"Creo que De Miñaur tiene opciones de ser número uno del mundo"

Gutiérrez Ferrol fue uno de los gladiadores de nuestro tenis. Ahora trabaja con el número #26 del mundo. Nos anuncia su retirada y nos explica qué ve en el australiano. 

Carlos Navarro | 26 Jul 2020 | 21.04
facebook twitter whatsapp Comentarios
Sergio Gutiérrez Ferrol durante la Copa del Rey. Fuente: Antonio García de la Cruz
Sergio Gutiérrez Ferrol durante la Copa del Rey. Fuente: Antonio García de la Cruz

Sergio Gutiérrez Ferrol (Alicante, 5 de marzo de 1989) aún tiene una edad más que normal y lógica para seguir jugando al tenis. 31 años en el circuito actual no son nada, ¿verdad? Sin embargo, su nombre no se ve en una pista de forma oficial desde hace más de un año. En 2019 jugó la previa del Open de Australia, pero su ranking no consiguió subir y Sergio decidió colgar la raqueta.

Nuestro protagonista se sienta con la tranquilidad y la calma de quien está a gusto y en paz consigo mismo. No siempre fue así. La vida de un obrero del circuito tiene muchas complicaciones, y la cabeza puede ser el mayor de los problemas. Sergio ya dejó el tenis, pero volvió exhibiendo su mejor tenis para alcanzar las cotas más altas de su carrera (#156 del ranking). Ahora, en una entrevista con Puntodebreak, anuncia su retirada y habla sobre su próximo reto: formar parte del equipo de trabajo de Alex de Miñaur, en quien ve un futuro prodigioso.

Esta es una charla a corazón abierto donde se repasan todas las aristas de este deporte, desde los mejores momentos hasta los peores, en un lugar de preciosos recuerdos para Gutiérrez: el Real Club Recreativo de Tenis, en Huelva. Allí, Sergio fue invitado a disputar la Copa del Rey, donde cayó ante Roberto Bautista. Pero ese partido era simplemente una excusa para disfrutar. Toda vuestra.

CN: Necesitamos una actualización. ¿Te consideras un jugador retirado? La gente no lo sabe.

SG: Yo vivo muy al día. Ahora te puedo decir que, por supuesto, no tengo ganas de seguir compitiendo y seguir viajando. Pero es que ya en su día dije que no tenía ganas de volver y luego tres años después de estar parado volví (risas). Ahora te puedo decir que no tengo ganas de seguir jugando y que quiero pasar de etapa, pero nadie sabe qué pasará, es impredecible.

Bien, de momento cerramos ese apartado. Donde sí estás ahora mismo es en Alicante, trabajando junto a Álex de Miñaur. No sé si nos puedes contar un poco más sobre esto.

Te cuento. El club en el que está Alex es de mi hermano, el Club 40-15 (el hermano de Sergio, Adolfo Gutiérrez, es el actual entrenador de De Miñaur). Yo estoy con Alex y hago un poco de sparring de los chavales de allí del club, juego un poco con todo el mundo, sin llegar a tener la responsabilidad de la figura del entrenador. Ayudo, echo una mano sin ninguna presión.

Es inevitable hacer un par de preguntas sobre él. Tú estás en su día a día y has comentado varias veces que en la pista se transforma, sube un par de marchas con respecto al entreno. ¿En qué estáis trabajando ahora mismo?

Se están trabajando muchas cosas. Está probando muchas cosas en los sets de entrenamiento; de hecho, te diría que de los últimos cinco sets no ha ganado ni uno (risas), pero luego llega un partido competitivo y cambia la cosa. Está tratando de ser mucho más agresivo, pegarle más fuerte a la pelota, aunque también debe seguir fortaleciendo lo que ya tiene.

Quizás lo que le ha faltado en el último año es dar un paso adelante en los Grand Slams, en los torneos importantes.

Sí, ahora mismo depende mucho del sorteo también. Actualmente hay tres tíos a los que es casi imposible ganarles, aunque ya estuvo a punto en el primer torneo del año y justo ahí se rompió el abdominal. Justo ese es otro aspecto que estamos tratando de mejorar muchísimo, el tema físico. Alex tiene un cuerpo que va bastante poco a poco: eso tiene sus cosas malas y sus cosas buenas. A lo mejor tarda un poco más que el resto en coger una forma física muy fuerte, pero al final hay que ir paso a paso.

