista en tierra, y todo lo contrario, especialistas en polvo de ladrillo evitando todo lo posible la hierba de Wimbledon, o cayendo en las primeras rondas ante jugadores de estilo saque-volea. Eso, para bien o para mal, es lo que nos hemos ido perdiendo con el paso de los años.