Ingresó en su equipo de trabajo en la temporada 2016 y agarró el timón en solitario a partir de noviembre de 2017. Es Jamie Delgado, el entrenador principal de Andy Murray y su persona de confianza en el día a día. Juntos llevan peleando mucho tiempo para salir del infierno de las lesiones, aunque ahora la problemática es mucho mayor que una operación en la cadera. Justo cuando tenían ya todo medido para regresar al tour, una pandemia mundial se instaló en la sociedad para cerrar el paso a su ansiado regeeso. El técnico británico cuenta en la página web de la ATP cómo están viviendo este confinamiento.
“Andy y yo estuvimos entrenando hace un par de semanas en la cancha con la idea de regresar oficialmente en el Masters 1000 de Miami, al mismo tiempo que estábamos esperando el anuncio de suspensión del Masters 1000 de Indian Wells. Luego practicamos en tierra batida durante unos días, hasta que el circuito terminó cerrándose por completo. Con Andy recuperando su mejor condición física, lo último que queríamos es la aparición de este virus. Ahora solo podemos esperar hasta que se levantes las restricciones”, comenta el de 43 años, retirado del circuito profesional desde 2014.
“Es un momento difícil para todo el mundo, no solo para los tenistas que no pueden saltar a la cancha a jugar, ahora mismo todo el mundo está parado. Yo llevo un par de días sin salir de casa, solo salgo para comprar comida y hacer algo de ejercicio cada día. Mis padres estuvieron en un crucero hace un par de semanas por América Central y tuvieron la suerte de bajarse a tiempo para conseguir un vuelo de vuelta a casa”, explica sobre su experiencia personal.
En cuanto al futuro, Delgado no lo tiene claro, aunque es de los que opina que la suspensión impuesta hasta el 13 de julio se prolongue algunas semanas más. “El tenis es un deporte tan internacional y tan global que lo normal es que nos lleve un tiempo para volver. Tanto los jugadores, como los entrenadores, oficiales, patrocinadores y los millones de aficionados estamos involucrados en esto. No es como una liga de fútbol nacional, donde no se necesita de nadie más para echar a volar. Esta es una situación única para todos, el objetivo del jugador ahora mismo es mantenerse en forma, estar preparado para el momento en el que las cosas cambien y se puedan volver a celebrar torneos” valora.
En cuanto a Andy, que no disputa un torneo oficial desde noviembre del año pasado, podría pasarse más de un año sin jugar si el tenis no volviese más en este 2020. Un horizonte desolador que el escocés está gestionando como puede. “Aquí en Londres, todos los clubes y pistas de tenis están cerrados, por lo que es difícil encontrar un lugar donde golpear un par de bolas”, señala Jamie Delgado, en comunicación constante con su pupilo. “En el caso de Andy, él no tiene una cancha de tenis en su casa, aunque es de vital importancia que siga teniendo una raqueta en la mano, incluso si es para golpear la pelota contra una pared. Le he mandado que practique de vez en cuando la mecánica de servicio, particularmente porque pueden surgir lesiones o molestias si no juegas durante demasiado tiempo”, concluye.