Ahora que estás en el equipo de Alex empiezas a ver un poco los toros desde la barrera. Dónde se sufre más: ¿como jugador o como parte de un equipo?

Los partidos que le he visto a Alex, de momento, han sido por la tele. Mi hermano sí que sufrirá mucho en la pista. Eso sí, te pones muy nervioso, y más cuando sabes que es un partido importante para él. Sé, por ejemplo, que en el partido contra Rafa él quería ganar, tenía muchas ganas de ganar. Ver que lo tiene ahí y que por una serie de circunstancias no se puede dar, después de todo lo que ha trabajado... al final aquel día se creyó que podía ganarle, que eso es lo realmente difícil. Una vez que se lo cree, que por una cosa u otra no se pueda… aquel día, tanto como yo como la gente del club sí que nos quedamos un poco chafada. Yo quería que ganase Alex, pero que ganase España la eliminatoria.

Pasemos a hablar de tu carrera. Tu primer gran éxito fue ganar el Campeonato de España Junior en 2007, y de ahí pasamos a los Futures. ¿Cómo se adapta uno mentalmente a saborear el éxito y verte de repente en la jungla de las categorías más bajas?

A mí realmente no me costó mucho dar ese paso. Yo quedé campeón de España junior, pero no consideraba que fuese de los mejores cuando era pequeño. Cuando gané ese torneo, ya llevaba un año y medio jugando algunos Futures y de hecho no jugué junior antes, así que ya estaba relativamente establecido.

¿Tenemos descuidados a los Futures en España?

Los teníamos descuidados. Estuve cuatro años desconectado del tenis, y cuando volví… me di cuenta de que había habido un cambio bastante a mejor. Creo que la nueva Federación lo está haciendo bastante bien dentro de sus capacidades, siempre hay cosas que se pueden mejorar. Noté un cambio increíble, sobre todo en un aspecto.

En aquel periodo en el que estaba relativamente desconectado, yo no notaba que hubiese grandes proyectos en España, jóvenes con proyección. Y cuando volví… dije: “hostia, es que acabo de jugar en cuartos de Future con un chaval de 14 años”. Había jugadores como Davidovich que con 17 o 16 años ya rondaban el top-300. Se había dado un cambio, y eso se notaba: si un país quiere sacar jugadores tiene que invertir en torneos. Si no hay torneos, no salen esos jugadores.

El mejor ejemplo de todo esto es Italia, y tú lo sabes, que has jugado allí bastante: Sinner, Berrettini, Musetti… todos vienen de una estructura de muchos torneos, han cuidado de forma increíble la base.

Lo importante en España a día de hoy, para mí, es el circuito Challenger. Creo que el circuito Future está bastante mejorado y abarca muchos territorios. Hay que tirar un poco más de Challengers. Al final, si tú te pegas 40 viajes al año y 20 de esos son en España, eso es un alivio económico y mental enorme. No es lo mismo perder y coger el coche e irte a casa, que quedarte una semana habiendo perdido en primera ronda en cualquier lugar, quemándote.

Sergio, hay un dato bastante curioso… y es que tu balance de victorias y derrotas en la ATP no es negativo. Has jugado cuatro partidos, ganando dos de ellos, pero todos en el torneo de Casablanca. ¿Cómo se sobrevive varios años en el circuito sin pisar el máximo nivel?

Cuando yo tenía 22 o 23 años, rondaba el top-200. Jugaba los Grand Slams y con eso te podías pagar un poco los gastos, pero a final de año estabas a cero y sin entrenador. Yo porque tenía a mi hermano (el actual entrenador de De Miñaur) y no pagaba como tal, pero era jodido. Tenías que jugar equipos, y los equipos en aquel momento no pagaban lo de ahora. Cuando volví tras estar cuatro años fuera, vi que si no pagabas entrenador y estabas en el ranking en el que yo estaba, con mi hermano que me echaba una mano cuando podía y le permitía su trabajo con Alex… a mí me ha acabado saliendo rentable.

También tuve un equipo detrás, un amigo mío que me estuvo ayudando mucho a nivel económico, que fue quien me empezó a incitar de cara a una posible vuelta al circuito. Se vino conmigo a un torneo Nacional y me empezó a decir que por qué no volvía. Me fue convenciendo y tras estar seis meses diciéndole que no, al final volví y salió bien.

Vamos a ese punto de tu carrera. Estuviste cerca del top-250 allá por 2012, ganaste bastantes Futures. De repente hay un parón y no vuelves a jugar hasta 2017. ¿Qué pasó ahí?

