Tsitsipas aparta a un desgastado Musetti

El tenista griego no tuvo piedad de un italiano totalmente extenuado, accediendo en Acapulco a su primera final de la temporada, donde le espera Alexander Zverev. 

La celebración de Stefanos Tsitsipas. Fuente: Getty
La celebración de Stefanos Tsitsipas. Fuente: Getty

El duelo romántico de reveses a una mano no tuvo ni muchos reveses, ni mucho amor. Lo intentó Lorenzo Musetti en el mejor torneo de su carrera hasta el momento, pero esta vez las semifinales cel ATP 500 de Acapulco fueron su límite. Agotado mentalmente y bastante tocado en lo físico, el hombre que será top100 a partir del próximo lunes no encontró la gasolina suficiente para medirse este sábado ante un pletórico Stefanos Tsitsipas, que no le dio opciones (6-1, 6-3). Un partido para volver a la realidad de un plumazo, aunque duela, y enviar al jugador heleno a la guerra de las guerras. Mañana, contra Alexander Zverev, partido estelar con el trono en juego. Veremos quién sale de México por la puerta grande.

El cartel apetecía incluso por encima de la ubicación. En España, por ejemplo, se disputaba a las 05:30 de la mañana, no era la mejor hora para disfrutar del tenis, pero este plan merecía el madrugón. Al menos de entrada, en un principio, siempre y cuando no pasara nada extraño. Pero claro, que un chaval de 19 años te supere la fase previa de un ATP 500 y se cuele en semifinales, algo de extraño tiene. Mejor dicho, algo de extraordinario, pero así es Lorenzo Musetti, otra de las joyas del circuito masculino y, en concreto, del tenis italiano. El oriundo de Carrara afrontaba su séptima batalla de la semana y ya les puedo decir que las últimas no habían sido especialmente sencillas. ¿Había riesgo de que llegara en horas bajas? Bastante. ¿Sería capaz de dar un paso más pese al cansancio físico y mental? Llegados a este punto, todo es posible.

Quizá de haber estado otro jugador enfrente el partido no se hubiera terminado tan pronto, pero al otro lado de la red apareció el principal cabeza de serie del cuadro, Stefanos Tsitsipas, que además venía de vencer en cuartos de final a su bestia negra, Félix Auger-Aliassime. Aunque si de algo podía presumir Lorenzo era de nombres, los de Schwartzman, Tiafoe o Dimitrov, todos ellos inclinados por su enorme talento y desparpajo. Hoy el talento se mantuvo, pero el desparpajo ya no era el mismo. Demasiadas emociones, demasiado impulso, demasiado joven. Musetti quería, hasta se permitió el lujo de de brillar en numerosos golpes e intercambios, pero al final de cada juego las cuentas no salían. La solidez y contundencia del griego solventaron la primera maga en un visto y no visto, un 6-1 demoledor que a muchos le supo a final. Por si faltaba algo, el italiano terminó el parcial pidiendo un MTO debido a unas complicaciones respiratorias. Le faltaba el aire, normal, aunque lo que le sobraba eran minutos en las piernas.

Espejismo en el segundo set

Pese a todo, el segundo parcial le trajo energías renovadas al pupilo de Simone Tartarini, que observaba cada gesto de su chico desde el banquillo. Durante los primeros seis juegos volvimos a ver equilibrio, magia en ambas raquetas, ráfagas de talento inagotable, pero esta dinámica tenía las horas contadas. Con 3-3 en el marcador llegó el momento, el minuto en el que Stefanos aceleró un poquito más el viaje y se marchó para no volver jamás. En un estado de forma físico y psicológico que rozaba el sobresaliente, el ateniense no quiso desgastarse más y le arrancó de la mano a su rival el billete para la gran final. Será su primera final del curso, como también será la primera de Alexander Zverev. Primer y segundo cabeza de serie luchando por el trofeo este domingo, ¿qué más se puede pedir?

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