Pues… me fui a Australia con unas expectativas muy altas y la verdad es que no fue nada bien. Me empecé a venir abajo, entré en un estado de ansiedad que no podía soportar. Empecé a tener pensamientos un poco… incontrolados. Me asusté. Me dije: necesito parar, por salud.

Empecé a correr, hice carreras de montaña y me enganché. Cuando me vi que podía competirlas, me metí en un equipo y parecía que me lo tomaba un poco más profesional. Mientras tanto estaba dando clases, hacía de sparring y empecé a entrenar a un chaval a quien llevaba a algunos torneos. De vez en cuando me apuntaba, jugaba, pero nada serio.

Cuando mi hermano empezó a viajar con Alex, empecé jugar con el amigo con el que te he comentado antes. Jugábamos dos o tres veces por semana y me dijo: “vuelve, yo te ayudo, invierto en ti”. Fue un poco culpa suya que volviese a jugar. Así que nada, desde aquí le doy las gracias a él: Jesusito “El Tigre”, apunta el nombre (risas).

El tema de la psicología y la salud mental en el tenis apenas se hablaba, por suerte ahora sí que está empezando a valorarse. No sé si llegaste a sentir que estuvo dejada de lado por parte de la ATP y demás.

Yo te diría que sí. No es que sea un experto en el tema, pero creo que ahora ya están metiendo más caña a los jugadores. Este es un deporte individual: todos hablan durante todo el año, pero nadie ‘hace nada’. Nadie se atreve a decir más del tema. Al final esto es un deporte individual y cada uno va a su bola. Hay algunos que lo necesitan más, otros no tanto, pero me alegro de ver que se están preocupando cada vez más sobre este aspecto.

2018. Vuelves a ganar Futures, tu ranking sube y tienes dos semanas increíbles: finalista en San Benedetto y campeón en Padua, además de conseguir tu mejor ranking histórico (#156). ¿Qué pasó esas dos semanas?

Me acuerdo de que cuando volví a jugar lo hice casi sin entrenar nada, me tiré completamente a la piscina. Me acercaba ya a los 30 años y no iba a estar tres meses entrenando, perdiendo el tiempo. Al principio me salían algunos dolores en el hombro o en el codo, pero me acabé acostumbrando. Llegué a Italia estando el #260 o así. Necesitaba ganar un partido para poder entrar en la fase previa del Us Open.

Entonces me dije: “va, vamos”. El primer partido fue supertenso, pero lo gané y pude relajarme un poco. Estaba con mi chica, que no te imaginas lo importante que es estar bien fuera de la pista. Es más: siempre que ha venido mi chica conmigo, siempre, he ganado varios partidos, he llegado a la final o he hecho un torneo muy bueno. A mí se me hace muy duro estar solo en un torneo. Te puedes juntar con jugadores, te llevas bien con ellos… pero al final no es gente con la que quieres vivir tu vida.

No los puedes tratar de amigos cercanos.

Hombre, yo creo que son amigos cuando dejas de competir con ellos. Son muy buenas personas casi todos, te llevas bien con ellos y son gente que tendría como amigos 100%. Pero en el mundo del tenis es difícil tener el tiempo para estar con ellos, compartes el mismo trabajo… pero no sales por ahí con ellos. Tienes ganas, pero a la vez tampoco quieres. Es complicado.

Tu último partido fue hace casi un año. ¿Por qué decidiste alejarte de nuevo de la competición?

Estaba un poco cansado de viajar. Cuando me fui a Australia a principios de 2019, mínimo tenía que estar un mes allí para jugar varios torneos. Recuerdo estar allí, segundo torneo: “hostia, ya”. Tenía ganas de volverme. La acumulación de viajes pesa mucho. Estás solo en Australia… es difícil. Con mi edad, iba a Australia a ganar el dinero que pudiese y ya está. Yo hubiese seguido invirtiendo en mi carrera si mi hermano pudiese viajar conmigo, si yo viese que me puede ayudar allí. Mi amigo tampoco puede hacer eso por el trabajo, mi novia me ha ayudado muchas veces pero no puede estar siempre. Decidí gastarme todo el dinero que me quedase y llegar hasta donde pudiese, y hasta ahí llegué.

¿La puerta del tenis profesional está cerrada a día de hoy?

La puerta ahora mismo la cierro, pero mi cabeza es mi cabeza. Igual dentro de cuatro años vuelvo con 36 años, tengo algo que no funciona ahí en mi cabeza (risas).

Vamos a cerrar con un par de preguntas sobre Alex. Tú has tenido parones largos en el circuito, pero ninguno por esta situación sin precedentes. A alguien como Alex, ¿qué se le dice cuando vuelve? ¿Hay que cambiar cosas a nivel mental, tratar de seguir con una rutina similar…?

Para Alex la cuarentena ha sido bastante difícil. No solo para él, creo que para todos, pero cuando tienes 21 años y tienes tantas ganas de jugar… lo pones a entrenar al principio sin saber cuándo volver a jugar, es raro. Ha trabajado lo que ha podido físicamente, y ahora con estos partidos de exhibición se ha animado. Tenía ganas de competir, porque ha pasado momentos malos. Y eso que es un chaval muy tranquilo, eh. A mí me pilla este momento dentro del circuito y tal y como soy… y a mí me hubiese matado.

Us Open. ¿Estará allí o no?

Yo creo que . Va a ir a jugar porque ya está entrenando, está con ganas, tiene ritmo. Esta situación es difícil, hemos ido dando un poco dando bandazos…

Muchos se han quejado de la comunicación de ATP y grandes torneos.

Lo han hecho muy mal. No pueden estar diciendo que sí, que no… la gente tiene que saber qué hacer. Ahora están jugando aquí en tierra, pero por ejemplo Bautista ha estado jugando en hierba, en pista dura… a lo mejor si Bautista supiese al 100% que tiene que irse a jugar a los Estados Unidos, quizás no hubiese hecho muchos cambios de pista ni habría estado dando vueltas por ahí.

Voy a finalizar con una pregunta sobre este torneo. Huelva.

Un torneo especial, siempre será especial.

Lo conquistaste en 2015. ¿Qué tiene esto?

Pues más que el torneo y el club, lo mejor es la gente. El trato ha sido impresionante. Aquí da igual que seas Rafa Nadal o que seas un jugador de la previa, siempre se te trata a la perfección. Al final, tú ves que a los jugadores se les trata bien, siempre.

¿Y qué tal los protocolos, cómo se ha gestionado todo?

Yo creo que bien. Dentro de lo que les han dejado, se está teniendo bastante cuidado con todo. El tenis necesita que vaya moviéndose, y el torneo ha sido bastante valiente en hacer esto. La gente quiere ver tenis, los jugadores quieren jugar… han sido muy valientes. Yo sé que muchos otros clubes no se han atrevido, a veces por culpa del Ayuntamiento, mientras que aquí el Ayuntamiento ha apoyado al torneo. Creo que, teniendo muchísimo cuidado, el tenis tiene que volver.

Finalizamos, como siempre, con las preguntas rápidas de única elección:

¿Grand Slam o JJOO? Grand Slam.

¿Ser número 1 del mundo sin ganar un GS o ganar un GS y no ser número uno?: Ganar un Grand Slam.

¿Con cuál te quedas?: A ver, a mí me gusta Wimbledon, pero no he ganado allí un partido en mi vida: cinco partidos, cinco derrotas (risas).

¿Si pudieses escoger una época para jugar al tenis, ¿habrías elegido esta u otra?: Con mis características, te diría que cuanto más para atrás nos vayamos, mejor. El tenis era más resistencia, más físico, no corría tantísimo la bola ni había tanta potencia, y eso creo que a mí me hubiese venido muchísimo mejor.

Un recuerdo especial en el circuito: Tenísticamente me quedo con Casablanca. Allí he hecho el mejor torneo de mi carrera, viniendo de la previa. Por un momento me vi ganando el torneo, estaba jugando muy bien. Cuando empecé a pensar en eso, de hecho, ahí es cuando perdí.

Algo que te hubiese gustado conseguir y que por una cosa u otra no se dio: Haber podido gestionar los nervios mejor a lo largo de mi carrera.

Un objetivo que te marcas con Alex a medio plazo: El objetivo que nos marcamos, sobre todo mi hermano… es ser número uno. Es difícil, pero no es imposible siendo Alex. Yo creo que tiene posibilidades de ser número uno. Obviamente es muy complicado, pero es que es un jugador que tiene un margen de mejora impresionante. Estando cerca del #20 cuando le queda tanto por mejorar… sabiendo eso, creo que puede ser número uno. Adolfo también piensa así.

Fotografías: Antonio García de la Cruz